Capítulo 56. Dos detrás de Calle.

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CALLE.

Desperté algo desorientada, estaba recostada en las piernas de Poché cuando un suspiro de frustración salió de su boca, me giré al verla aún con los ojos semi cerrados y ella al notar que había despertado, no tardó en acercarse a mí y depositar un pico en mis labios que me hizo sonreír.

-Buenas tardes, dormilona- habló para dejar su teléfono a un lado y concentrarse en mi rostro, sus manos navegaron desde mi frente hasta mi barbilla, contorneando este, su simple tacto me hacía sonreír como boba.

-Hola...- le susurré para capturar sus labios con un beso lento y pausado, disfrutando del movimiento de sus labios contra los míos- Amo despertar así- sonreí al separarme de ella.

-Y yo que despiertes conmigo- besó mi frente, me levanté de sus piernas para posarme a su lado, estos últimos cuatro días han sido de los más activos que he tenido, se han basado en salir con la familia de Poché a distintos lugares, todos los paseos me hicieron recordar a mi infancia, pues cuando era pequeña vivía en Bogotá y todo me llevó a recuerdos de cuando mi padre y mi madre estaban juntos, cuando paseábamos por el parque o cuando los Domingos mi papá me llevaba al cine para el día de "Padre e hija", son momentos que no podré recrear nunca pero que me encantaba recordar.

-¿Qué haremos está noche?-me mordí el labio acercándome a ella, ella sonrió para luego realizar un gesto de frustración. Tomó su teléfono para desbloquearlo y colocarlo en mi rostro, con el ceño fruncido leí el mensaje de Gabriela. No pude evitar rodear mis ojos, y yo pensaba que esto podía durar un poquito más- Yo ordeno las maletas...- hablé suspirando parándome de la cama para comenzar a ordenar nuestras prendas de ropa y guardarlas dentro de la maleta mientras que Poché tomaba su teléfono para solicitar los pasajes más próximos hasta Los Ángeles.



Tomamos un taxi para llegar al aeropuerto, nos había costado bastante despedirnos de la hermana y del papá de mi novia, aunque no quisiéramos irnos, teníamos que hacerlo, mañana tenemos la junta con H&M para firmar el contrato y no podíamos faltar, ese día no dejaba de rondar por mi cabeza, al fin conoceré a la nueva modelo con la que trabajaré los próximos meses y lo único que espero es que cumpla con todas mis expectativas.

-Al aeropuerto, por favor- sonrió Natalia al sentarse en el asiento trasero junto a mí, no sé porque creí que se sentaría en el asiento del copiloto, mi instinto me ha fallado, otra vez. La castaña había insistido tanto en acompañarnos que Poché no fue capaz de negarse, no pude negarme pues no sería cortés de mi parte. No había entablado conversación con ella desde nuestro último encuentro, aunque por su parte, intentó hacerlo pero sin resultado exitoso. Decidí no contarle nada a Poché sobre mi incomodidad con la castaña, lo menos que quería era generar problemas entre ellas, al fin y al cabo, después de este día, no la veré nunca más en mi vida.

Suspiré frustrada cuando el taxi arrancó, dejé descansar mi cabeza en el hombro de Poché quien se encontraba a mi otro extremo, estar en el medio no me era para nada agradable. Dirigí mi mano a la pierna de la peli azul para subir y bajar provocando que su piel se erizara, se acomodó en el asiento haciendo que una sonrisa se asomara en mis labios.

-¿El vuelo dura mucho, bombón?- habló Natalia pero no obtuvo respuesta de mi parte, mi mirada estaba pegada en las piernas de Poché, que estaban al descubierto por el short de mezclilla que llevaba puesto, Dios, sus piernas eran perfectas.

Natalia suspiró frustrada al notar que no contestaría para fijar su mirada en la ventana. El viaje se basó en muchos besos entre Poché y yo, me concentré cien por ciento en ella durante el viaje al aeropuerto que ni sentí la presencia de la castaña y eso tranquilizaba un poco el viaje.

La Chica Del 269 | Caché (Terminada)Where stories live. Discover now