8.

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YoungJae se cuestionaba una vez más las decisiones que había tomado a lo largo de su vida. La primera y la que más detestaba era la de cuando decidió nacer en lugar de perecer en el vientre de su madre como hacían los fetos listos que de alguna manera ya sabían que existían mejores opciones.

Pero bueno, gracias al pequeño milagro de la vida había podido conocer a personas maravillosas como lo eran sus amigos y, también gracias a eso, ahora estaba a punto de sufrir un colapso nervioso porque estaba a apenas unos metros de la casa de JaeBum, que en realidad se asemejaba más a una mansión, donde una señora embutida en un esponjoso vestido en tonos crema saltaba entusiasmada con la vista fija en ellos y las manos entrelazadas frente a su rostro. Sus rizos negros rebotaban contra sus pálidos hombros y enmarcaban su cara como una pieza de arte. YoungJae tuvo que recordarse a sí mismo que en realidad no era la madre de JaeBum a pesar de tener la misma belleza etérea de su hijo.

JaeBum se paró frente a ella y abrió la boca para presentarlos pero la señora ya estaba saltando a sus brazos para plantarle besos en todo el rostro inexpresivo que le dedicaba. YoungJae ahogó una carcajada; el pelirrosa se veía como si su alma estuviese siendo succionada fuera de él. Parecía la escena típica del niño con la amorosa y sobreprotectora madre despidiéndolo en la entrada del colegio todas las mañanas. No sabía si enternecerse o burlarse más tarde del nuevo descubrimiento.

Unos curiosos ojos se posaron en él y pronto estaba siendo envuelto en un apretado abrazo de bienvenida. Sorprendido, devolvió el gesto con timidez.

—Eres tan precioso como te describió mi niño. Pareces un pequeño ángel —pasó una mano sobre el cabello negro del chico, el cual inclinó un poco la cabeza por inercia, disfrutando del toque como un gatito mimoso. La señora lanzó un chillido.

—Madre, apreciaría que no invadieras el espacio personal de mi marido.

—¡No soy tu marido! —masculló el pelinegro ruborizándose lleno de vergüenza.

—Lo que es tuyo, es mío —respondió ella en un tono altanero que desencajaba totalmente con sus pintas de muñequita—. Tengo que evaluar si es bueno antes de entregártelo.

—No creo que con tu maquinaria puedas evaluar las áreas en las que pienso centrarme.

De acuerdo, están teniendo una charla con doble sentido.

—Uhm —intentó llamar su atención torpemente—, señora Im, ¿necesita ayuda con el almuerzo?

—Oh, sí —se giró de donde estaba estirando la oreja de JaeBum para guiarlo a través del marco de la casa decorado con flores amarillas, blancas y rosas. Notó con extrañeza que, contrario a los adornos que abundaban la estructura, el patio estaba vacío. JaeBum le había comentado con ojos brillantes sobre su gusto por la vegetación y los picaflores así que ¿por qué allí sólo había césped?

La casa era aún más impresionante por dentro. Amplia, de un tono crema como el vestido de la señora que se balanceaba con la música clásica sonando desde un tocadiscos rosa apoyado en una mesita negra junto a un gran librero. Sobre éste habían fotos de un bebé rechoncho y otras de un bonito niño que YoungJae asumió era JaeBum. 

Quería verlas de cerca.

—Masita, coloca los cubiertos.

—¿Masita? —preguntó YoungJae con diversión.

—Porque es mi masita dulce rellena de amor —exclamó con una voz infantil, atrapando las mejillas de JaeBum entre sus manos y apretándolas hasta que los labios del chico inevitablemente se abultaron en un puchero.

—Gracias por castrarme frente a mi novio, madre.

YoungJae soltó una fuerte carcajada sin siquiera pensar en replicarle porque gracias al comentario fuera de lugar sus nervios se habían disipado en un santiamén. JaeBum tenía esa capacidad.

La señora aplaudió.

—¡Me encanta tu risa! ¡Es igual de desquiciada que la de mi Jelly!

—No preguntes por qué me dice Jelly —se apresuró a decir JaeBum, siendo acallado por su madre que ya estaba explicándole que el Jelly venía de "mi jalea más dulce que la misma miel". Intentando ignorar la humillación, JaeBum se giró para buscar lo necesario para el almuerzo, puliendo los cubiertos una servilleta antes de colocarlos en su sitio, procurando que todo se viera perfecto a los ojos de su invitado.

El pelinegro seguía todos sus gestos con una pequeña sonrisa, olvidando dónde estaba y junto a quién, y es que JaeBum realizando tareas normales con el rostro concentrado y el cuerpo moviéndose al ritmo de la música era hipnotizante. Muy hogareño, muy cómodo. Muy cálido.

—Entonces, YoungJae —la señora llamó, devolviéndolo al mundo real.

—¡¿Sí?! —sobresaltado, volteó para encontrarse con una expresión cariñosa.

—¿Puedo considerarte el futuro marido de mi hijo o solo amigo está bien? —inquirió con aire juguetón.

—Solo amigo está perfecto —dijo rápidamente.

—En esta casa no aceptamos mentiras —canturreó el pelirrosa, yendo a la cocina para buscar la gran fuente con un montón de pasta y albóndigas; la cantidad parecía perfecta para alimentar a diez personas. YoungJae quiso preguntar si alguien más comería con ellos pero al apenas abrir la boca, JaeBum metió en ésta la punta de una pasta, sujetándola cuidadosamente con unos palillos plateados—. En una película infantil vi que así se empezaba un beso romántico —y metió la otra punta a su boca—, y en otra no apta para todo público, esto llevaba al coito. Tú decides con qué versión te quedas, pero ten en cuenta que aquí está mi madre y juzgará lo sucio que eres de acuerdo a tu decisión. 

¿La señora Im se enojaría si rompía un plato en la cabeza de su hijo?



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Tengo en la cabeza muchos proyectos nuevoOOoOoOs. Desde omegaverse hasta híbridos, choque de espadas, etcétera. No puedo, sálvenme. Ni siquiera termino los que estoy publicando y ya quiero hacer nuevos.

Pero siento que estoy prestándole poca atención a lo que ya tengo(tanto a la hora de escribir como a la hora de publicar), así que me disculpo por eso. Los capítulos no resultan como quiero, siento que están mal escritos y etcétera. Voy a editar todo cuando acabe.

bUEEEENO. DEJANDO DE LADO LO SAD, GRACIAS POR LOS LEÍDOS QUE NI SIQUIERA HABÍA NOTADO EN MI DISTRACCIÓN. QUÉ ME PASA. ÑALSFKASÑKF{ASKFÑALDGKAS'P los adoro.

HASTA PRONTO.

pink as my dickWhere stories live. Discover now