16.

2.5K 408 128
                                    

Habían terminado el trabajo ya cuando el sol se ocultaba, el ocaso viéndose especialmente bello desde la habitación de YoungJae, las flores de cerezo colándose a través de su ventana y cayendo en su cabello y el de JaeBum quien revisaba todo lo escrito con ojo experto, no queriendo afectar la calificación del pelinegro por algún error que era fácilmente capaz de arreglar.

YoungJae le observaba en silencio.

Se había encontrado a sí mismo pensando muchas veces sobre la belleza que poseía el pelirrosa, restándole luego importancia como si no fuera la gran cosa pero, de nuevo, habían momentos como ese donde su cabello lucía como algodón de azúcar bajo los últimos rayos del sol, los pétalos posándose sobre las delicadas hebras dando la impresión de que habían sido creados para estar ahí, las oscuras pestañas de JaeBum moviéndose delicadamente sobre sus mejillas con cada parpadeo y sus labios rosas frunciéndose con cada mordisco que le daba a sus golosinas... momentos así cuando se daba cuenta de que era precioso; casi etéreo.

No pudo retenerse a sí mismo de tomarle una foto, y luego otra, y otra más hasta que notó que su dedo se movía frenéticamente sobre el pequeño círculo y JaeBum le miraba con una sonrisa ladina.

, decidió, esa será mi favorita.

—¿Te gusta lo que ves?

El pelinegro asintió sin vergüenza.

—Sí, eres muy bonito.

Esperó la reacción que llegó con todo el drama que cargaba el chico.

JaeBum pareció recibir una bofetada, mostrándose más afectado de lo que YoungJae pensaba porque se recostó en la cama sin decir una palabra, sujetando una de las almohadas sobre su rostro, quizá buscando asfixiarse a sí mismo para transformar el rojo que le invadía las mejillas en azul. Le habían tomado con la guardia baja; se sentía atacado. ¿Qué era ese extraño sentimiento que distaba tanto del usual desinterés que le invadía? Era bueno, realmente bueno.

YoungJae, ajeno al caótico interior de su amigo, encogió los hombros y repasó sus apuntes calladamente, copiando las fórmulas de la tarea que venía adelantando y concentrándose cada vez más hasta que, varios minutos después, le llegó la voz de JaeBum:

—Debí morderte el trasero...

Giró la cabeza rápidamente.

—¿Qué?

JaeBum se sobresaltó y le mostró un pequeño osito de goma mordisqueado.

—¡Le decía a la gomita...! Pero ya que no noto desagrado en tu expresión, voy asumir que no me lo estás prohibiendo. Sabía que te atraía el sadomasoquismo.

—¿Sabes, JaeBum? Viendo que todavía sigo relacionándome contigo, puedo afirmar que tienes razón —masculló frotándose las sienes.

—Eso es estupendo, por lo tanto no debería estar preocupado por futuras denuncias —balanceaba sus pies inocentemente en el borde de la cama.

—¿Eh? —eso había captado totalmente su atención.

—Tú sabes, a veces cuando golpeas a tu sumiso con una vara, se aloca.

YoungJae volteó hacia la puerta.

—¡Mamáaa! 

  🍒  

Otra hora después, JaeBum bajaba de dos en dos las escaleras con YoungJae pisándole los talones porque bajo ninguna circunstancia lo volvería a dejar a solas con su...

—Mamá.

—¡Que dejes de decirle mamá a mi mamá!

—¿Sí, querido? —respondió calmadamente la señora Choi, regalándole una cálida sonrisa al chico. En su interior le divertía profundamente cómo su hijo se mostraba alterado por una cosa como esa, siendo que él había llamado a las madres de sus amigos "tía" desde el primer momento en que les conoció. Pero reconoció que ahí había algo distinto, y tal vez tenía que ver con el hecho de que el pelirrosa se había autoproclamado el próximo y último amor de YoungJae.

No tenía nada en contra, su niño se veía más feliz a pesar de sus berrinches; poder molestarle ella también sólo era un plus.

—¿Puedo sacar a YoungJae a cenar? Prometo no mantenerlo fuera hasta tarde —sus pequeñas manos escondidas bajo las mangas de su amplio suéter estaban entrelazadas frente a él y su tono era tan formal que daba la impresión de que le estaba pidiendo la bendición para poder comprometerse con su hijo. Ella rió.

—Espera, tú ni siquiera me preguntaste si...

—Por supuesto, sácalo a pasear. Diviértanse, ¡y tráiganme algo! —marchó a la cocina, oyendo las protestas de su hijo amortiguadas por la puerta.

—¿Oíste? Es una cita.

—¡No es una cita!

—Si te saco a cenar y no es una cita, es porque ya eres mi novio. Piensa bien tus palabras.

—¡Eso no funciona así, JaeBum! —un pequeño silencio. La señora Choi se asomó para ver el sonrojo invadiendo el rostro de su hijo antes de que pronunciara con un puchero enfurruñado—: Que sea lo que tú quieras.

—Oh, pero nuestra boda no puede ser ahora, no he preparado nada —el tono lastimoso de JaeBum sólo lo enrojecía más.

—¡Cállate! —sus pequeños puños impactaron repetidamente en el amplio pecho, sus chillidos mezclándose con las risitas de la pobre víctima.

Cerrando la puerta con cuidado, la señora sacudió la cabeza y sonrió para sí, entrelazando sus manos frente a su rostro con sus nudillos tocando sus labios para ocultar su emoción.

Ah, el amor adolescente.

—Iré a cargar gasolina, mientras tanto ponte bonito para mí —la voz de JaeBum tenía un tinte socarrón.

—¿Para qué si tú ya eres bonito por los dos?

Y antes de lo esperado, JaeBum salió de la casa lanzando gritos estrangulados.   


  🍒 🍒🍒🍒🍒🍒🍒 

BUENAS NOCHEEEEES. Acabo de notar que son las diez, que loco.

¿CÓMO ESTUVO SU AÑO NUEVO? YO ME SALÍ PARA AGARRAR UNA BALA PERDIDA, PERO ninguna cayó sobre mí. Me parece una falta de respeto. 

Mañana tengo que volver a estudiar para unos exámenes que tengo y descubrí que las ganas de morir pueden incrementar.

Espero que estén muuuuy bien, felices y cómodos. Y muchísimas gracias por todo lo que me dieron en el 2018 y lo que me están dando este año, creo que estoy un poco enamorada de todos ustedes.  

NOS VEMOS MUY PRONTO.

pink as my dickWhere stories live. Discover now