IV

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Capítulo Cuatro.

Desde que entre por primera vez a este lugar siempre pensé que las probabilidades de saber quien era habían disminuido, la posibilidad de conocer a una persona que supiera algo de mi era tan escasas que me dediqué a no pensar en mi pasado. todas las estadísticas y posibilidades que creí claras se fueron cuando llegó Cloe.

Todos tenemos esperanza en algo, ya sea amor, odio, reencuentros. Mi esperanza era tan poca que parecía inexistente. Ahora parece volver con un simple nombre que llena el espacio ocupado por un código. Después de veinte años se que Haylee Haristhor es el nombre que me pertenece y, sinceramente, me encanta.

Pero por muy linda que parezca esta situación, no lo es. 

Mientras en mi mente la satisfacción esta clara, en el mundo real me siguen utilizando como experimento y la mujer de ojos hazel sigue inyectando químicos para hacerme recordar cosas de las que no tengo ni idea para que usarían como por ejemplo la existencia de mas como yo. Solo me pregunto si saben que Cloe es una de esos que ellos buscan. 

Observo a los enfermeros de trajes azules a mis lados, ninguno de ellos me inspira confianza. Casi todos en esta sala se rigen por las palabras de la bestia de bata blanca que disfruta ver sufrir a otros, nadie tiene el valor de pedirle que detenga esto, nadie tiene empatía por los que son considerados diferentes. 

Mi vista continua viajando por la habitación con similitudes a un laboratorio. Olsen observa todo en silencio desde una esquina, el tampoco muestra confianza hacia nadie de los que nos rodean.

–Terminamos– la voz de la mujer rompe el silencio  –Olsen, puedes llevártela a su jaula

 –No es un perro– como siempre, mi enfermero es el único con la valentía para replicar  ante las palabras ofensivas.

–Peor. Es un bicho raro – todas las miradas viajan a las persona responsable de esas cinco palabras, uno de los enfermeros al cual jamas había escuchado hablar hasta ahora.

Olsen intento responder a su comentario ofensivo pero una mano se posiciono en sus labios. 

 –Te pedí que hablaras? claramente no. Tu opinión aquí no pinta nada así que o te guardas tus comentarios o te vas– la mujer mantiene una sonrisa evidentemente falsa.  

–Fue un chiste, Caitlyn–  otro enfermero intenta ayudar a  su amigo. 

Es la primera vez que escucho su nombre...

–Un chiste absurdo de mal gusto que solo demuestra el poco nivel intelectual y de aceptación que algunos en esta sala poseen. 

–Sabes... existe la moral. Tu eres peor– ataca el primer enfermero.

–A, vamos.

Olsen tira de mi brazo hasta salir de la sala. Mi mente seguía en ese lugar y en lo acababa de ocurrir.

¿Por que la mujer mas cruel que conozco me defendió? nunca antes había ocurrido algo parecido y ahora de un momento a otro parece... ¿protegerme?  

  –Quieres comer primero o ir con Tobby? 

El rubio actúa como si nada hubiera ocurrido. Supongo que esto es algo que no tiene importancia.

–Tobby–  contesto de la misma forma que él preguntó.

El camino hasta la oficina de mi psicóloga es bastante largo y frío adornado por el silencio que las paredes metálicas y los techos altos poseen. En mi memoria está cada giro y cada puerta que se debe atravesar antes de llegar, como si fuera el camino a un lugar seguro.

Unos minutos después, ya estoy sentada frente a Tobby mientras ella me observaba sonriente desde el otro lado del escritorio.

–Tuviste recuerdos hoy?– pregunta.

–Dos

–Esta bien, quieres contarme?

Esta claro que ella solo pregunta por cortesía, estoy obligada a  contarle todo lo que recuerdo e incluso cada pequeño detalle de lo que vivo a diario aquí.

–Ya sabes la respuesta...–  respondo con un ligero toque de diversión.

Tobby sonríe y toma su cuaderno para escribir todo lo que le digo. Empiezo a narrar lo que recordé apenas ella esta lista.

–Bien... en el primer recuerdo había una bahía con muchos barcos y personas celebrando, yo estaba sola y la música que sonaba era bastante molesta por el volumen. 

–Continua.

–En el segundo estaba en una habitación con paredes azules y ventanales gigantes que dejaban entrar la luz del sol, a mi lado había  un niño dibujando, se veía un poco mayor que yo y eramos bastante parecidos, ambos con cabello rubio y ojos negros, mejillas rosadas, el era unos centímetros más alto que yo.

–Como sabes que se parecían? –  pregunta dejando el lápiz a un lado en el escritorio de madera oscura.

–Tobby, hay recuerdos en los que me veo en espejos cuando era pequeña–  Respondo con aires de obviedad.

–Cierto. Por favor, continua.

–No hay más que contar.

–Oh...– se ve decepcionada –Entonces, qué crees que significa eso, quién crees que es chico y  que tan importante son esos momentos como para que los recuerdes? 

Lo pienso durante unos segundos antes de hablar. 

Está claro que el niño fue o incluso es una parte importante de mi vida y mis recuerdos felices están con él, pero no soy ciega, es el mismo del recuerdo de la última vez, es Luka. posiblemente él sea mi primo, hermano o cualquier otro familiar, el parecido es evidente. En una fiesta pueden pasar demasiadas cosas y recordar una no significa que sea importante, fácilmente eso puede ser un momento que a una niña le importaría pero no a una adulta. 

Seré concreta con Tobby, no quiero que me ataque a preguntas sobre mis conclusiones. 

–No todos los momentos que son de gran importancia se almacenan en nuestras memorias, estos recuerdos no me dan nada y no significan nada. Y el niño... es mi hermano o algo parecido.

–Por qué crees eso?  

Ni siendo concreta logre evitar sus psicologías

–Cuántas personas conoces que tengan ese parecido y que no sean familia? Es lógica.

 Tobby parecía nerviosa como si algo malo estuviera ocurriendo, movía un nuevo lápiz este su dedos y solo me observaba en silencio. para su suerte, Olsen abrió la puerta.

–A, debes volver a tu habitación.

(...)

Observo el techo de la habitación pensado en todo lo de hoy.

La mujer que mas me odia en el mundo fue diferente, me defendió de sus propios esbirros y dejó ver un parte de ella que nunca había sido visible, ya fuera por lastima o por otra razón, ella mostró que no todo es odio de su parte.

Caí en cuenta de que tengo un hermano y las probabilidades de que el viva son pocas pero existentes, Luka podría seguir con vida y libre. Quizá no estoy tan sola como creí.

Por último está Tobby, ella se mostró bastante nerviosa cuando hablamos de mi posible hermano, como si de alguna forma le preocupara que este al tanto de la existencia de personas de mi pasado.

¿Por qué Caitlyn se puso de mi lado? ¿Por qué Olsen evitó el tema misteriosamente? ¿Por que la actitud de Tobby cambia por Luka?

Los tres tienen algo que los une, yo. No importa lo que deba arriesgar mientras sepa la verdad y hasta ahora solo Cloe me ha dado respuestas correctas.

Cloe. Caitlyn. Tobby. Olsen.

Los cuatro son mis llaves a la verdad, los únicos que pueden salvar mis recuerdos.

Ellos son la esperanza de una persona que no creía en ella. Son mi única esperanza.

MortalWhere stories live. Discover now