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Capítulo treinta.

Todos sentimos y reaccionamos al dolor de formas diferentes, algunos lloran hasta no poder más, otros simplemente borran su sonrisa pero no muestran sentimientos, luego, están los que atacan el dolor con más dolor. Hay un ejemplo para cada uno de esos.

Cloe se hecha la culpa de la muerte de Oliver, cree que si ella hubiera entrado él aún viviría. Ella es el ejemplo de atacar el dolor con más dolor.

Alessia no ha dicho nada, no se mueve, no se alimenta ni hace algo que no sea respirar y ver a la nada, ya no hay lágrimas, ahora solo oculta sus sentimientos. Se quebró.

Luka se destruye a si mismo con sus lágrimas y recuerdos, él es la primera opción. El dolor lo está volviendo nada.

No podemos quedarnos aquí y sufrir las perdidas cuando hay un enemigo frente a nosotros, todos estamos concientes de eso, pero para algunos no es momento de luchar si no de guardar luto.

Halek y Melissa siguen dándole órdenes a sus hombres sobre cómo entran la próxima vez.

–Los quiero a todos bien armados y listos para matar, no debe tener compasión. Todo el que muera hoy tendrá el respeto del clan y sus familias sabrán del sacrificio que hicieron– dice Melissa a todos su hombres.

–Entraremos al anochecer de hoy, duerman y prepárense– ordena Halek.

Padre e hija lideran demostrando que están hechos para eso, controlar decenas de hombre y ser el grupo de asesinos más peligroso de Rusia es, por mucho, el legado de los Stephens.

Cloe no presta atención al plan, ella juega con una pequeña llama de fuego que sale de la palma de sus manos.

–No te duele?– pregunto acercándome a ella.

Recuerdo que las cicatrices que tiene es a causa del fuego.

–Aprendí a dominarlo, dejó de lastimarme hace tiempo– dice apagando el fuego.

El amanecer ser hace presente y el campamento se ilumina con la luz del sol.

–Donde dejaron a la niña?– pregunta Cloe.

–Sophie?

–Si, ella.

Indirectamente me está preguntando por su hermana.

–Esta en Italia con Donelle Santorini. Él la protegerá mientras todo esto pasa.

Ella sonríe y observa el paisaje –Quiero conocerla– sus palabras son más un susurro para sí misma.

–Lo harás, todos estaremos con ella otra vez.

–Hay una forma de que todos vuelvan, ya lo estuve pensando y... Creo que nosotras podemos parar está guerra– dice segura de sus palabras.

–A que te refieres?

–Inaham nos quiere a nosotras, quiere venganza y poder. Si nos entregando con la condición de que deje que los otros se vayan quizá todos sobrevivan. Lo harías?– susurra para que otros no escuchen.

No lo había visto de esa forma...

Entregarnos haría que Inaham tenga lo que desea y nosotros también, todos sobreviven y son libres.

¿Mi libertad libertad y la de Cloe por el precio de decenas de vidas?

–Acepto.

(...)

El plan de Cloe era simple, entrar en el primer cambio de guardias y llegar a Inaham.

Varios hombres del clan y de la mafia se encargan de vigilar el campamento, el resto está durmiendo así que es nuestro momento para irnos.

MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora