XXXIII

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Capítulo treinta y tres.

Dejar Rusia fue una de las cosas más simples que pudimos hacer, ese lugar solo nos traía malos recuerdos a la mayoría y a algunos hasta les afectaba.

Volvimos a Italia para que todos tuvieran un funeral digno en el mismo cementerio donde enterraron a mi madre, donde estan los familiares de Alessia. Todos vinieron, el clan, los nómadas, los tres militares que quedaron y el mismísimo Donelle.

Camino junto a Cloe, ella lleva una rosa negra y un vestido del mismo color.

–Por que las historias no tienen final feliz?– pregunta viendo la flor.

–Porque la vida no tiene un final feliz– responde una tercera voz. Alessia se acerca a nosotras.

La Alessia feliz y bromista que amaba la vida parece estar muerta. Desde la muerte de Madisson ella no es la misma, ahora casi no sonríe, se toma todo en serio y no da muestras de afecto como antes.

Nos acercamos al pequeño círculo de personas que rodean las tres lápidas.

En la primera están los nombres de Madisson, Luka y Oliver. En la segunda los de Caitlyn, Elyah y Cornellios. En la última se encuentran escritos los nombres de Norah y Valiere. Decidimos ponerlos juntos por el significado de que murieron por la misma causa y el mismo día.

Veo a Lieven a su padre frente mí, ambos se mantienen serios y con la mirada en el suelo. Me acerco hasta ellos y Bastiaan me observa.

–Gracias por venir– digo con serenidad.

–No es nada, tú hubieras hecho lo mismo– responde Bastiaan.

Lieven fija su mirada en mi y intenta sonreír –Cumpliste lo que te pedí– susurra.

–Tu me salvaste, Van der Hoaven.

–No que no sabías pronunciar mi apellido?– pregunta el alemán.

–Supongo que aprendemos rápido cuando algo nos importa.

Dejo a Lieven con la duda sobre mis palabras y vuelvo a dónde están Cloe con Jeremiah. El pelirrojo tiene a Sophie en brazos mientras ella le hace preguntas.

Le piden a Alessia que diga unas palabras ya que ella es la única que no se quebrará en medio del funeral. Ella se sitúa frente a las placas con los nombres y nos observa a todos.

–Para todos, hoy será recordado como el día en el que perdimos a gran parte de los nuestro– comienza Alessia –Hoy, debemos despedirnos de quienes no querían irse, de los que murieron luchando por un bien común y otros que dieron su vida por la nuestra. Los recordaremos a todos como héroes que pelearon hasta el final, personas leales y fuertes que nos enseñaron el valor de la vida.

Veo como una lágrima se desliza por su mejilla pero ella le resta importancia y sigue hablando.

–Cuando mi padre me presento a Caitlyn, ella me trató como a una hija, estuvo para mí incluso estando lejos y me ayudó a ser quién soy. Luka y Oliver era como polos opuestos, los dos tan únicos y tan diferentes que de no ser por el parecido cualquiera pensaría que no habían crecido juntos. Podría contar mi experiencia con cada uno pero basta decir que perderlos, en mi caso y en el de muchos, fue como perder a una familia.

Algunos lloran y otros simplemente asienten con la cabeza indicando que sienten lo mismo que Alessia.

–Caitlyn Dufour, Luka Haristhor, Oliver Haristhor, Madisson Jules, Elyah Williams, Norah Stratton, Valiere Logginov, Cornellios Galiazzo... Sus nombres quedarán grabados en nuestros corazones jutno a la fecha en que los perdimos, no los olvidaremos.

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