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Capítulo Cinco.

Muchas veces no podemos conciliar el sueño por muy necesario que sea en ese momento ¿Nunca te has preguntado el por qué? Quizás nuestros subconscientes son más realistas que nosotros y solo está evitando que durmamos porque al despertar un nuevo día llegara, en caso de que tus días sean como los míos, quien quisiera empezar eso de cero? volver a sufrir todo con solo despertar. No suena nada lindo. 

En toda la noche solo podía pensar en el...

Olsen dejó las instalaciones luego de lo ocurrido con Caitlyn. Hace una semana que se fue sin decir nada, ni despedirse. Ya debería estar acostumbrada, introducir a alguien en mi vida es igual a perderlo de una forma u otra. 

De Caitlyn no puedo decir nada, sigue siendo cruel y déspota, también procura pasar en mayor posible lejos de mi... Todo lo contrario a Olsen...

No se nada de Cloe, la última vez que la vi fue cuando mi nombre llegó a la lista de las pocas cosas que sé sobre mi.  

Las luces de la habitación se encienden informando que ya es de día, no dormí absolutamente nada. Me levanto y espero a que Caitlyn llegue con el intento de desayuno que este lugar proporciona. Pasa casi una hora para  que la puerta se abra y deje ver a mi nueva enfermera... sin comida.

–No preguntes y camina– Ordena.

Tardo unos segundos en reaccionar pero lo hago y camino hasta ella, al atravesar la puerta noto algo bastante significativo. No hay guardias en mi puerta como siempre. Aunque algo mas importante esta en mi mente en este momento. ¿Dónde está mi comida forma desagradable al pasar a mi lado para avanzar.

Se supone que tu trabajo es ser responsable de lo que pase conmigo...

deseo decirlo pero es imposible, las palabras se quedan atrapadas en mi garganta.

La sigo por  los pasillos hasta llegar a una puerta mucho mas reforzada que todas las otras que había visto aquí. Ella la abre y me llevo una sorpresa bastante grande.

–Hola, Haylee– saluda la chica de ojos rojos.

–Pediré que alguien traiga la comida de ambas y tus cosas– informa Caitlyn antes de abandonar la habitación.

Observo a Cloe y ella me sonríe tímidamente.

–Bienvenida a tu nueva habitación... 

¿Mi nueva que? 

–De qué hablas, Cloe?

La pelinegra me observa confundida y lleva su mano a su cara y niega con decepción.

–No te dijeron nada– afirma. –Compartiremos habitación para evitarle el estrés a nuestra amada cuidadora.

Hace un énfasis bastante grande en "amada", eso deja claro que Caitlyn no es del agrado de Cloe... O de ningún ser humano.

Pero... Por que ponerme en la misma habitación con la niña más peligrosa a ojos de los "normales"?

Todos saben que juntar dos bestias es el apocalipsis, y tomando en cuenta que para ellos ambas solo bestias por los dones que poseemos solo puedo sacar una conclusión... No soy la única que necesita un psicólogo.

–En que piensas?– pregunta Cloe desde la esquina de la enorme habitación.

–Nada importante.

–Esto... Bien...

El silencio se hace presente en las cuatro paredes.

Observo la habitación disimuladamente. Es mucho más grande que la mía, el suelo es de metal así que está si tiene camas para dormir, hay alarmas antiincendios por todo el techo y las paredes son metálicas también. Algo llama mi atención, no hay cámaras...

MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora