XVI

708 57 24
                                    

Capítulo Dieciséis.

Desperté a las dos de la tarde gracias al insomnio de la noche anterior. Al bajar encontre a Jaime con equipaje.

–Te irás?– pregunto.

–No, de hecho nos mudaremos todos.

–Hablas en serio?

Cuando voy a preguntar, Caitlyn aparece en las escaleras con uno de los maletines que yo coloque allí arriba hace menos de dos semanas.

–Si sabía que nos iríamos no hubiera subido todo eso– digo.

Escucho ruidos afuera así que salgo.

¿¡Un helicóptero?!

–Hola, Haylee!– saluda Tobby desde adentro del transporte.

Olsen pasa junto a mi con más cajas y las coloca en el helicóptero. Cuando va camino a la casa lo detengo.

–Olsen, que esta pasando?– pregunto.

–Ahora que sabes la verdad no podemos quedarnos aquí, iremos a buscar al pez gordo.

No entiendo a qué se refiere pero él continúa con sus cosas.

Después de casi dos horas, la casa queda tal y como la encontramos. Todos entramos al helicóptero negro y descubro que es bastante más grande de lo que parecía.

–De donde sacaron un helicóptero?– pregunto

–Caitlyn tiene sus contactos– responde Olsen.

(...)

–Llegamos!– grita Sophie.

Observo por la ventana y solo hay hielo y nieve.

–Donde estamos?– pregunto.

–En Siberia– dice Tobby sonriendo.

No puede ser en serio...

El helicóptero llega a tierra y puedo sentir el frío. Todos se ven felices mientras que yo estoy confundida.

–Que hacemos aquí?– pregunto en voz alta para que los cuatro escuchen.

–Te explicamos en casa.

¿Casa?

Caminamos por unos minutos y llegamos a una especie de pueblo fantasma, en el hay una cabaña relativamente grande que está como nueva.

Al estar frente a la puerta, Olsen se gira en dirección a Jeremiah. –No hagas estupideces– advierte.

Jer levanta las manos en señal de paz y Olsen toca la puerta. Nadie abre.

–Oh por favor!– Jer se ve molesto, se acerca a la puerta y la golpea con más fuerza –Abre, Oliver! Maldito subnormal.

Un momento... ¿Oliver no era el ex mejor amigo de Jer?

–Te escuche, Parker!– la puerta se abre de golpe y deja ver a un rubio de unos dieciocho años –Que mierda...

Él se ve confundido cuando su mirada se cruza con la mía. Luego observa a todos lados en el exterior y se quita de la entrada.

–Entren, rápido– ordena.

La cabaña por dentro está como nueva, solo que sin tecnologías ni nada parecido.

–Que los trae por aquí?– pregunta.

Todos se miran entre sí y Caitlyn es quien habla.

–Iremos contra Ikol– anuncia.

MortalWhere stories live. Discover now