XII

764 60 8
                                    

Capítulo doce.

Por alguna extraña razón , el miedo a las armas era algo inevitable para mí a pesar de no saber porque. Ahora debía volver a como era en esa época donde matar no era un problema, era una niña pero eso no evitó una masacre.

Para mí, las tres armas que estaban en el maletín eran exactamente iguales y ahora debía elegir una.

Observo cada una de ellas.

–Cual es la diferencia?– pregunto.

–La de la izquierda es de repetición, la de la derecha es automática y la del centro es semiautomática.

Y la diferencia es que?...

Intento buscar las palabras correctas para decirle que no tengo idea de lo que habla pero Caitlyn se adelanta.

–La del centro es la mejor opción– aconseja.

Asiento y levanto la del medio.

–Esa es una M1911, el ejercito utiliza ese modelo desde la primera guerra mundial– Explica el pelirrojo con entusiasmo.

–Ahora vamos al campo de tiro.

¿Hay campo de tiro en mi casa? Definitivamente mi familia no estaba bien de la cabeza.

–Jeremiah, dijiste que este tipo de pistola...

–Modelo– corrige interrumpiéndome.

Le comparto una mirada de odio y continuo –Dijiste que ese modelo es del ejercito, entonces... como la conseguiste?– Pregunto.

–Digamos que tengo una buena amistad con unos traficantes italianos.

Por la sonrisa que se formo en sus labios, es evidente que se refiere a algo más que una "amistad".

No siento la necesidad de hacer preguntas sobre su vida así que continuo caminando en silencio.

No tardamos demasiado en llegar al “campo de tiro” que resultó ser pequeñas torres de sacos de tela con algo parecido a la harina dentro de ellos.

–Bien, eres nueva en esto así que te recomiendo tener a tu objetivo de frente.

Jeremiah comienza con su "clase" mientras que Caitlyn solo observa.

–Primera regla: Nunca juegues con tu arma. No importa si esta cargada o no, no es un juguete.

Bueno... hasta ahora es fácil.

–Segunda regla– se acerca a mi y levanta mi mano con el arma –No pongas el dedo en el gatillo a menos que estés lista para disparar.

Ambos observamos mi mano y... sí, mi dedo esta en la cosa de disparar. Lo quito y Jeremiah vuelve a su posición de hace unos segundos.

–Perfecto, Rubia. Ahora apunta y dispara.

Asiento y levanto la pistola con una sola mano y disparo, o eso intento ya que no ocurre nada.

–Como puedes ver, no esta cargada.

¿En serio?

Se nota que el pelirrojo esta conteniendo la risa.

–Me podías haber dicho que no estaba cargada.

–Niña, no estaré a tu lado siempre que dispares para decirte si tu arma está cargada o no.

Y tiene razón.

–Para cargar, pulsa el botón que esta detrás del gatillo, del lado izquierdo. Coloca una de tus manos bajo la zona donde sostienes el arma, soltará un cargador. Tira de la corredora.

MortalWhere stories live. Discover now