Capítulo 11

137K 14.4K 1K
                                    

¡Hola florecillas!

He subido un aviso importante en la historia "De plebeya a princesa" que me gustaría que leyeran, y aunque me han llegado varios mensajes sobre si pausaré esta historia (no entiendo porqué, puesto que no mencioné nada al respecto) supongo que varia gente lo dio por hecho, pero lo cierto es que TENDRÁN CADA LUNES EL CAPÍTULO DEL PRÍNCIPE PERFECTO (por lo menos mientras pueda escribirlo, claro)

Y ahora disfruten de nuestro querido príncipe azul, nos vemos pronto... ¿Alguien más desea que lleguemos a las escenas más suculentas? Yo siiiii


Pd: Este capítulo está dedicado a paulina_01 por encontrar el anillo de compromiso perfecto que Bohdan le regaló a Celeste (casi se me olvida decirlo preciosa!)

Tras colocar aquel anillo que perteneció a mi tatarabuela Mariem Augusta I le expliqué como procederíamos a continuación en la rueda de prensa, aunque básicamente me limité a decirle que sería yo quien hablaría por los dos para que no tuviera que ...

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Tras colocar aquel anillo que perteneció a mi tatarabuela Mariem Augusta I le expliqué como procederíamos a continuación en la rueda de prensa, aunque básicamente me limité a decirle que sería yo quien hablaría por los dos para que no tuviera que asumir la presión mediática que de por sí tendría.

Miré atentamente el reloj y comprobé que era la hora, el momento de acudir a la cita que había programada con la prensa. La sensación de ahogo, pero al mismo tiempo de alivio que mantenía en mi interior, era como una batalla campal en la que no se conocía quien era el vencedor. Por un lado, sentía la opresión en mi pecho por ser el causante y culpable del destino que le ofertaba a esa mujer de ojos celestes que se había visto implicada en todo aquello y por otro precisamente gracias a ella podía obtener la libertad y desasosiego que tanto anhelaba respecto a mi madre y como no; mi prima Annabelle, lo cuál esperaba alejar lo máximo posible de mi vida. Annabelle podría ser muy hermosa, bella y según mi madre; la reina perfecta, pero desde luego para mi no lo era. No tenía la menor idea de como se tomaría la noticia de mi reciente compromiso —el cual por cierto no era con ella—, pero aunque mi prima lejana era la menor de mis preocupaciones, solo esperaba que no fuera una piedra más en el camino, porque había tratado por todos los medios de dejar claras mis intenciones.

—Recuerda lo que he mencionado —volví a advertirle—. No tienes porqué contestar ninguna pregunta directa, sino que yo contestaré por los dos, ¿De acuerdo? —insistí para que no se sintiera presionada bajo ningún concepto.

—Claro, claro... si... por supuesto —contestó de forma que la observé fijamente y comprendí que debía estar nerviosa.

Comprensiblemente ella no estaba habituada a esto, jamás se había visto en la necesidad de dar una rueda de prensa y quizá ni tan siquiera un discurso. Aquello me volvía a recordar que me estaba aprovechando de ella y también de su ingenuidad. Que no estaba haciendo las cosas nada bien, pero que ya no había marcha atrás.

La puerta se abrió y observé como Frederick asentía indicando que era la hora de salir. Entrelacé mis dedos junto a los de la mujer que se había convertido en mi esposa con fuerza y determinación, como si quisiera asegurarle de algún modo que todo saldría bien y tiré de ella para llevarla junto a mi hacia el lugar donde debían estar esperando cientos de periodistas a la expensa de cubrir la noticia.

El Príncipe Perfecto Onde histórias criam vida. Descubra agora