Capítulo 44

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Wiiiiiii, es un capítulo larguitoooooooo!!!!!

Ya pude ver por Instagram la respuesta positiva a los capítulos diarios así que muy pronto ¡Los habrá!

Era bien entrada la madrugada cuando finalmente había conseguido conciliar el sueño, así que no fui consciente del momento en que los golpes de la puerta de mi habitación hasta que sonaron con la suficiente intensidad para despertarme

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Era bien entrada la madrugada cuando finalmente había conseguido conciliar el sueño, así que no fui consciente del momento en que los golpes de la puerta de mi habitación hasta que sonaron con la suficiente intensidad para despertarme.

—Su excelencia —escuché justamente tras abrir la puerta y cuando asentí medio dormido divisé como un pequeño séquito se adentraba en mi habitación no solo portando el desayuno, sino que abrían las puertas y un busto de grandes dimensiones era colocado en el centro de mi habitación.

—¿Es de su agrado? —preguntó una voz femenina y entonces contemplé a la persona que se situaba al lado de un espléndido vestido blanco con toques azules.

—¿Es el vestido que encargué para mi prometida? —exclamé buscando con los ojos a mi asistente.

—Así es, excelencia —confirmó Frederick—. Digno de una princesa.

Mis ojos se perdieron en el toque azul que tenía el vestido con aquel brocado y supuse que el color de sus ojos brillarían aún con mayor esplendor si eso era posible. Casi me había olvidado de que había encargado dicho vestido y ahora estaba más que satisfecho con la idea de haberlo hecho.

—Si esta conforme, se lo llevaremos ahora mismo a la señorita Abrantes —dijo de nuevo aquella voz femenina que suponía había sido la diseñadora de dicha obra de arte.

—¡No! —exclamé incontroladamente cuando vi que el encargado de traerlo hacía el gesto de acercarse de nuevo—. Prefiero que lo dejen aquí, gracias —añadí no sabiendo aún como entregárselo.

Quería que fuera una sorpresa, ver su rostro cuando lo descubriera y rogarle porque me concediera el primer baile dejando claro que solo lo haría si era junto a ella, pero... ¿Y si se negaba?, ¿No había admitido que le había prometido el primer baile a Dietrich? La confusión me cegó y pedí a Frederick que llevase aquel vestido y lo cubriera a uno de los viejos almacenes que había en los altillos de la torre sur. Recordé aquel lugar porque solíamos buscar allí entre otros sitios los huevos de pascua que nos escondía madre y aún podía divisar aquellos trajes de épocas anteriores que habían llevado nuestros antepasados protegidos en aquellos baúles.

—Frederick, ¿Podrías hacer que venga mi hermana Margarita? Prefiero no salir de mis aposentos hasta la hora de partir —mencioné adelantándome a tener un encuentro con madre o peor aún; con Anabelle que debía estar eufórica al creer que hoy tras el baile, el rumor de una posible boda con ella cogería más fuerza que antes a pesar de mi compromiso.

—Por supuesto, excelencia —mencionó antes de salir de mi habitación y dejarme a solas mientras metía las manos en los bolsillos del pantalón y echaba un vistazo por la ventana al jardín exterior.

El Príncipe Perfecto Where stories live. Discover now