Capítulo 20

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¡Bellas flores que no tenéis Instagram!

Ya avisé por allí que las actualizaciones serían Lunes y Miércoles!

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—Entiendo.

Era evidente que no sentía más que aquella simple atracción. No iba a estropearlo todo, no cuando debía ser realista y admitir que para mi ella significaba mucho más que un simple deseo carnal. Quizá era mi destino no encontrar a alguien que me correspondiera, por las dos últimas experiencias estaba claro que así era o de lo contrario no habrían sucumbido a los encantos de mi primo Dietrich.

Tuve que poner cierta distancia entre ambos, debía alejarme de ella y me bajé del caballo ayudándola a bajar, de forma que quedó frente a mi.

—Lo mejor es que no ocurra nada entre ambos —admití con pesar—. Y definitivamente debía ser lo correcto, no complicar más las cosas de lo que de por sí estaban. Ella se merecía una vida libre, sin la presión constante que requiere estar a la altura de la corona, sin esa necesidad de perfección estricta a la que hay que deberse, por no decir que sería la única forma de no involucrarme aún más de lo que estaba—. Dentro de poco cada uno irá por su lado y quizá sea menos complicado si sabemos mantener las distancias.

«A menos que tú decidas lo contrario» pensé inmediatamente como si en algún atisbo de mi interior deseara que así fuera.

—Si —contestó segundos después—. Será lo mejor desde luego —constató para mi propio pesar.

Ella deseaba recuperar su vida, había aceptado aquello porque básicamente yo se lo había impuesto y porque era demasiado buena persona para negarse a hacerlo. Cualquier otra en su lugar bien podría haber intentado sacar beneficio de toda la situación y aprovecharse de las circunstancias, en cambio ella solo quería ayudar y además tenía que soportar los desplantes de mi madre muy a mi pesar.

—Podemos ser amigos... al fin y al cabo debemos representar un papel de cada a la prensa y al círculo más cercano —dije en aquel silencio.

Si no podía tener algo más, por lo menos que fuera una bonita amistad.

—¡Claro! —contestó sonriente—. ¡Amigos! —dijo con suma efusividad.

—Deberás acompañarme a numerosos eventos en los próximos meses, por lo que estoy seguro de que nos llevaremos bien.

«Y para mi serán unos meses demasiado eternos sin poder tenerte»

—¿Meses? —preguntó—. ¿Cuánto tiempo voy a quedarme aquí exactamente? —Su rostro parecía confuso y lamenté por hacerle aquello, pero debía pasar un tiempo prudencial para que la fingida ruptura no fuera otra bomba periodística.

—Tal vez tres o quizá cuatro meses sean suficientes. Debemos esperar a que todo se calme puesto que la noticia es aún muy reciente y todavía hay demasiadas personas que ponen en entredicho lo que ocurrió en las Vegas —admití corroborando como estaba realmente la situación.

El Príncipe Perfecto حيث تعيش القصص. اكتشف الآن