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Ya casi estaba llegando. Los pies de Grindelwald por fin tocó el suave suelo lleno de hierba. Concentrándose un poco, pudo distinguir el suave olor de las flores.
Caminó unos pocos metros y se paró delante de Albus, sonriendo.
—¿Dónde estamos?— preguntó el rubio mientras admiraba la casa.
—En el Valle de Godric. En una zona más apartada. Si caminas varios metros hacia allí— señaló con la mano —conseguirás ver el pueblo— acabó de decir el moreno.

Se encaminaron todos juntos hacia la entrada de la casa. Desde allí se podía observar el interior de los establos.
Al parecer la familia Dumbledore poseía dos caballos, uno blanco y uno negro.
—El blanco se llama Keski y el negro se llama Thunder— dijo la madre de Albus, sonriendo al ver la cara asombrada del joven.
Grindelwald se percató de la pequeña sonrisa de la señora e intentó justificarse.
—Es que nunca he visto unos caballos tan fuertes y bonitos— dijo sinceramente.

El señor Dumbledore abrió la puerta, dejando pasar a los demás. El rubio fue el primero en entrar en el hogar.
Unos sofás viejos pero de aspecto agradable se encontraban a la derecha del joven, formando un cuadrado con en medio una alfombra de color gris. A la izquierda de Gellert se encontraba la cocina, unida al comedor, y unas escaleras que llevaban al piso de arriba.
—Binvenido a mi casa— dijo Dumbledore.

Subió las escaleras con su pareja por delante.
—Te llevaré a tu habitación— dijo el mayor mientras le cogía la mano.
Una... Dos... Tres... Cuatro. Los dos muchachos se pararon en la cuarta habitación.
—Esta es tu habitación— dijo Dumbledore muy ilusionado —Mira, tiene mi ventana favorita—
—¿Ventana favorita?—
—Sí, es la única en toda la casa donde se ve el pueblo—
Y así era. Gellert se acercó a la ventana y pudo ver claramente varias casas y una pequeña iglesia.
—Wow—
La sonrisa de Dumbledore se ensanchó aún más.

—Me haces muy feliz— confesó de repente el mayor.
Los dos no se habían dicho ni una palabra, ya que estaban disfrutando del atardecer.
El rubio se sorprendió.
—¿Por qué?— preguntó suavemente.
—Porque estás aquí, conmigo—

(***)

Dumbledore y Grindelwald pasaron la tarde del siguiente día montando a caballo, leyendo libros y gastándose bromas.
Gellert nunca se había divertido tanto.
En ese momento los dos estaban tumbados en el mismo sofá. El rubio le estaba peinando el pelo suavemente a Albus.
—¿Quieres ir al pueblo mañana?— preguntó el moreno.
—Obviamente. Una pregunta, ¿Cuándo llegará tu hermano?—
Gellert consiguió conocer el día anterior a la delicada Ariana. La chica era alta (no tanto como los muchachos) y con facciones suaves y acogedoras. Su pelo suelto de color marrón recaía sobre sus hombros, dándole un aire más inocente y frágil.
—Creo que en unas horas. ¿Por qué te interesa tanto mi hermano?— preguntó el mayor intentando poner una cara ofendida y celosa.
Grindelwald se rió y le empujó levemente la cabeza hacia delante.
—No te pongas así, solo siento curiosidad—
Justo en ese momento la puerta principal de la vivienda se abrió y entró un joven.
—Ma', ya estoy en casa— gritó con una voz chillona.
Se acercó al salón y tiró su mochila al suelo, pero se detuvo al ver a Gellert y a Albus.
—Hola, soy Aberforth. Puedes llamarme Ab— dijo mientras mostraba una cálida sonrisa —Albus nos ha hablado mucho sobre ti. Demasiado—
Gellert se miró a su pareja. Estaba sonrojado.

"Aw, que tierno"

—Ma', tengo hambre— gritó de nuevo Aberforth.
Albus se aclaró la garganta.
—Bueno, ¿qué tal en la fiesta?— preguntó.
El rubio se sentó en una posición más cómoda, listo para escuchar. Admitió mentalmente que era una persona muy cotilla.
—Puah, un desastre. La varita de Alby se rompió y varios hechizos salieron disparados a todas partes— se rió —Tom acabó con la cara llena de pus—
Ab hizo una mueca de asco y su cara se iluminó al ver a su madre con un plato.
—Tomad, chicos. Sandwiches con jamón. Espero que os guste—
El hermano de Dumbledore se abalanzó sobre un Sandwich y lo devoró.
Grindelwald disfrutó cada bocado de la merienda, un poco triste al ver el plato vacío.

Cenaron una hora después. Bistec de vaca, puré de patatas y ensalada.
Cuando por fin se llenaron, subieron a la habitación del mayor.
Los novios estuvieron leyendo y hablando hasta muy tarde, hasta que lo dos se durmieron en la cama de Albus.

Holis
Hoy el colegio nos hizo ver la película "The Greatest Showman". Y nada, me encantó :D
Os quiero

Un Amor Peligroso [Grindeldore]Where stories live. Discover now