Despacio // Albalia

8. Sinceridad

NATALIA POV

Nos metimos dentro de uno de los baños de la casa de Miki, más concretamente en el piso de arriba ya que era menos probable que alguien quisiera entrar.

Cerré con pestillo y noté los brazos de Alba rodearme la cintura y colocar su cabeza apoyada en mi espalda, no podía morirme más de ternura.
Puse mis manos en las suyas y me giré teniéndola de frente, parecía algo inquieta.

Me acerqué y la empecé a dar besitos por la cara, roce mi nariz con la suya y entonces Alba se inclinó juntando nuestros labios en movimientos suaves y lentos. Colocó sus manos en mi nuca apretándome contra ella y yo coloqué mis brazos en su cadera atrayéndola hacia mí.

Empecé a bajar de sus labios a su cuello y nos movimos hasta que alba se apoyó en la pared la empujé suavemente y cogí sus manos con las mías por encima de su cabeza pero algo no iba bien.
-para- dijo algo nerviosa separándose de mi
-¿que pasa?- dije preocupada
-no me hagas daño, otra vez no- decía aún con los ojos cerrados posando sus manos en la cabeza.
-¿Alba?- dije rozándole la mejilla con una de mis manos e intentando levantar su barbilla para que me mirase.
-para, no me toques- y empezó a sollozar y a llorar mientras se sentaba con la espalda apoyada en la pared.
-ey ey Alba, soy yo Natalia- preocupada por la situación, no entendía nada, pero me agache con ella y la abracé intentando que dejará de llorar, no sabía qué hacer ni que hice para que dijese eso.

ALBA POV

Volví a abrir los ojos desconcertada y al ver a Natalia abrazándome definitivamente no pude para de llorar.

¿Qué me había pasado? Pasé de estar bien con Natalia a tener sentimientos horribles pensando en que era Joan el que estaba conmigo no ella, ¿Será el alcohol? Estaba bastante nerviosa y atacada me empezó a entrar ansiedad.

-Alba, soy yo, no te preocupes respira ondo, déjate llevar por mi voz, estás segura no pasa nada- decía Natalia mientras me seguía abrazando, la verdad que usaba un tono entre serio y tranquilizador, sabía que ella no entendía nada pero si no lo entiendo yo para ella iba a ser imposible.

Una vez empecé a tranquilizarme me cogió mi brazo derecho.
-Alba ¿quien te ha hecho esto?-preguntó subiéndome un poco la manga dejando al descubierto las marcas de arañazos encima de antiguos moratones que me había hecho Joan horas antes.
-lo-lo-siento- dije volviendo a tensarme por la situación, solo María sabía de mis conflictos con Joan aunque sabía que Natalia algo se olía.
-no sientas nada anda ven- dijo volviéndome a abrazar.
-¿Quieres que vayamos a la terraza a tomar el aire un poquito?- ofreció dándome la mano y mirándome preocupada.
-si, porfa- anuncié cogiéndola la mano.

La mirada de Natalia no era de rechazo, era de preocupación, sentí que podía estar cómoda con ella a pesar de lo molesta que debo de ser todo el día llorando. Me paso la mano por mi hombro y fuimos a la terraza.

NATALIA POV

Abrí la puerta corredera y nos sentamos en uno de los sofás que tenía afuera, cogí un par de mantas que había por ahí y nos tapamos las dos sentadas en el borde.
-¿Estás mejor?- pregunté todavía preocupada.
-si, gracias de verdad, yo, no se- dijo notablemente nerviosa.
-no hace falta que me cuentes si no quieres- afirmé rozándole mi mano por su hombro.
-si quiero contártelo pero nos va a tomar un poco de tiempo- dijo acurrucándose en el sofá y abrigándose con las mantas.
-no me importa esperar, de verdad- dije totalmente sincera.

Alba empezó a contarme que se mudó a Madrid para estudiar y que al poco tiempo conoció a Joan, empezaron siendo mejores amigos pero después se liaron, tenían poco dinero entre los dos para pagar el piso y les generaba muchas disputas en casa, Joan pagaba su frustración durante los últimos meses de su relación con Alba, al principio era posesivo luego se volvió dominante y acosador, ella estaba sola en Madrid y le daba mucha vergüenza hablar del tema hasta que se lo contó a María su única amiga allí, ella le aconsejo que se alejara de él que no era una buena relación pero que siempre que lo intentaba acababa  peor.
-por eso tengo ansiedad y me cuesta contar mi "historia"- dijo secándose algunas lágrimas que le saltaron durante el relato.

No pude quedarme más me shock por la situación, Alba me parecía tan noble y fuerte pero a la vez tan débil que no pude evitar soltar algunas lágrimas mientras relataba su historia.
-perdóname pero necesito fumar- dije echándole mis mantas a ella y cogiendo un pequeño cigarrillo de mi bolsillo, sólo llevaba uno, y solo le usaba en caso de emergencia.
-no sabía que fumabas- dijo mirándome apoyada en el sofá.
-solo lo uso en casos de emergencia, cuando algo me estresa o estoy triste- dije entendiéndolo con el mechero.
-lo siento- volvió a repetir cabizbaja.
-no es por tí y deja que decir que lo sientes, no es tu culpa Alba, enserio, deja de culparte- la dije mirándola mientras soltaba el humo del cigarro.

Una vez me lo acabé lo dejé en un cenicero que había en una pequeña mesa y me tumbé con Alba y me tapé con las mantas.
-me gustaría contarme mi historia- dije mientras me acomodaba, alba cogió una de mis manos y entrelazó sus dedos.

Le relaté que de pequeña mi padre había muerto y que mi tío no nos trataba ni a mi madre ni a mis hermanos bien, nos hacía maltrato psicológico y físico mucha de las veces, yo me refugiaba en la música para persuadirme de la realidad y cuando tuve la oportunidad me fui de Pamplona hacia Madrid buscando algo de paz lejos de las garras de mi tío.

Noté como alba se abrazó a mí y nos quedamos abrazadas por un buen rato.
-gracias- dijo antes de cerrar los ojos, no pude evitar darle un beso en la mejilla y acto seguido cerrar los míos.

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