58. Caricias

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ALBA POV

Pensé que estábamos bien, que había sido una disputa sin sentido pero se levantó y se fue al baño, me apoyé en el marco de la puerta y me miró.

-¿Nat?- pregunté.
-No puedo Alba- dijo empezando a llorar y a taparse los ojos con las manos.
-No Nat...-me daba igual que me haya dejado con el calentón, además recuerdo que ésto lo empecé yo, me acerqué a ella- ven, abrázame.

Lloraba en mi hombro desconsoladamente.
-vamos a la cama- la agarré del brazo suavemente y la senté en la cama, me puse la camiseta.
-¿Quieres decirme qué pasó?- pregunté cuidadosamente.
-no me gusto, no estoy preparada- miraba al techo buscando fuerzas.
-tranquila- la coloqué en mi pecho.
-me veo tan mal, tan mal físicamente que no quiero ser yo, no quiero hacer el amor así...- me miraba desde abajo.
-¿te cuento algo?- la quitaba las lágrimas con mi pulgar.
-Una persona que quiero mucho me dijo hace mucho tiempo, que no iba a hacer el amor conmigo hasta que no estuviese preparada, y creo que voy a seguir sus pasos- la sonreí y ella a mí- no voy a hacer nada de lo que no quieras, me da igual que me dejes con el calentón, te amo y nada va a cambiar te falten 10 kilos o te sobren 20.

Nos fundimos en un abrazo y empezamos a hablar de lo que nos ha pasado estos meses le conté la historia entera con Alex.
-perdona, debí escuchar la historia entera...- afirmó triste.
-no te preocupes, ya está, Alex es solo mi compañero de trabajo, nadie más.
-es tan guapo que me he asustado..-
-Natalia, eres la cosa más bonita que he visto en mi vida, pero no físicamente, que también- señalé su corazón con mi dedo- a mi me has ganado ahí.

Estuvimos un rato más hablando y me contó cómo conoció a Julia y en qué basaba sus tardes, no me hablaba de los efectos de los medicamentos, me imagino que no quiere recordarlos y motivos tiene.
-¿puedo seguir leyendo?- preguntó abrazada a mi.
-venga, así ayudo a mi madre y le explicó los chillidos, te llamo para cenar.

Bajé y mi madre no tardó 2 segundos en acercarse nada más verme.
-Alba lo siento, no se me había ocurrido una mejor idea de verdad- me dijo triste.
-ya está mamá, todo está arreglado- la abracé- la próxima vez avísame de quién entra en casa ¿vale?- las dos reímos.
-¿Y Natalia?- preguntó mientras hace la cena.
-Bien, osea, le he contado todo y me ha perdonado, casi se lía una muy fuerte, menos mal...
-¿y cómo va con lo suyo?- recordé lo que me acababa de contar.
-poco a poco mamá, poco a poco.

La ayudé a hacer el resto de la cena y a recoger la cocina y pusimos la mesa.
-¿Qué hace arriba?¿Dormir?- preguntó mi madre colocando los cubiertos.
-Le ha dado por leer, está leyendo todo lo que tengo arriba y la mayoría son una mierda no sé cómo se entretiene..-
-Alba Reche, esa boca, a Natalia se lo consiento a ti no ¿eh?- dijo molesta.
-perdón-

Llamé a Natalia y bajamos a desayunar, estaba algo triste y luego hablaría con ella, quiero que sepa que la quiero ayudar con todo, lo bueno y lo malo.

Cenamos bastante y vimos la tele un rato, después subimos a la habitación y mi madre se quedó viendo una serie.

NATALIA POV

Entramos en la habitación y me tumbé en la cama boca arriba.
-He cenado demasiado..-dije tocando mi tripa.
-has cenado 1 bol de sopa Natalia- se rió de mi- que exagerada.
-serás tonta- contesté riéndome- ¿Vas a trabajar un rato?
-si, termino esto y voy contigo- dijo con una sonrisa- lo siento por la mierda de libros que tengo...
-Yo solo tenía pinturas y sin punta, era una mierda...-contesté recordando a Julia, yo aquí riéndome y ella sufriendo, me comían por dentro estos pensamientos.

Pasó un par de horas, me dedicaba a leer o a observar como Alba sacaba la lengua para concentrarse, es tan mona...

Miré el reloj de la mesilla las 23:34 y me entraba bastante sueño.
-lo dejo- dijo Alba interrumpiendo el silencio y dándome un susto.
-joder Alba- dije tocándome el pecho por el sobresalto.
-perdón, me estoy frustrando y así no puedo dibujar- dejó todo colocado y se tumbó en la cama conmigo.
Se colocó boca arriba mirando al techo, teníamos la luz encendida.
-¿Sabes que echo de menos?- preguntó mirándome.
-sorpréndeme- dije riéndome.
-tus caricias en mi espalda, cuando nos pasábamos horas así...que recuerdos- suspiró.
-si quieres que te haga caricias no hace falta que te pongas tan filosófica- me empecé a reír.
-¿no te importa?- preguntó reincorporándose para sentarse
-no, a mi me encanta hacerte caricias...- ella me sonrió pícara-
-y si...-hizo un gesto de quitarse la camiseta- hace calor...
-anda que te hago caricias en la espalda ven- abrí la colcha y en menos de 15 segundos estaba Alba boca abajo con su cabeza en el hueco de mi cuello y sin camiseta.
-de verdad que te quiero Nat, nadie intentó suplantarte y nadie lo conseguirá jamás...- dijo en bajito.
-deja de filosofar y relájate...- dejé un beso en su cabeza.
-¿esto no debería ser al revés?- preguntó riendo-
-puede ser...

Pasó un rato y mis párpados empezaban a pesar, no sabía si Alba se había dormido pero no paré de acariciar su espalda, la tenía tan suave y sus lunares son tan monos, puta Alba Reche que afortunada soy...

Cerré mi párpados un segundo hasta que escuché unos pasos por las escaleras, los tenía cerrados pero estaba atenta, entró en la habitación, suspiró y apagó la luz, madre mía qué vergüenza, la madre de Alba nos había visto así, a ver, tampoco íbamos mal, solo Alba tenía la espada desnuda y no habíamos hecho nada, Alba llega a ser yo y se hubiese puesto roja como un par de cerezas.

Me encantaba el olor, la paz, la alegría que transmitía Alba, mañana es domingo y no trabaja, tengo ganas de salir a la calle, a respirar aire y ver algo más que un suelo de cemento y gente en pijama gris...

ALBA POV

Ya estábamos llegando al parque enfrente del mar de la última vez, sé que quería salir de casa y que estaba preparada así que aprovecho que no trabajo los domingos y vamos al parque, nos sentamos en un banco.
-me encanta verte así- suspiré acariciando su mejilla.
-¿cómo así?
-sonriente, feliz, tranquila, sin preocupaciones...- apoyé mi cabeza en su hombro mientras miraba el mar.
-sé que no está bien esto Alba...-dijo bajito.
-¿El qué?-
-mi cuerpo y mi cabeza, no están bien y tengo miedo a no aguantar- miraba al suelo.
-no te voy a meter en un sitio ni en un hospital nunca más- giré su barbilla para que me mirase- vamos a arreglar esto juntas ya verás.
-te quiero tanto, que me duele todo-suspiró- ¿Te puedo preguntar algo?
-mmhmm-
-¿qué pasó con Joan?-
-Cierto, el juicio fue hace un par de meses, como no estabas ni te podía localizar solo vino Tamara como testigo, y menos mal...- dije poniéndome de pie.
-yo lo siento, no pude hacer nada...
-le han encerrado Natalia, 10 años de cárcel y sin permiso de rebajar la condena- me miraba sonriente-
-¿enserio?- me preguntó sonriente
-y tan enserio- me empecé a reír- hace mucho tiempo que no tengo miedo de él, solo de ti de que estés bien.

Natalia hizo una mueca triste, me senté encima de ella y la abracé.
-no quiero que me veáis como una enferma, estoy delgada y seguramente mis órganos destrozados, pero soy yo, Natalia, nada ha cambiado...- susurró en mi oído.
Me separé y mi nariz rozaba las suyas.
-nunca he dejado de querer a Natalia, pase lo que pase. La besé, necesitaba despejar su cabeza y que me dejase amarla sin el qué dirán, me agarró de la cadera para no caerme y reforcé mi agarre a su cuello, besó lento, y con lengua que bailaban como en una noche de playa con luz de luna.
-gracias por todo, desde el 3 de diciembre hasta ahora- digo separada de su boca y me miró.
-madre mía 3 de diciembre...

La abracé de nuevo y nos quedamos un rato más así, hasta que fuimos a casa a comer, ya era bastante tarde.

Despacio // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora