13. Hogar

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ALBA POV

Me levanté a la mañana siguiente pensando que Natalia estaría conmigo, pero no fue así no estaba, tampoco podía atarla a estar conmigo todo el día, no es mi pareja y aún si lo fuera no sería justo.

Pasaron varios minutos me trajeron el desayuno y desayuné tranquila, ya empezaba a tener más apetito.
Llamaron a la puerta y entraron, pensé que era Natalia pero ella no suele llamar a la puerta, era María me alegré mucho al verla.
-¡MARÍA!- grité mientras abría los brazos en símbolo para que me abrazara.
-¡Alba! Cariño ¿Cómo estás?- preguntó mientras seguíamos abrazadas.
-mucho mejor, y si, ya sé lo que pasó el otro día me lo contó Nat a duras penas- dije tumbándome de nuevo en la camilla.
-esto va a ser duro, tanto para ti como para ella, no quiero ni imaginar la estampa que se te queda en la cabeza después de ver eso- suspiró y acercó una silla hacia mí para luego sentarse.
-no va a venir- dijo María mirándome detenidamente.
-¿Quién?-
-Natalia- dijo suspirando de nuevo
-¿Ha pasado algo?- pregunté ahora más preocupada.
-le están haciendo unas pruebas ahora por la mañana y después de comer le darán el alta y ya ha quedado con Miki para que venga a buscarla.

Sentí un montón de tristeza, en cierto modo agradezco que no esté conmigo cuando tenga al policía delante, pero no tenerla cerca hasta que me pueda ir a casa, me dijeron que en 3-4 días restantes me darían el alta a mí, me da pena la verdad estar sola todo este tiempo que quedaba.

Estuvimos conversando y apareció el policía que realizaría el acta, agarré la mano de María y empezó con las preguntas.
Una hora después ya habíamos terminado y fue un trabajo mental muy forzoso, me entró mucho sueño y estaba cansada de pensarlo todo otra vez así que me dormí.

NATALIA POV

Ya había terminado de comer, no necesitaba la silla de ruedas ya tenía fuerza en las piernas y firmé los papeles del alta, solo me faltaba que apareciese Miki para irme, no quería dejar a Alba sola, por supuesto que no, además quedaba poco para su cumple, era la semana que viene así que estos días que estoy fuera me gustaría comprarle algo, había pensado en un móvil y eso está claro que sí, pero luego algo más personal que no tenga nada de valor material.

Alguien golpeó la puerta e interrumpió mis pensamientos.
-¿Qué tal Natalia?¿Preparada para pisar la calle después de 3 días?- preguntó Miki mientras me acercaba una cazadora que había cogido de mi casa y me la colocó en la camilla.

Me abracé a él agradeciéndole todo y nos marchamos, no sin antes ir a la habitación de Alba.
Para mí mala suerte María y Alba estaban durmiendo, así que les dejé un beso a cada una en la mejilla y me fui.

Estuve lo que quedaba de tarde mirando con Miki un móvil y nos decidimos por uno, una vez nos fuimos cada uno a su casa me tumbé en el sofá.
Estuve varios minutos pensando algo que realmente pudiéramos aprovechar al 100%, me quedé mirando un cuadro que tenía al lado de la ventana del salón donde aparecía una montaña y caí, un viaje.

ALBA POV

Me desperté por el sonido de la puerta y una amable chica traía mi cena.
María estaba hablando con alguien por el móvil así que me puse en la pose del indio y me dispuse a cenar.

Mientras cenaba María y yo estuvimos hablando de lo que nos gustaría hacer estas Navidades, yo no suelo celebrarlo más allá de una cena con amigos o con la familia y desde luego salir de fiesta no iba a ser una opción de ninguna de las maneras.

María decidió irse ya para casa y nos despedimos, le agradezco que haya estado todo el día conmigo, aunque parece ser que estos últimos días iba a estar solita, tampoco me importaba.

Me tumbé en la camilla tapándome con una manta del hospital que son más ásperas que el papel de lija y pensé, ¿Natalia se despidió de mí? La verdad que me resultó extraño igual forcé la máquina y yo a ella no le gusto solo que se preocupó por mi, no soy el centro del universo ni mucho menos, ella era libre de hacer lo que quisiera.

NATALIA POV

Pasaron varios días y esa tarde le daba el alta a Alba tenía ganas de verla, eso de no poder hablar por teléfono y que tenía que ponerme al día con los trabajos de la universidad me habían tenido muy ocupada y apenas sabía de ella.

Lo "bueno" es que me había llamado Tamara diciéndome que la discoteca había cerrado a causa de la movida del viernes y la nuestra del sábado, había sido denunciada por falta de seguridad y no me extraña. Eso significaba que no tendría que ir a trabajar, pero, no tenía trabajo y el piso no se paga solo.

Estuve poco tiempo más dándole vueltas a la cabeza y había decidido organizarle una fiesta sorpresa a Alba en su casa como vuelta de el hospital, íbamos a ir 5-6 personas como mucho y no íbamos a estar mucho rato, ella necesitaba descansar y esto solo era un pequeño detalle, todo lo había organizado con María.

ALBA POV

Ya firmé los papeles del alta y María me esperaba en la puerta algo nerviosa.
-¿Preparada para respirar aire puro?- preguntó dándome en el hombro cariñosamente.
-eso siempre que me invites a un chocolate con churros mañana por la mañana- dije guiñando un ojo.
Salimos por la puerta del hospital y fuimos en taxi hasta casa, la verdad que el aire chocando contra mi era una sensación que echaba de menos, había estado 6 días ingresada, no era mucho, pero ya empezaba a echar de menos muchas cosas.

Subimos a nuestro piso y María me dijo que abriera yo que ella se tenía que atar las deportivas, bastante rara la situación. Abrí la puerta y me hicieron una sorpresa, no me esperaba aquella gente en casa, estaba realmente feliz, estaban Marilia África Miki y Natalia, hasta que la vi, realmente no me di cuenta lo tanto que necesitaba verla.

Nos dimos un abrazo conjunto y después Natalia me dio uno ella sola.
-no he podido hablar contigo porque tenía muchos trabajos de la universidad, perdóname- susurró mientras me abrazaba.
-da igual, con que estés aquí me basta- nos miramos sonrientes y nos volvimos a abrazar.

Solo pasaron un par de horas entre risas y juegos en el salón y ya debían de irse.
-Bueno nosotros nos vamos ya- dijeron Marilia, África y Miki al mismo tiempo.
-pues yo también- dijo Natalia levantándose de mi lado del sofá.
-quédate a dormir, porfavor, no quiero estar sola- dije mirándola realmente avergonzada mientras le agarraba la muñeca.
-¿Segura?- respondió sentándose de nuevo.
-si, gracias- dije abrazándola y acariciándole la nuca con mis dedos.

Cenamos y nos fuimos a mi habitación, la verdad es que me caía por las paredes del sueño así que me tuvo que agarrar Natalia hasta que llegamos, me metí en la cama no sin antes darle de mi armario una camisa super ancha y un pantalón de pijama a Natalia para que estuviese cómoda.
Nos acostamos abrazadas y dormimos.

Despacio // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora