46- Estorbo

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NATALIA POV

Estábamos en la furgo de camino al lugar donde la alquilé, las "vacaciones" acabaron 2 días antes, nadie hablaba conmigo, me sentía sola, me senté en el maletero, delante de mí iban África, María y Pablo, Miki conducía y Alba iba de copiloto.

Sé que lo que hice estaba mal, pero necesitaba calmarme de alguna manera...no estoy orgullosa de lo que he hecho y aunque no hablen conmigo sé que no voy a volver a casa cuando lleguemos a Madrid.

Durante todo el viaje nadie dijo nada, hicimos varias paradas y llegamos a Madrid, Miki dejo a todos menos a mí y me llevó a casa.
-coge ropa limpia y lo necesario- me dijo cerrando la puerta de casa y esperando a que hiciera algo-
-vale ...

Dejé la ropa sucia encima de la cama y cogí mucha limpia, un par de geles y volví con el.
-¿donde vamos?- pregunté mientras bajamos las escaleras hacia el coche- ¿Tú tampoco me hablas? Estupendo.

Miki condujo durante 30 min, eso para Madrid es mucho, aparcó en un sitio y me sacó.
-coge la maleta y ven- dijo Miki super serio, no me gustaba nada esto, no sé a dónde voy y por qué nadie me dice nada.

Entramos al hall de un sitio muy grande.
-Natalia Lacunza- dijo Miki a la recepcionista.
-1 piso, allí la están esperando- dijo sonriente la señora, me perturbaba esa sonrisa tan falsa.
Había un montón de gente, algunos con ciertos problemas... Subimos al piso y un señor nos acogió en un despacho.
-¿Y bien?- pregunté desconcertada por todo.
-No sabe porque está aquí- dijo Miki al hombre que me miraba sonriente- díselo tú.
-Hola Natalia- dijo con una voz muy grave.
-¿Hola...?- saludé insegura, no me gustaba este sitio una mierda.
-vas a pasar una temporada aquí, con nosotros, te cuidaremos muy bien- dijo serio rozando mi mano pero la aparté.
-como que pasaré una temporada- miré a Miki, le caían lágrimas por las mejillas- ¿qué coño está pasando?
-Estás en un centro psicológico, te ayudaremos con tus problemas, estarás aquí un par de meses como mínimo- sonrió de nuevo.
-y una mierda, yo me piro de aquí- me levanté y abrí la puerta, dos señores bastante corpulentos me empujaron de nuevo- dime que esto no es verdad Miki...
-lo siento Natalia, es lo mejor para todos...- dijo rompiendo a llorar mientras se acercaba a la puerta para irse.
-¡Miki! ¡No me dejes sola por favor!- grité pero los hombres me sujetaban firmemente- ¡Miki!

Estuve llorando hasta que mi cuerpo se secó. Me quedé sentada en la silla delante de ese señor tan malvado, se levantó y me dio un pijama gris.
-te voy a llevar a tu habitación, no te preocupes, evitaremos que te hagas daño, mañana empiezas con las clases- me agarró del brazo y subimos a un piso bastante perturbador, paredes blancas y barrotes en todos lados.

Me metí en mi habitación, era una sala blanca con un escritorio, una cama, y una librería, tenía una ventana con barrotes donde se veía la montaña, rompí a llorar.

No me lo podía creer, como fui tan tonta de pensar que no iban a encerrarme, Miki me había traicionado, eso me dolía, pero lo que más me dolía era saber que no me había despedido de Alba, no quería ni pensar que ella también era parte de eso, de encerrarme en una puta mierda de lugar con enfermos.

Es verdad que tengo un problema, pero esta no es la situación, no quiero esto, me han engañado y ahora estoy más sola que nunca, no me lo merezco, no tendría que haber salido de Madrid...

ALBA POV

-¿Y bien?- pregunté tumbándome en el sofá.
-me ha dicho miki que ya están cogiendo el avión hacia Barcelona, que no nos preocupemos- dijo María sentada en el sofá.
-¿Esto es lo mejor?- pregunté insegura, no quería que Natalia se alejase de mí, pero iba a estar con Miki en su casa de Barcelona, iban a pasar un tiempo hasta que la volviera a ver, me prometí dejarla espacio.
Estoy enamorada de ella, estoy segura de que sí, así que pase el tiempo que pase cuando la vuelva a ver sentiré que no han pasado los días.

Se lo conté a mi madre y ella me apoyó diciéndome que se me hará corto que no me preocupe, quiero tanto a mi madre.

Pasaron varias semanas y me ofrecieron trabajo de ilustradora en Elche, no me tendría que preocupar por el alquiler de Madrid y estaría con mi familia, no recibí ningún mensaje de Natalia ni de Miki, pero no me preocupaba sé que están desconectando y que están bien.
Me despedí de María y cogí un avión a Elche, me acomodé en mi casa de nuevo, me tumbé en la cama, recordé todo lo que viví con Natalia, aquí fue la primera vez que lo hicimos, echaba mucho de menos tocar su piel tersa y acariciar sus pómulos.

-¿Qué tal?- preguntó Marina sentándose en la cama.
-bien, tengo ganas de trabajar de ilustradora- dije abrazándola.
-tiene buena pinta...- dijo sonriendo- ¿Y Natalia?
-no lo sé, no sé de ella desde que volvimos del viaje, me duele dejarla sola, no te voy a mentir, pero está con Miki y cambiar de aires siempre vienen bien ¿no?- dije algo triste.
-verás como en nada podéis hablar aunque sea por teléfono- afirmó tocándome la mejilla.

Las semanas pasaban y me habían ascendido en mi trabajo, también hacía cuadros y me encantaba diseñar portadas de libros, ganaba bastante dinero por ello me había hecho un amigo llamado Alex, congeniamos bastante bien y siempre después de trabajar iba a su casa.

Cuando llegaba siempre tenía el sentimiento de que hoy me llamaría Miki, pero nada, eso nunca ocurría, nunca paraba de pensar en que estaría haciendo Natalia, pero seguramente esté encerrada componiendo música, y haciendo alguna obra de teatro, me encanta escucharla cantar...

NATALIA POV

1 mes encerrada, mi vida se había convertido en una absurda rutina, me levantaba a hacer clases que consistían en hacer objetos de barro, jugaba a las cartas y alguna que otra actividad deportiva.

No tenía la guitarra, y solo me dejaban lápices de colores y sin punta, por si hacia alguna locura... me prometí que nunca haría eso, nunca más. Tomaba pastillas cada 8 horas y mi tiempo libre era pintar en el escritorio.

Intentaba innovar, pero siempre acababa apareciendo la figura de Alba en mis dibujos, joder la echo tanto de menos, cada día rezo porque ella no me esté haciendo esto, que ella no tenga nada que ver, que no me esté olvidando, aunque las pastillas me dejaban ida, ella estaba en mi cabeza para calmarme, joder...

Después de hacer deporte casi todas las mañanas me duchaba y me tiraba horas mirando por la ventana, esperando algún milagro, a pesar de que me dijeron que solo iba a estar un par de meses, no soy tonta como para saber qué es mentira, que me quieren quitar del medio.

Las personas que viven aquí conmigo son personas mayores, adultos, hay algún que otro niño y un par de chicos de mi edad, por su puesto que no estaban en mis condiciones, y nunca me dejaban relacionarme con ellos.

Mi única amiga aquí es Julia, una niña de 8 años que no tiene ningún problema, a la pobre le metieron en la cabeza que está enferma, yo la intento proteger de todos los médicos pero la veía demasiado poco, pintamos juntas y alguna vez la cantaba, me encantaba ver cómo me pedía canciones dando saltitos y dando palmadas, me recuerda tanto a Alba...

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Tengo que reconocer que he llorado escribiendo esto, sé que no es lo típico y que igual me estoy pasando cuatro pueblos...
Después de esta trama que va a durar bastante pienso acabar la novela, no sé cuál será el final pero tengo claro que quiero innovar.
Gracias a los que leéis, compartís y votais los capítulos.
Os quiero ♥🤘

Despacio // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora