39. Cantábrico

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NATALIA POV

Anduvimos un rato abrazadas y volvimos a la furgo, estaban todos despiertos y desayunando algún bollo o algo.
-¡Mira qué bien!- dijo Miki divertido- La señorita que ha despertado a medio camping.
Todos empezaron a reír y a aplaudir.
-perdón, ya lo he dicho, perdón- dije cogiendo un bollo de la cesta.
-Natalia que te he escuchado hasta yo que no estaba dentro- dijo Pablo riéndose- menos mal que solo dormís no quiero ni saber cómo se escucharán otras cosas...
-eso solo lo hacemos tú y yo- dijo María dándole un beso a Pablo.

Decidí cambiar de tema porque Alba estaba más roja que un extranjero en Benidorm.
-Vamos a ir a una playa increíble- dije con la boca llena- está por Vicente de la barquera y espero que os metáis al mar eh...
-Yo me quedaré tomando el sol- dijo África guardando las cosas.
-Yo me quedo con Afri en la toalla también- afirmó Pablo.
-que aburridos que sois- dijo María riéndose.

Terminamos de desayunar y recoger la furgo y nos montamos de camino a la playa, íbamos por carreteras entre bosques frondosos, cada cierto tiempo se podía ver el mar, pero el bosque aparecía de nuevo, cogí un pincho de mi bolsillo y lo puse en la furgoneta, empezó a sonar una canción que grabé con el grupo de la cafetería donde trabajo, "don't ask", subí el volumen a tope.

Alba me miró sorprendida, ella está de copiloto y yo empecé a cantarla mientras sonaba.
-¡NAT! ¡Qué pasada!- dijo Alba riéndose y tapándose la boca con la mano, me encantaba verla feliz.

Empezamos a cantar como locos el resto de canciones que aparecían hasta que aparqué la furgo en un "camping" era una pradera en la cual te cobraban, sin más.
-tendremos que bajar una cuesta para ir a la playa- señalé un camino empinado- y ¡A disfrutar!

Nos cambiamos todos y bajamos con las toallas, la comida que eran sobras de los bocadillos de la cena y alguna que otra fruta. Era el día idóneo, había 25°C aproximadamente y no corría mucho el aire, el Cantábrico está helado pero con esta temperatura es algo apetecible.

Nos empezamos a instalar con las toallas y a embadurnarnos de crema por todos lados.
-Pablo, pensé que no podías ser más blanco- dijo María riéndose.
-Ya te lo recordaré está noche- dijo Pablo algo pícaro.
Me había puesto un bañador negro de una sola pieza bastante chulo, Alba iba con uno blanco, África rojo y María de varios colores.
Alba estaba tumbada boca arriba en la toalla.
-Venga Albi métete conmigo al mar- dejé las zapatillas y la ropa guardada.
-no me apetece- dijo sería.
-venga Albi- dije alargando la i.
-no me apetece Nat-
-¿Por qué?- pregunté acercándome a ella.
-porque no quiero-
-Alba tía vaya puta chorrada de argumento- dije riéndome- dime porque no quieres- alba suspiró.
-porque me da miedo el mar, tengo una especie de trauma...- dijo seria.
-cuéntame qué te pasó anda- me senté junto a ella.
-de pequeña en Valencia me picó algo en el mar y no pude mover la pierna, pensé que me ahogaba, no me he vuelto a meter al mar desde entonces-
-pero estás conmigo, no voy a dejar que te pase nada Alba- dije tocando su mejilla.
-me da miedo, ya está-
-¿No te fías de mí?-
-no es que no me fío de ti Nat, que de verdad que no puedo- dijo incorporándose y sentada a mi lado.
-¿y no lo quieres intentar?- hice un puchero triste.
-no lo sé...- dudó entre decir que si y que no.
-venga va- la cogí de los brazos e íbamos en dirección a las olas.

ALBA POV

María sabía mi miedo y cuando me gire a verla me miraba super extrañada, Natalia me rodeaba con los brazos hasta que llegamos a pie de orilla.
-¡está helada Nat!- dije apartando mi pie del agua.
-eso le da más emoción- dijo entrando despacio al mar- venga ven...
-tengo miedo- dije realmente aterrorizada.

Natalia se acercó a mí y me cogió de los brazos y fui con ella entrando poco a poco, el agua estaba congelada, nada que ver con el Mediterráneo. Para mí suerte no había muchas olas, estaba bastante calmada el agua.
Llegamos a una zona donde me cubría casi por la cabeza, pero a Natalia obviamente no.
-No voy a entrar más- dije firme
-venga... un poquito más, no hay olas- dijo Natalia acercándome a mí.
-no, no quiero nadar- empecé a ponerme nerviosa, estábamos bastante lejos de la orilla.
-ven- Natalia me cogió y cuál koala enrredé mis piernas por su cadera- ya está, así me vale.
-¿esto solo era una excusa para tocarme?- dije algo molesta.
-No, pero me gusta juntar dos de mis cosas favoritas, el mar y tú- dijo sonriente muy cerca de mí.
-eres una pelota- reí ante su comentario.
-puede...- se acercó y mi nariz empezó a rozar la suya, la besé, nada sexual, era reconfortante.

Estuvimos casi una hora dentro hasta que salimos afuera, María y Miki seguían en el mar y África y Pablo jugaban a las cartas en las toallas.
Corrimos hasta las toallas porque hacía un frío que te cagabas y nos pusimos a jugar a las cartas también.
Pasó un rato hasta que aparecieron María y Miki y empezamos a comer, yo tenía restos de un sándwich vegetal y varias piezas de fruta.
-Para vuestra suerte, en este camping hay una zona con grifo, es decir, una ducha- dijo Natalia aplaudiendo.
Todos nos alegramos un montón y terminamos de comer.

La idea de Natalia era estar todo el día allí pero a mí no me apetecía estar más, me lo había pasado bien pero me apetecía más una ducha.
-Yo me voy arriba, no me apetece más playa y me quiero duchar- me levanté con la toalla aún puesta y me dirigí hacia el camino.
-espérame- dijo Natalia recogiendo sus cosas- yo tampoco quiero nadar, estoy cansada.
-me voy a duchar y luego a echarme una siesta tal vez- dije mientras subíamos la Cuesta del demonio, bajarla fue divertida, subirla no tanto.

Llegamos arriba y dejamos nuestras cosas en la furgo y cogimos algunos geles para la ducha, Natalia me guío hasta ella.
-pensé que era algo más práctico, no un tubo que tira agua directamente- dije riéndome.
-No da para mucho, pero es lo que hay- dijo Natalia.

Acabamos duchándonos juntas ya que el agua caliente duraba poco y en poca cantidad, fue un poco desastre.
-menos mal que tenemos el pelo corto- dije colocándome la ropa nueva encima del bikini para luego quitármelo.
-imagínate a África- dijo Natalia, nos empezamos a reír.

Caminamos hasta la furgo y nos pusimos sudaderas ya que empezaba a correr el aire un poco, Natalia sacó una manta y la colocó al lado de la furgoneta y se apoyó de espaldas a la puerta de ésta.

NATALIA POV

Para mí grata sorpresa Alba se tumbó encima de mí mirando al horizonte.
-está ducha me ha venido genial- dijo colocando su cabeza en una mejor posición.
-me ha relajado mucho- contesté mientras acariciaba los brazos de Alba.
-gracias por ayudarme- Alba suspiró.
-¿Ayudarte...?- pregunté algo perdida.
-con el mar, de verdad que le tengo mucho miedo..- dijo algo triste.
-yo solía venir con una amiga mía de Pamplona a surfear por aquí, este último año no sé si lo haremos, está ocupada estudiando-
-¿hay algo que no sepas hacer?- preguntó Alba girando su cabeza para verme.
-muchas cosas Alba, yo no sé pintar como tú- dije dando un beso a su mejilla- no sé ser adorable como tú...
-¡No soy adorable! Tengo mala leche...- dijo algo enfadada.
-claro que sí que eres adorable...- me acerqué y nos empezamos a besar, eran besos algo salados por restos de agua de mar, suaves, nuestras lenguas no luchaban por ganar... de momento...
-¿a tí te da morbo estas cosas?- preguntó Alba, me sorprendió esa pregunta.
-¿Estas cosas?-
-Si... estás cosas- se giró y se colocó cara a cara para besarme más apasionadamente, no me lo esperaba pero así lo hice, le correspondí.
Alba me mordía el cuello y yo humedecía su oreja, me levanté con ella encima.
-espérame un momento- dije nerviosa y sofocada, abrí la puerta del conductor y cogí mi móvil, le mandé un WhatsApp a Miki diciéndole que no vengan pronto, salí de la furgo dejando el móvil de nuevo allí y volví con Alba.

La subí en mis caderas y la volví a chocar contra el capó del coche.
-soy toda tuya- susurró en mi oído mientras mordía su oreja.

Despacio // AlbaliaWhere stories live. Discover now