33. Tropiezos

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ALBA POV

Pasé una mala noche de mierda, para que mentir, pensé todo el rato en Natalia, no me esperaba que estuviese así y no creo que sea tan rastrera como para hacerse la víctima y jugar conmigo de nuevo, eso no era posible.
Levanté la vista y cogí mi móvil, mandé varios mensajes a Miki, supuse que estuvo con ella ayer.

/WhatsApp Miki/

*Buenos días Miki, siento si escribo muy pronto pero... Sabes cómo está Nat?

Tardo un par de minutos en contestar.

•Buenos días Alba, aunque... ayer no fue buena tarde, Natalia no estuvo bien y fuimos al hospital, no te quiero preocupar...
*En el hospital???
•si, no quiero hablar de eso por WhatsApp, si quieres ven y te lo cuento, estoy en casa de Nat, vigilándola, si no quieres venir lo entiendo.
* Es para tanto??
• ven porfa, así me haces compañía.

/WhatsApp Miki/

Los mensajes de Miki me sobrecogieron el corazón, ¿por qué fueron al hospital?¿Qué pasó?
Me levanté y me empecé a vestir salí de la habitación y fui a la cocina a cogerme una pieza de fruta y desayunar por el camino, en la cocina estaba María.
-buenos días Alba ¿Dónde vas?- preguntó mordiendo un trozo de su tostada.
- a casa de Nat- cogí la manzana.
- ¿a casa de quien?- se levantó de la mesa- Alba, ¿Estás segura de lo que haces?
-claro que se lo que hago, lo siento María pero tengo que ir-
-Alba, después de lo que te ha hecho ¿vas a lamerle el culo?- me estaba enfadando un poco.
-escucha María, Miki llevó a Natalia al hospital después de que saliera de aquí, no me quiere contar que coño pasó hasta que vaya al piso de Natalia porque la está vigilando- hablé bastante alterada.
-ostias...- se volvió a sentar- lo siento, tienes razón, no soy nadie para hablarte así, perdón.
-no pasa nada María, me voy adiós- me despedí con la mano y emprendí mi camino.
Tardé poco en llegar y la puerta del portal estaba abierta, solo tuve que subir los dos pisos andando y hablé por WhatsApp a Miki para que me abriera, no quería tocar el timbre.
-Hola Alba- tenía grandes ojeras y una sonrisa triste, me estaba preocupando.
-hola Miki- le abracé muy fuerte- vamos al sofá.
Avanzamos hasta el sofá, la casa estaba algo desordenada y había un montón de escobas y fregonas afuera, bastante raro.
-¿Preparada? Solo si tú quieres- dijo Miki posando su mano en mi rodilla.
-claro, venga Miki- estaba impaciente y me esperaba lo peor, no hablábamos muy alto para no despertarla, apenas eran las 9 de la mañana.
-ayer salió de vuestro portal muy atacada, lloraba y me dijo que quería estar sola que no la acompañase a casa, en un principio así hice, me fui en coche a casa pero al salir me di cuenta de que Natalia se dejó el móvil en el asiento, así que fui a su casa a dárselo- suspiraba bastante nervioso.
-tranquilo Miki...-
-tengo una copia de las llaves de su casa por si pasa algo, por seguridad, entré y escuché un ruido de unos cristales- hizo una pausa y tragó saliva- me asusté y fui al baño, abrí la puerta y estaba el cristal del espejo hecho añicos y Natalia estaba en el suelo sangrando bastante por su mano derecha, la gritaba pero no me contestaba, solo lloraba estaba como ida... llamé a una ambulancia y no tardaron en llegar, cuando hablé con el médico me dijo que había sufrido un cuadro de ansiedad y se había roto un nudillo...
Me quedé helada, no sabía cómo reaccionar, sabía que no era mi culpa, yo directamente no hice nada, y igual el problema es que no hice nada, empecé a llorar y me abracé a Miki.
-nos dieron el alta varias horas después y fuimos a casa, le dije que me quedaría para vigilarla, intenté limpiar el baño pero no puedo... me angustio...-empezó a llorar- no sé que hubiera pasado si no se hubiese dejado el móvil en el coche Alba, no quiero ni imaginarlo.
Estuvimos un rato abrazados y llorando, estábamos en una situación crítica, tenía ganas de escuchar a Natalia, ya no me dolía tanto que me hiciera daño, me dolía más lo que era capaz de hacerse por cosas como esta.
-¿Puedo ir a verla?- pregunté secando mis lagrimas.
- el médico dijo que nada de movimientos bruscos y que esté durante un par de días en casa, le diré que empezará a trabajar más tarde, empezaba la semana que viene, pero con la escayola y su situación prefiero esperar y que esté mejor, que estéis mejor.
Me levanté y abrí la puerta de su habitación despacio, no me acordaba de como era, tenía un pequeño piano al lado de la puerta y un montón de guitarras.
Estaba tumbada de lado mirando hacia la pared, me quedé en el marco de la puerta apoyada hasta que empezó a moverse.
Me acerqué y me senté en la cama observándola.
-lo siento mucho...-dijo con una voz ronca.
Me dolía tanto verla así, todos me habían dicho que me alejara de ella, menos Marina y mi madre, ellas me dijeron que volvería que no me preocupase, cuanta razón tenían y que estúpida fui.
-soy Alba- dije mirándola
-¿Alba..?- no se giró en ningún momento- no estoy bien, lo siento...
-no pasa nada- no sabía a cual de todas las cosas que le rondaban en la cabeza se refería.
-vienes a que te cuente por qué me fui ¿no?- se giró y se quedó mirando un punto fijo.
-solo si estás preparada, si molesto me voy y ya me lo dirás otro día...
-quédate, porfavor- caían lágrimas por su mejilla y no dudé en apartarselas.
- empecé a tener miedo, miedo a quedarme tan pillada de una persona que si pasara algo me destrozaría, lo que no era consciente es de que me había enamorado de tí mucho antes de esto, estaba tan feliz y me había costado tanto llegar a ese punto que se me hizo grande, necesitaba distanciarme un poquito para pensar para aclararme, aproveché lo de mi madre para despejarme, no me fui por tí, tu no hiciste nada mal Alba...- empezó a sollozar y me tumbé a abrazarla- fui estúpida, pero lo siento mucho.
-vale, no pasa nada Nat, ya pasó...- empecé a llorar de impotencia yo también.
-yo quiero que estés bien- dijo abrazándome más fuerte- ¿puedes quedarte un ratito conmigo? Te echo de menos.
-sin problemas.
La verdad es que a pesar de que me sentía como el culo por juzgar sin saber, me reconfortaba volver a respirar su olor, sentir su presencia y sus caricias, me pesaban los párpados y me quedé dormida.

NATALIA POV

Me sentía libre al ver como Alba me escuchaba y me perdonaba, me sentía en casa abrazada a ella y tenerla cerca de nuevo, todo me daba vueltas y sé que ahora va a ser difícil avanzar pero sé que caminamos juntas, y espero que dure un poco más, no me apetece tropezarme otra vez.

Despacio // AlbaliaWhere stories live. Discover now