Capitulo 3

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Después de una larga y necesaria noche de sueño, Lauren despertó completamente repuesta, no es que estuviera arrepintiéndose pero Camila la dejaba agotada aún siendo una chica de complexión delgada y pequeña, aunque lo disfrutaban mucho y eso era lo que importaba.

Se levanto y se estiro haciendo que sus huesos sonara un poco y bostezó al tiempo que se rascaba la cabeza, fue una de las mejores noches de su vida, Camila sabia lo que tenía que hacer para volverla loca y tenia bien sabido lo que le gustaba. No cabía duda que de todas las chicas con las que había estado era la mejor, y tener el cuerpo perfecto lo hacía alucinante, así que nunca nadie la iba a complacer tanto como ella.

Se puso una bata y salió dispuesta a encontrarla, al cerrar la puerta olfateó café recién hecho y pan tostado con nutella, sonrío al instante ya que Camila sabia lo que le gustaba desayunar. También la inundó el olor a huevos revueltos con tocino, al llegar a la puerta de la cocina, divido a la morena, estaba con una bata de baño igual a la de ella, el cabello mojado y los pies descalzos, sonrió al ver lo concentrada que estaba en la estufa, motivo por el cual no se dio cuenta que Lauren la observaba.

Camila estaba tarareando una canción mientras le hacía el desayuno a su mejor amiga, no eran mas que eso, pero siempre le preparaba algo, de algo tenia que servir que ella estuviera estudiando gastronomía, además, le encantaba cocinar.

Siempre la sorprendía, pero esa mañana llevaba prisa así que decidió preparar algo sencillo, total, Lauren solo comía sin decir nada. Estaba metida en sus pensamientos cuando sintió dos manís que se envolvían en su cintura, sonrió al saber a quien pertenecían esos brazos.

–Buenos días –la ojiverde saludó a sus espaldas.

–Buenos días –murmuró–. Te hice el desayuno.

–¿Qué hay en el menú? –pregunto y dejó un beso en su nuca.

–Huevos revueltos con tocino, pan tostado con nutella, jugo y café –contesto entre suspiros ya que el roce del miembro de Lauren la enloquecía.

–Interesante –murmuró–, pero no me apetece –murmuró con voz sexy–, prefiero degustar a una preciosa morena llamada Camila Cabello desnuda sobre la encimará de la cocina.

–Nunca dije que eso estuviera en el menú –gimió excitada.

–No me importa –la giró.

Primero la miro a los ojos, los hermosos ojos marrones que le derretían el alma, esos a los cuales sin dudar un solo segundo les daría lo que pidieran. Eran su perdición y al mismo tiempo su más grande tesoro, lo supo desde aquella vez en el lago, cada vez que iba a su casa ora hacer tarea en sus años de instituto, siempre la había querido, y la seguros queriendo, la cuidaría y la protegería de cualquiera que quisiera hacerle daño, porque la amaba aunque no se atrevía a decirlo, no  podía hacer nadamos que pensar en ella a cada momento y sin darse cuenta, siempre terminaba herida cuando la dejaba.

Fue entonces cuando se dijo a sí misma que la tendría, no importaba si sus sentimientos eran recíprocos o no, ella siempre la querría y aunque solo la tuviera sexualmente se conformaría. La besó,  fue un beso lleno de lujurias y deseo pero al mismo tiempo en él que demostraba su amor por ella.

Camila la empujó contra el frigorífico y Lauren no dudo ni un segundo para deshacer el nudo de su bata, la quito bruscamente por sus hombros e hizo que la rodeara con sus piernas, Camila no paraba de gemir cuando los labios y la lengua de Lauren bajaron a sus pechos buscando morder y besar.

Usando sus dedos llegó al sexo de la morena y la penetro con suavidad al mismo tiempo que estimulaba su clítoris haciendo que sus gemidos y gruñidos se escaparan de sus labios. Se besaban con desesperación, no era necesario decir que Lauren estaba hipnotizada con su belleza, Camila estaba a punto de llegar al clímax cuando se escuchó una voz detrás de la puerta del departamento y ambas pararon en seco.

–Lauren, amor, ábreme.

–Es Meghan–la ojiverde miro horrorizada a su mejor amiga.

Camila no dijo nada y solo salió corriendo de la cocina, las piernas le temblaban y se sentía mal mientras se vestía, nunca pensó que aquello le pasaría, no  otra vez.

Lauren acomodo su bata y abrió la puerta, encontrando a una sonriente Meghan al otro lado, quien al verla se lanzó a sus labios, ella a duras penas siguió el beso y al parecer a su novia no le importó, cerró la puerta y la empujó contra ella, buscando desesperada el nudo de la bata, pero una voz muy bien conocida por la ojiverde hizo que se le detuviera el corazón.

–Veo que se divierten –Camila hablo seriamente.

–No sabes cuánto –respondió Meghan con un tono malicioso.

–Camila, es que Meghan... –trato de explicar.

–Tranquila –la interrumpió–, lo que hagas o dejes de hacer con tu novia a mi me da igual –sonrió fríamente–, adiós –así fue como salió, rápida y sin dudar.

Con esas simples palabras, el corazón de Lauren se rompió en mil pedazos, no le importaba ni un poco lo que hiciera y eso le dolía como el infierno.

– ¿En que estábamos? –pregunto coqueta.

–En nada –se separó bruscamente–, ¿venías para algo importante o solo para que te follara? –espetó molesta.

–Tranquila, venía a darte una noticia maravillosa –le sonrió.

– ¿Qué sucede ahora? –pregunto ya irritada.

– ¡Estoy embarazada! –chillo emocionada.

–Es una broma, ¿cierto? –Lauren pregunto casi al borde del desmayo a causa de lo aterrada que se encontraba.

–No, vamos a ser mamás –sonrió enormemente.

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Si hay algún error por favor avísenme para corregirlo.

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Best friends (Camren G!P)Where stories live. Discover now