Capitulo 24

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Luego de una semana en el hospital llevaron a Lauren a su departamento junto a Camila, su madre se había puesto histérica cuando supo lo que pasó, y Mike casi al instante puso una denuncia, Tay estaba demasiado preocupada y Chris solo se mostró simplemente molesto con lo que había sucedido. Sinu se preocupó por ella todo el tiempo y casi siempre iba a visitarla mientras Alejandro ignoraba el hecho de que estaba en el hospital.

Camila se pasaba el día entero al tanto de ella y Lauren ya estaba cansada de estar sin poder moverse, solo acostada en la cama, "ya me duele el trasero", decía cada vez que las chicas la visitaban, Camila hacía su mejor esfuerzo por ayudar a su novia, pero también se cuidaba para que su embarazo no se viera afectado.

Le diagnosticaron dos costillas rota, la muñeca izquierda con un esguince y el fémur astillado, en el abdomen tenía cerca de diez cortes superficiales y una leve contusión en la cabeza.

Lauren sabía perfectamente quién había mandado a Zayn pero no quería decir nada, fuera cual fuera el problema que tenía con ella lo iban a tratar de frente, ella no era tan cobarde como él para ir a denunciarlo, tampoco iba a decirle a sus padres lo que en realidad pasó, ellos pensaban que había sido un asalto, las únicas que sabían la verdad eran sus amigas y Camila, pero sabía que ellas no dirían nada, o eso es lo que esperaba.

Ese día iría a consulta, Chris pasaría por ella y Camila los iba a acompañar, ya se había bañado y arreglado aunque solo llevaba ropa de deporte. Escuchó como tocaron el timbre y minutos después su hermano la llevaba en brazos al auto, sí, definitivamente odiaba que la cargaran, y él lo sabía.

—¿No pudiste solo hacer que me apoyara en tu hombro? —se cruzó de brazos.

—No, podrías haber resbalado y lastimarte más —respondió pacientemente con la vista en la carretera.

—No estoy inválida —gruñó disgustada.

—Tienes razón, y tenemos suerte de que solo hayan sido unas costillas rotas —espetó Camila—, ¿no puedes tener mas cuidado? Pudiste haberlos visto, ¿qué es lo que veías? —se cruzó de brazos.

—Por favor, no otra vez —apretó los ojos.

Toda la semana Camila le había recordado el incidente y siempre le reclamaba lo mismo, "te conozco, Jauregui, de seguro que ibas por ahí mirándole el trasero a alguna chica", y siempre era lo mismo, nunca le contestaba.

—Es que me preocupo por ti, tienes que entender.

—Bueno, ya, prometo vigilar bien la próxima vez —bajó la cabeza.

—Mjm... gobernada... mjm —Chris se burló y Lauren le lanzó una mirada de muerte.

—Tu hermana te adora, Chris, pero es mejor que no la hagas enojar, su humor es un asco, parece que le llegó el período —le advirtió seriamente.

—Ella sabe que me gusta joderle la existencia —él se encogió de hombros.

—¿Vas ayudarme a bajar o vas a quedarte ahí como idiota? —la ojiverde miró a su hermano con el entrecejo fruncido.

—Te lo dije —Camila se burló.

—Yo creo que te hace falta sexo, por eso estás así de amargada —la ayudó a bajar.

—Mas vale que te calles, Chris —la ojiverde apretó los dientes.

—Vaya, sí que estás irritante —asintió lentamente—, definitivamente necesitas sexo.

••

Cuando llegaron al departamento de nuevo, Lauren se sentó en el sofá con los brazos cruzados, claramente molesta, Camila se sentó frente a ella en el otro sofá y la miró con el entrecejo fruncido, la ojiverde solo la miraba fijamente con la mandíbula apretada.

—¿Ya me vas a decir qué es lo que te pasa? —suspiró.

—Mira, Camila, que yo no pueda moverme no significa que puedas estar coqueteando con cualquier imbécil que se te ponga enfrente —espetó enojada.

—¿Qué dices? —la miró confundida.

—Lo que escuchas, ¿crees que no me di cuenta como lo mirabas y él a ti? ¡No soy idiota, Camila! —le gritó.

—¿Estás diciendo que soy una puta? —preguntó indignada y con la rabia inundando su tono de voz.

—Pues si te queda el saco —miró a otro lado.

—¿Sabes qué? Ya me hartaste, tu mal genio, tus gritos por todo, cuando no quieres que haga cosas por ti, ¿ahora tus malditos celos? Y por si fuera poco me acabas de decir puta —se levantó del sofá—. Vete a la mierda, que te aguante otra porque yo ya no —dio un portazo al salir.

Lauren suspiró enojada consigo misma, apretó los puños y se arrepintió de lo que dijo, sabía que había estado mal, pero de alguna manera sentía que no había sido del todo su culpa, cuando estaban en la sala de espera, un chico se acercó y se sentó al lado de Camila todo el tiempo, hablaban muy cerca para su gusto, pero claro, Camila dijo que no le había coqueteado, por Dios, Lauren mejor que nadie sabía cuando una chica le coqueteaba a alguien, y a menos que estuviera siendo una estúpida estaba segura de que si ves mucho a alguien y sonríes quieres algo con ese alguien, ¿cierto?1

Se golpeó la frente, sí estaba siendo una estúpida, tomó su teléfono y marcó el número de Camila, pero ella no contestó ni una de las quince veces que llamó, estaba frustrada y enojada por haber dicho lo que dijo y peor aún, si ella estaba así no quería ni imaginar como estaba su novia.

••

Camila estaba caminando por la calle sin prestar atención, las palabras de Lauren aún metidas en su cabeza, ¿en verdad pensaba que era una puta? Negó con la cabeza y suspiró entrando a una cafetería, se sentó en una mesa alejada de la ventana y fue atendida rápidamente.

—¿Qué vas a querer para tomar? —sonrió.

—¿Troye? ¿Qué haces aquí? —lo miró confundida.

—Estoy trabajando, ¿qué más sino?

—Pero, ¿no se habían ido todos? —frunció el entrecejo.

—Bueno, me quedé aquí porque quiero ser independiente, así que busqué un trabajo y aquí me tienes.

—Pensé que te habías ido con tus padres y Meghan —frunció el entrecejo nuevamente.

—Nah, aquí estoy bien, ahora, ¿qué vas a tomar?

—Un capuchino con dos de azúcar y galletas de nuez —sonrió.

—Tu pedido estará listo en seguida —se retiró.

Minutos después Troye le llevó su capuchino y sus galletas y se fue a seguir atendiendo mesas. Camila comía galletas tranquilamente y se sobresaltó al sentir unas manos sobre sus ojos, con miedo las tocó y se asustó mas al sentir que eran de hombre.

—¿Quién eres?

—¿Tan pronto me olvidaste? Eres una mala amiga.

—¿Troy? —lo miró emocionada.

—¿Cómo te va?

—¿Qué haces aquí? —sonrió enormemente.

—Bueno, digamos que vine a ver a mi amiga estadounidense, porque ella no regresó a Ontario luego de venir hace un mes —se encogió de hombros.

—Es que Lauren y yo somos novias ahora, o lo éramos, no tengo idea —frunció el entrecejo.

—¿Cómo es eso?

—Vine aquí a impedir su boda y después todo esto pasó —miró la mesa con una pequeña sonrisa nostálgica.

—¿Y por qué no sabes si siguen siendo novias?

—Es una larga historia —suspiró.

—Tengo tiempo de aquí hasta que tu bebé nazca.

Best friends (Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora