Capitulo 10

1.4K 96 4
                                    

Lauren estaba tirada en su cama viendo televisión mientras leía un poco, estaba vestida con unos bóxers negros y una camiseta blanca, sus calcetines blancos también, gafas para leer  y el cabello suelto.

Ya habían pasado dos meses desde que Camila se había ido y no había día en que no la llamara, sin embargo ella siempre cortaba. La boda se había retrasado y entonces se iba a celebrar a finales de diciembre, Meghan estaba un poco muy fastidiada con respecto a eso, pero Lauren estaba más que feliz.

Como ya era de costumbre, Meghan  no estaba en casa, Lauren no sabía dónde estaba y a decir verdad, no era que le importara mucho realmente. Normani la había visitado unas horas atrás y habían hablado de todo lo que sucedió luego que que Dinah le entregó la carta que Camila dejó para ella.

Claramente escuchó cuando la puerta del departamento se abrió y se cerró de nuevo, extrañada miró a la puerta de su habitación y se rascó la cabeza pensativa.

—¿Meghan? ¿Eres tú? —preguntó desde la cama.

Al no obtener respuesta, se extrañó y empezó a preocuparse. Sin dudarlo un momento más, se quitó las gafas y se levantó de la cama, mientras buscaba sus pantuflas escuchó una voz inconfundible para ella y se quedó sin aire.

—¿A dónde crees que vas, Jauregui? —preguntó una voz aterciopelada

—Camila —tragó saliva—, ¿qué haces aquí?

—Vine a verte, te necesito —se fue acercando.

—¿No deberías estar  en cualquier otro lugar? —preguntó nerviosa.

—Necesito a mi mejor amiga —le dio una sonrisa lasciva.

Sin dar tiempo para responder, la besó como si no lo hubiera hecho en años, lo cual por una parte era cierta, pero se separó antes de que Lauren le siguiera el beso. Mordió sus propios labios y se acercó al oído de la ojiverde para susurrar cuánto la necesitaba con una voz tan sexy que le hizo hervir la sangre.

La arrinconó contra la pared y besó su cuello sin piedad, haciendo que gimiera al instante. Con su lengua trazó un recorrido por toda su mandíbula que ahora se encontraba entre abierta a causa de los gemidos que dejaba escapar.

Camila con toda la fuerza de voluntad que tenía, empujó a Lauren lejos de su cuerpo, lo cual hizo la mirara con recelo. Sin embargo, la morena tenía una mejor idea de cómo hacerla disfrutar.

—¿Qué es lo que te pasa? Vienes, me dices que te haga mía y...

—Quiero hacer las cosas a mi manera —murmuró seductoramente—, además, es algo que te va a encantar.

—Muero por  ver lo que tienes para mí —la tomó por la cintura—, y quiero que sientas lo que yo tengo para darte —la apretó contra su miembro.

Camila gimió al sentir lo dura que estaba, para nadie era un secreto que Lauren era de un gran tamaño, y la mayoría de las chicas sabían que era realmente buena y apasionada en la cama. A decir  verdad, la morena estaba más que impresionada con las cosas que la hacía sentir, sin duda las reacciones que experimentaba su cuerpo solo se hacían presentes cuando estaba con ella, y nadie podía hacerle sentir tanto placer como ella, nadie la llevaba a implorar por más.

Lauren la apretó mas contra su cuerpo y la besó con dulzura, nada comparado con el beso de hace unos momentos, se tomó su tiempo para explorar la boca de Camila  con su lengua, bajó con dulces besos por todo su cuello y después succionó el punto de su pulso, haciendo que jadeara.

No esperó más y con cuidado quitó su blusa, viendo como sus pezones estaban erectos bajo su sostén. Bajó las manos hasta el botón de sus jeans y lo desabrochó lentamente, deslizó el cierre y luego los bajó por sus torneadas piernas para que al final, Camila  levantara sus pies y los sacara de ahí, dándole una preciosa vista de su cuerpo semidesnudo.

Con sus suaves manos, recorrió desde la cintura hasta la espalda de la morena, haciendo que se estremeciera con cada roce de sus pieles calientes. En esa ocasión la besó de nuevo, pero el beso ya no era dulce, era un beso lleno de pasión y lujuria, donde salieron a relucir los más profundos deseos de ambas. Lentamente se deshizo del sostén de Camila, lanzándolo lejos de su cuerpo, se alejó un poco para apreciar los pechos que quedaron expuestos ante sus ojos y sonrió con malicia, una idea atravesando por su mente.

Lauren besó el cuello morena lentamente, torturándola y haciendo que su ropa interior estuviera cada vez mas húmeda, fue deslizando sus labios hacia el frente y al llegar a un pezón, lo lamió con la punta de su lengua, lo cual hizo que Camila gimiera en respuesta. Sin dudar bajó con besos húmedos hasta el elástico de la ropa interior, tomándolo entre sus dientes para luego bajarlo de a poco.

Se hincó en el piso y miró a la morena desde abajo, la tenía completamente desnuda y a su disposición. Con una de sus manos tomó la pierna de Camila, colocándola encima de su hombro, haciendo así que se abriera completamente ante sus ojos, ella mordió los labios para no soltar un gemido cuando sintió los dedos de Lauren abriendo más su sexo, ya sabía lo que vendría luego de eso, y estaba segura de que al final de la noche quedaría agotada.

Un gemido involuntario salió de sus labios al sentir como la ojiverde succionaba su pequeño clítoris, tomándolo entre sus dientes y jugando con la punta de su lengua sobre él.

—¡Oh, Lauren! —gimió cuando llegó al orgasmo.

La ojiverde solo la besó en los labios una vez más para después tomarla entre sus brazos y llevarla a la cama, donde empezó a quitarse la ropa por sí sola, ya que la morena estaba tan agotada que no lo podía hacer ella misma. Cuando se quitó la camiseta blanca y lanzó lejos sus calcetines, miró directamente a los ojos de Camila, que estaban ardiendo en lujuria y deseo, tanto, que como pudo se sentó en la cama, la atrajo a ella y la dejó debajo suyo, haciendo leves caricias en su entrepierna a la vez que le besaba el cuello.

—Camila... —gimió con la voz ronca.

—¿Sí?

—Quiero sentirte —la miró a los ojos.

—Y yo te quiero sentir dentro de mí —mordió su labio inferior.

Sin esperar más, la morena adentró su mano en el bóxer de Lauren, acariciando toda la longitud de su miembro y haciendo que soltara roncos gemidos que la excitaban cada vez mas. Desesperada por sentirla, la ojiverde le dio la vuelta y se quitó el bóxer lo mas rápido que sus temblorosas manos le permitieron, así logrando enterrarse en el dulce y apretado sexo de Camila, haciendo que ésta le clavara sus uñas en la espalda.

Lauren empezó a embestir con todas sus fuerzas, acto que las hacía gemir descontroladamente, sintió como Camila se contraía alrededor de su miembro y fue suficiente para mandarlas a las dos a su respectivo estado de éxtasis.

Best friends (Camren G!P)Onde histórias criam vida. Descubra agora