Capitulo 21

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—De verdad me alegra mucho que ahora tengan una relación formal —Clara le sonrió a las chicas.

Luego de que pasaran por algunas cosas, las chicas decidieron empezar una relación de novias, dos semanas atrás Lauren le pidió a Camila que aceptara ser su novia, y en ese momento estaban todos reunidos en la mansión Cabello cenando y celebrando el inicio de la relación.

—Sinceramente, ya se estaban tardando mucho, ¿cómo es eso de que ya iban a darme un nieto y ni novias eran? —Mike se cruzó de brazos y todos rieron.

—Ya basta, papá —murmuró la ojiverde sonrojada.

—Mike tiene razón, Lolo, ¿en qué pensaban?

—En que a lo mejor y ustedes no iban a estar de acuerdo —Camila se encogió de hombros.

—Por Dios, Mila, al menos yo llevo más de tres años esperando a que se hagan novias, por su culpa perdí la apuesta contra Tay —Chris bufó.

—Te dije que eran muy necias —empezó a reír.

—¿Tú no vas a decirnos nada, papá? —preguntó Camila en un murmullo.

—Supongo que felicidades —tensó la mandíbula—. Ahora, si me disculpan, tengo que hacer algunas cosas —salió del comedor.

Todos se quedaron en silencio y la morena bajó la mirada a su plato, Lauren tomó su mano y Sinu le susurró algo a Sofi para que después la niña saliera corriendo.

—Mjm —Mike se aclaró la garganta—, creo que ya es hora de irnos, todo estuvo delicioso, Sinu, espero volver a verlos pronto —sonrió.

—Muchas gracias por venir, y lamento el comportamiento de Alejandro.

—No pasa nada, Sinu —Clara le sonrió.

—Los acompaño a la puerta.

Sinu caminó junto con los Jauregui a la puerta para despedirlos mientras que Camila y Lauren se quedaron solas en el comedor, la ojiverde miraba atentamente el rostro de su novia y ella solo seguía con la mirada fija en el plato.

—¿Ya quieres irte, amor? —preguntó suavemente y Camila asintió.

La ayudó a levantarse y la tomó de la mano para caminar a la puerta donde se encontró a Sinu, al verlas sonrió de nuevo y se acercó un poco para poder hablarles.

—¿Ya se van?

—Sí, Camila está cansada, así que es mejor llevarla a casa —sonrió de lado.

—¿Por qué no se quedan a dormir? —preguntó la mujer amablemente.

—Porque no, mamá, nos vemos después —la morena salió de la casa seguida por Lauren.

—¿Qué te pasa? —la miró confundida.

—Nada —se subió al auto y la ojiverde siguió su ejemplo.

—Te noto mal —la miró a los ojos.

—Con un demonio, Lauren, ¿puedes limitarte a conducir? —preguntó molesta.

—Habla conmigo, ¿quieres? —tomó su mano con cariño.

—Ahora no quiero hablar, y menos contigo —quitó su mano bruscamente.

—Está bien —suspiró y puso el auto en marcha.

Cuando llegaron al departamento Camila corrió a la habitación, tomó sus cosas y se encerró en el cuarto de baño. Lauren dejó las llaves sobre la mesa de centro y se quitó la chaqueta, caminó tranquilamente a la habitación y empezó a desvestirse.

Primero se quitó la camisa azúl de botones y la dejó doblada en una silla, buscó en el armario y tomó el pantalón de un pijama junto a un top deportivo, caminó a la cama y se sentó en la esquina para proseguir quitándose los zapatos, se quitó los pantalones y los dejó también en la silla para después quitarse el bóxer.

Se quedó completamente desnuda y con una liga se hizo una coleta, se puso el pantalón de pijama y después se colocó el top, se recostó en la cama, tomó sus gafas y un libro para empezar a leer. Minutos después Camila salió del baño con su pijama puesto y el cabello suelto, se acostó en la cama y entonces Lauren se fue al cuarto de baño.

Se miró atentamente en el espejo y después se pasó las manos por el rostro, lanzó un suspiro y tomó su cepillo. En cinco minutos ya estaba lista para dormir, así que entró de nuevo a la habitación sin mirar a su novia, se acostó lo más lejos de ella que pudo y apagó la luz de la lámpara. Se estaba quedando dormida cuando sintió la fría mano de Camila sobre su abdomen, fue bajando lentamente y al llegar al elástico del pantalón fue tocando con la punta de sus dedos.

—Detente —tomó su muñeca.

—¿Qué pasa? —preguntó confundida.

—Hoy no, no tengo ganas —suspiró para después recostarse dándole la espalda.

—¿Es porque estoy gorda? —a la morena se le quebró la voz.

—Claro que no —se reincorporó de golpe y encendió la luz.

—Ya no me quieres porque parezco una vaca —sollozó.

—Deja de decir eso —la abrazó contra su pecho.

Camila se recostó más en su cuerpo y Lauren la apretó contra su pecho, besó su frente y acarició su espalda tiernamente tratando de consolarla.

—Desde que soy tu novia no hemos hecho el amor —sollozó de nuevo.

—Es que no quiero lastimarte, y tampoco al bebé —murmuró contra su cabello.

—No vas a lastimarme, la doctora dijo que no pasa nada.

—Pero me da miedo, ¿qué pasa si por algún motivo soy demasiado brusca? —se removió ligeramente incómoda.

—A mí me gusta que seas brusca —se sonrojó furiosamente.

—Pero ahora no eres solo tú, hay alguien dentro de ti que es muy frágil —besó su frente y siguió acariciando su espalda.

—Siento que ya no me quieres —murmuró contra su cuello.

—No podrías estar mas equivocada aunque quisieras —acarició su mejilla—, yo te amo.

—También te amo

•••

—El desayuno está listo, amor —besó sus labios suavemente.

—Vete —Camila se escondió entre las sábanas—, tengo sueño.

—Pero ya es hora de que te levantes, Dinah va a venir a visitarte —se sentó a su lado en la cama.

—No quiero, es una pesada, estoy segura de que va a seguir atormentandome con lo que vio hace un mes aquí mismo —gruñó con cansancio.

—¿También a ti te molesta? Pensé que solo a mí —Lauren se rio entre dientes.

—Como sea —le quitó importancia—, ¿qué hiciste para desayunar?

—Panqueques de chocolate y leche —sonrió orgullosa.

—¿Por qué no me sorprende? —la morena rodó los ojos.

—¡Oye! Dame crédito por esto, sabes que odio la cocina.

—Da igual —se estiró—, llévame, tengo hambre y no quiero caminar.

—Camila —gruñó—, ayer me lastimé el pie, ¿y si mejor traigo una bandeja?

—¿No pudiste hacerlo desde el principio?

—Lo siento, es que tu humor en estos momentos es muy raro, ¿qué tal que me hubieras lanzado el plato a la cara? Nunca se puede ser lo bastante cuidadosa —habló seriamente.

—Eres una boba —respondió riendo.

Best friends (Camren G!P)Where stories live. Discover now