Capitulo 16

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—¿Puedo pasar? —preguntó sin ningún signo de incomodidad.

—Claro que no, te quedas aquí afuera —espetó molesta

—¿Segura que quieres tener esta conversación en el pasillo? Cualquiera podría escucharnos y fácilmente divulgarlo.

—Dime qué demonios haces aquí, no me importa que todos escuchen, total, te gustan los escándalos, ¿no? ¿Cuál es la diferencia de montarlo aquí o en Miami? Oh, ya sé, aquí no tienes a tus malditas putas que te defienden, eres una... —pero Lauren la besó.

Primero Camila se resistió al beso, después se entregó a él completamente, profundizándolo y sintiendo la lengua de la ojiverde jugando con la suya dentro de su boca.

Al alejarse Lauren mordió su labio inferior y cuando abrió los ojos recibió una bofetada por parte de la morena, haciendo que abriera la boca con incredulidad.

—¡Jamás en tu maldita vida vuelvas a besarme, Jauregui! ¡Te lo prohíbo! Y te juro por Dios que si me vuelves a besar, el próximo golpe va a ser en tu entrepierna —cerró la puerta en su cara.

Lauren siguió golpeando la puerta pero Camila no abría, así que optó por una idea un poco arriesgada.

—Camila, si no abres la maldita puerta voy a tirarla, de aquí no me voy hasta que me expliques todo lo que ha pasado —habló con voz firme.

—Estás loca si piensas que me asusta que tires la puerta, hazlo siquieres terminar en la cárcel —respondió del otro lado de la puerta.

—Después no digas que no te lo advertí —se separó de la puerta.

Caminó hasta el otro lado del pasillo y tomó aire, suspiró y de una patada tiró la puerta de la habitación de Camila abajo, haciendo que se rompiera en dos.

—¡Maldita salvaje! —le gritó molesta

—Te lo advertí —se encogió de hombros.

—Entiende que quiero que me dejes en paz —la morena habló llena de coraje.

—La única manera de que yo me vaya es o hablando contigo o llevándote arrastras —dijo seriamente—. Tú eres la que decide.

—Yo decido que te vayas a la mierda, eso es lo que decido.

—Camila, sabes muy bien que soy capás de llevarte a la fuerza, así que es mejor que hables conmigo —aconcejó.

Pero como la mayoría de las veces, Camila la ignoró, pasó de largo por su lado y la ignoró todas las veces que la llamó, haciendo como si realmente estuviera sola. Siguió caminando por el pasillo y pronto sintió las manos de Lauren alrededor de su cintura, haciendo que soltara un grito y la maldijera mil y un veces.

—¡Ahh! ¡Maldita sea! ¡Bájame, idiota! ¡Sueltame! —la morena golpeaba su espalda furiosamente.

Cuando salieron de el pasillo de residencias, Lauren se dirigió a el portón de la universidad, llevaba a Camila fuertemente tomada de la cintura, y estaba mas que dispuesta a llevársela a Miami de nuevo, no importaba quien se opusiera.

—¡Auxilio! ¡Esta loca me quiere violar! —gritó, consiguió la atención de algunos presentes.

—Por Dios, te recuerdo que no soy Austin para querer violarte, a mí no me es necesario utilizar la fuerza —siguió caminando.

—¡Eres una maldita hija de puta! —gritó desesperada.

—Muchas gracias por los cumplidos.

—¡Suéltala, idiota! —Troy la derribó, causando una caída estrepitosa de la cual ni Camila se salvó.

Troy se puso encima de Lauren y empezó a golpearla con todas sus fuerzas, dejándola desconcertada ya que la tomó por sorpresa y no tuvo tiempo de reaccionar, por lo que solo trataba de cubrir su rostro de los golpes.

Camila le gritaba a Troy que se detuviera, pero él solo seguía masacrando el rostro y el cuerpo de la ojiverde, pateando sus costillas y su abdomen, su cara llena de sangre, ya que tenía el labio partido, la ceja rota y su nariz sangraba.

—¡Déjala, Troy! ¡Ya detente! —intentaba alejarlo.

Al final Nick y Justin lo separaron de Lauren y ella quedó tirada en el piso respirando dificultosamente, Camila rápidamente se acercó a ella y se arrodilló a un lado suyo, acariciando su cara delicadamente. Taylor que pasaba por ahí junto con Harry, miró a Lauren tirada y le pidió a su novio que la llevara a la enfermería, cosa que se le hizo difícil, ya que la morena estaba pegada a ella.

Media hora mas tarde Lauren despertó y miró a todos lados, le dolía todo el cuerpo y sentía una algo en su ceja izquierda, llevó su mano a su frente y gimió de dolor al sentir como se lastimaba los puntos de sutura. Hizo una mueca y después sintió un dolor punzante en su costado derecho, así que llevó su mano al lugar del dolor rápidamente sintiendo que no tenía su camiseta puesta.

—Si sigues tocandote te vas a infectar las heridas —escuchó la voz de Camila desde la puerta.

—Voy a seguir haciéndolo, a lo mejor así me haces más mimos —sonrió un poco.

—¿Ni toda golpeada dejas de tener pretendientes? —frunció el entrecejo.

—¿A qué te refieres?

—Todas las chicas se amontonaron para verte luego de que la enfermera saliera de aquí.

—Diablos, qué mal que estaba inconsciente, de seguro hubiera conseguido follar con mas de alguna —fingió lamento.

—Claro, las personas no cambian por una paliza, sigues siendo la misma idiota que siempre has sido.

—Camila, hablando enserio, necesitamos hablar —habló con tono serio

—¿De qué quieres hablar? Que sea rápido.

—Quiero que me respondas algunas preguntas, pero nada más con la verdad.

—Tengo una pregunta antes.

—¿Cuál es? —la miró directamente a los ojos.

—¿Quién te dijo dónde estaba?

—Las chicas no me quisieron decir y tus padres mucho menos —explicó con una mueca.

—Entonces, ¿cómo me encontraste?

—Le pedí a Shawn que rastreara tu teléfono, y aquí estoy—se encogió de hombros.

—¿Llamaste a Shawn solo para encontrarme?

—No, a decir verdad él está en Miami, regresó hace tres días, y por eso fue fácil encontrarte.

—¿Qué te hizo venir por mí?

—Mi bebé —dijo simplemente.

—¿Qué tiene que ver el bebé que vas a tener con Meghan en todo esto? —preguntó confundida.

—No, Camila, nuestro bebé.

Best friends (Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora