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POV Alba

Ya habían pasado casi dos semanas desde que Natalia llegó. La morena y yo nos llevábamos bastante bien. Había ido conociendo un poco tanto a sus amigos como a su familia. Mi madre estaba muy ocupada con el trabajo y no podía venir mucho a verme, mi padre estaba viviendo en Valencia y venía una o dos veces al mes. Mi hermana pequeña, Marina, sí venía a verme más seguido.

Hoy era sábado, estaba nublado y parecía que iba a llover. El otoño teñía las hojas de los árboles que veía por la ventana. Yo no había vuelto a tener síntomas negativos, la fiebre no había subido y digería todo con normalidad. Todo pronóstico para la operación iba bien. Ninguna de nosotras esperaba visita alguna así que nos encontrábamos en  nuestras camas. Yo leía un libro mientras Natalia tecleaba con rapidez en su portátil. Suspiró frustrada y cerré el libro para mirarla.

-¿Qué te pasa? -Pregunté.-

-Nada. -Contestó seca y un poco enfadada, así que decidí dejarla en paz.-

Me levanté de la cama y salí de la habitación dirigiéndome a la cafetería de esa planta. En cuanto llegué miré lo que ofrecían y me decanté por dos batidos de cacao. Pagué las bebidas y caminé de vuelta a la habitación, cuando giré en el pasillo choqué con alguien. 

-Perdón. -Me disculpé enseguida.-

-No pasa nada... -Dijo el chico un poco enfadado.- Ten más cuidado.

-Ya te he dicho que lo siento. -Rodé los ojos y el me miró de arriba abajo.-

-¿Qué te pasa?

-¿A mí? -Arqueé una ceja.-

-Sí. -Dijo obvio.- 

-Estoy enferma. -Confesé avergonzada, aún que sabía que no debía estarlo.-

-Es contagioso. -Se alejó un poco y yo negué.-

-No imbécil. -Dije un poco molesta.- 

-Te hace falta salir... Estás pálida, igual es por eso el mal humor... 

-Déjame en paz. -Rodé los ojos y caminé rápidamente hasta la habitación, cuando llegué cerré la puerta.- 

-Toma. -Sonreí un poco falsamente mientras extendía la bebida a Natalia.-

-Gracias. -Sonrió tiernamente.- Lo siento, estaba estresada. -Se disculpó y yo negué.-

-No te disculpes. -Sonreí conteniendo las lágrimas.-

-¿Pasa algo? -Me preguntó.-

Antes de contestar la puerta se abrió de golpe y el chico con el que estaba hablando antes entró a la habitación con un ramo de flores. Lo miré desconcertada. 

-Nati... -Dijo el y se acercó a la morena, pero ella estiró su brazo apartándolo.-

-¿Qué haces aquí? -Preguntó la morena.-

-Pues venirte a ver, después de todo eres mi...

-¿Tu?

-¿Quieres que llame a un médico? -Pregunté al ver que la morena no estaba cómoda.-

-Ostia, la enferma. -Dijo apartándose.-

-Mikel vete.

Rodé los ojos y me acosté en mi cama ignorando el chico que me seguía con la mirada.

-Te he traído flores. -Comunicó haciéndome reír nasalmente.-

-¿De que te ríes?

-No me he reído. -Contesté.-

Sempiterno // AlbaliaWhere stories live. Discover now