XV

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POV Natalia

Caminaba de un lado al otro de la sala mientras mordía mis uñas nerviosa. Alba se había desmayado. Estaba bien y de repente se desplomó enfrente mía no pude impedirlo fue tan rápido todo. Pasaron unos largos minutos hasta que Manu salió de la habitación dónde se encontraba Alba siendo examinada.

-¿Está despierta? -Pregunté nerviosa.-

-No, aún no. -Dijo Manu y siguió caminando, ignorándome.-

-Manu. ¿Como está?

-Ahora no Natalia. 

-Manu por favor. -Rogué con un nudo en la garganta.-

-Está. -Dijo y subió al ascensor, no dejó de hacer contacto visual conmigo hasta que las puertas de este se cerraron.-

-Mierda. -Susurré.-

Volví a la sala donde me encontraba esperando y me tumbé en uno de los sillones. No sabía que hora era pero no me importaba si venía algún familiar de un paciente y me veía así. Vestida con el pijama tirada en un sofá.  Poco a poco el sueño me venció y no pude evitar dormirme allí mismo. 

La mano de alguien sacudiendo con suavidad mi hombro me despertó. Pestañeé seguido hasta que conseguí aclarar la vista, era Manu. Me miraba con cierta tristeza lo cual me confundió un poco.

-Alba. -Dije.-

-Buenos días Natalia a ti también. -Dijo. Me incorporé sentándome en el sofá y el se sentó a mi lado.-

-¿Y? -Insistí.-

-Está bien Natalia, no tienes nada por lo que preocuparte. -Noté como un gran peso salía de mi pecho en forma de un suspiro.- Puedes entrar a verla si quieres, está despierta.

-¿Qué le ha pasado? 

-Mejor que te lo explique ella que yo tengo prisa, ¿vale?

-Sí, esta bien. -Me levanté rápidamente.- Gracias Manu.

-Hasta ahora. -Dijo y se fue.-

Me arreglé un poco el pelo con la mano y me acerqué a la puerta y la abrí con lentitud. Alba estaba sentada en la cama leyendo un libro mientras sonaba una música de fondo, en un volumen muy bajo casi inaudible.

-¿Nat? 

-Hola cariño. -Dije cerrando la puerta cuando pasé a la habitación.-

Me acerqué hasta la cama y dudé si sentarme a su lado o no, ella se hizo a un lado y dando pequeños golpes en la cama con la palma de su mano me indicó que me pusiera a su lado. Eso hice, con cuidado de no tropezar con ninguna vía me senté la miré con detenimiento.

-¿Qué? -Dijo ella.-

-¿Cómo que "qué"? Casi me matas de un susto. -Puse un puchero y ella rodó los ojos tiernamente.-

-Anda ven. -Se acercó a mí y selló nuestros labios en un corto pero cálido beso.-

-Ahora estoy un poco mejor. -Sonreí de lado.- ¿Qué te ha pasado?

-Me levanté demasiado rápido y estaba un poco débil así que me desmayé y aquí estoy.

-¿Estás bien? -Pregunté preocupada.-

-Sí, no es nada alarmante puede pasarle a cualquiera... Lo que pasa que se han preocupado más debido mi historial médico. -Sonrió ampliamente.-

-Me alegro que no sea nada. -Sonreí y dejé un pico en sus labios.-

Pasamos el resto de la mañana en la habitación y nos trajeron la comida allá. Por la tarde a Alba la trasladaron de nuevo a nuestra habitación.

Yo tenía una sesión de rehabilitación así que me puse una ropa más cómoda y camine con ayuda de la muleta hasta el gimnasio. Cuando llegué esperé a que viniera la doctora. En cuanto llegó me puso a estirar los músculos.

Cuando ejercitábamos la pierna que tenia mal todo me costaba más, era más complicado y era obvio. Después de pasar un tiempo levantando peso con la pierna comenzamos con la cinta. Al principio la marcha era lenta así que andaba, pero con el paso de los minutos la cinta iba cada vez más rápido obligándome a acelerar el ritmo. Esta sesión se me hizo eterna pero valió la pena.

-Muy bien hoy Natalia. -Dijo Lucía, la doctora.- Tres sesiones más y estarás lista para moverte sin la muleta. Después veremos como avanzas y te quedarán solo las últimas sesiones.

-¿Cuanto tiempo aproximadamente?

-Un mes, quizá un poco más. 

-Esta bien, muchas gracias.

-Te veo pronto, adiós. -Se despidió saliendo de la sala.-

-Adiós.

Después de recoger mis cosas me marché a la habitación, Alba no estaba pues hace poco habría empezado su sesión de rehabilitación. Me tomé mi tiempo para ducharme y arreglar un poco mi habitación. Estando a finales de Mayo, si me queda aún un mes para finales de Junio principios de Julio debía estar ya lista para poder salir.

Cuando llegó Alba se metió a la ducha, cuando saliese decidí contarle las noticias que me había comunicado Lucía. Alba terminó de ducharse y salió envuelta en un albornoz blanco, el pelo mojado peinado hacia atrás y unas chanclas rosa chillón.

-Albi, una cosa. 

-Dame un segundo que me visto. -Dijo poniéndose el pijama, cuando terminó se sentó a mi lado.- Dime bebé.

-Me queda un mes de recuperación, un poco más igual. -Comenté.-

-¡Eso es genial! -Dijo abrazándome mientras reía.-

-Pero... Tú.

-¿Pero qué chica? -Rodó los ojos.- No te preocupes por mí.

-¿Te han dicho cuanto tiempo te queda?

-Sí. -Sonrió de lado.- Mes y medio y me dan el alta. -Sonrió ampliamente.- Pero igual tengo que llevar mascarilla y cuidarme de no enfermar... Pillar un resfriado o algo.

-Si... Mejor que te abrigues en pleno Julio. -Dije sarcástica y reímos.-

-Sí, será lo más responsable.

-Entonces...

-¿Entonces? -Arqueó una ceja.-

-Voy a ir reservando una fecha en Agosto para alquilar algún pisito al lado de la playa para ir con mi novia.

-¿Novia? -Preguntó confundida.-

-Ah, bueno, no se lo he preguntado aún... Ojalá diga que sí. ¿Tú crees que si le pregunto a Alba que si quiere ser mi novia ella dirá que sí?

-Eres tonta Natalia. -Sacó la lengua de una forma adorable.-

-¿Alba Reche quieres ser mi novia?

-Sí, Natalia Lacunza.

bonhomía

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Estoy mala y de exámenes, perdón, perdón por no actualizar antes. (En la Comunidad Valenciana no hay puente, no.)

Mañana se viene algo en Pamplona y no se el que y me estoy haciendo ilusiones y no va a pasar nada.

Intentaré no tardar tanto en actualizar sorry.

Besitos.

Sempiterno // AlbaliaWhere stories live. Discover now