XII

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POV Natalia

Después de las declaraciones de Alba pasamos un largo rato en silencio, no era un silencio incómodo. Era un silencio sonoro, porque ninguna de nosotras hablaba pero nuestros pensamientos gritaban.

Iba a decir algo cuando Alba se abalanzó a besarme. No me lo vi venir pero enseguida reaccioné y continué el beso. Un beso cargado de ganas y pasión, ella agarró mi mano y la metió por debajo de la camiseta que llevaba pidiéndome que continuara con lo que dejamos a medias.

Mi mano se paseó por su cintura y terminé sacando la camiseta, ella hizo lo mismo con mi camiseta. Bajé mis besos por su cuello, mordí su clavícula despacio y ella enterró sus manos en mi cabello. Tumbé a Alba y bajé dejando besos cortos sobre su pecho, bajé mi mano y acaricié su abdomen. Bajé las caricias hasta su intimidad, levanté la vista para buscar la aprobación de ella. 

Alba asintió. Quité su ropa interior y la miré de arriba abajo. Me acerqué a besar sus labio mientras uno de mis dedos se abría paso en ella haciéndola gemir. Moví el dedo cada vez un poco más rápido antes de introducir un segundo dedo. Alba arqueó la espalda y yo bajé hasta uno de sus pechos para morder el pezón sin hacer mucha fuerza dándole más placer.

Saqué mis dedos de dentro de ella, bajé mi cara hasta quedar enfrente de su intimidad, la miré mordiéndome el labio al verla excitada. Introduje mi lengua en ella y la moví con rapidez dentro de ella. Cada vez sus gemidos eran más cortos y seguidos así que intuí que estaba apunto de llegar. 

Salí de ella y subí para unir nuestros labios en un beso. Bajé mi mano hasta su intimidad y la masajeé con rapidez hasta que estalló en un orgasmo, me lo hizo saber con un largo y ronco gemido. Besé su mejilla con cariño y ella sonrió ampliamente, acto seguido la abarqué con mis brazos en un abrazo.

Alba besó mi cuello y se separó del abrazo. Me empujó no muy fuerte haciendo que me tumbara en la cama. Me miró con los ojos dilatados y bajó por mi cuerpo dejando besos a su paso. Su mano se posó en mi intimidad haciendo presión. Suspiré profundamente, Alba me sacó la ropa interior y enseguida introdujo un dedo dentro. Lo movió con rapidez, cerré los ojos dejándome llevar por el placer. 

Alba introdujo otro dedo más y se movió más rápido, noté mis paredes contraerse y como estaba a punto de llegar al orgasmo. Ella lo notó y aceleró el ritmo, torpemente iniciamos un beso. Cuando llegué al orgasmo solté un gemido que ahogué en sus labios. Me separé del beso para observar a una Alba, que aún con los pelos alborotados, la respiración acelerada y las mejillas rojas, era hermosa.

-Te quiero, te quiero mucho Alba. -Le dije.- Y no quiero que pienses así de ti misma.

-Pero...

-Pero nada. -Dije y dejé un casto beso en sus labios.-

-Yo también te quiero Nat. -Dijo ella.-

Nos acostamos las dos en la cama, nos cubrí con las sábanas y acaricié la cabeza de Alba vagamente mientras el cansancio se apoderaba de mí. Poco a poco me fui quedando dormida y Alba también.

...

...

Un fuerte estruendo que venía claramente de afuera hizo que me despertara. Abrí y cerré los ojos repetidamente para aclarar la vista. Estiré el brazo buscando la figura de Alba a mi lado y al no encontrarla me extrañé.

Me levanté y me vestí con una sudadera grande, salí de mi habitación y la busqué por la casa. La encontré en la cocina, bailaba y tatareaba alguna canción mientras sacaba dos tazas del microondas. Sonreí inocentemente y me apoyé en el marco de la puerta, carraspeé mi garganta para llamar su atención. Ella se giró con los ojos abiertos como platos. 

-Buenos días cariño. -Dije.-

-Buenos días. -Se acercó y me dio un pico haciéndome sonreír.-

-¿Está lloviendo? -Miré desde la puerta de la cocina hacia la ventana.-

-No, está diluviando... -Rodó los ojos.- Está tronando también, me parece que hoy no vamos a poder salir.

-Lo siento. -Dije volviendo la vista a ella.-

-No te desanimes. -Sonrió de lado.- Al menos no estamos en el hospital tumbadas sin hacer nada. -Se encogió de hombros.-

-¿Que estás preparando?

-Pues... Dos tés, dos tostadas con aguacate y unos gajos de naranja. 

-Tiene muy buena pinta. -Sonreí ampliamente.-

-Lo sé, soy una cocinera excelente. 

-Como se lo cree... -Bromeé y después reímos.- ¿Qué tal te encuentras?

-Bien, bien... -Dijo.- No me has subido la fiebre así que bien.

-Pues ayer estabas caliente. -Guiñé un ojo y ella rió.-

-Por dios Natalia. -Dijo entre risas.- Va, ayúdame a llevar esto al comedor.

-Sí chef. 

Desayunamos tranquilamente mientras mirábamos cualquier cosa en la televisión. Haciendo zapping pasamos por el canal meteorológico y escuchamos con atención el pronóstico para este fin de semana. El sábado daban tormenta eléctrica pero por la noche daban cielos semi-despejados, así que para el domingo se previa buen tiempo.

-Pues mañana si que podremos salir a dar una vuelta, ¿qué te parece? -Dijo ella.-

-Perfecto. -Sonreí ampliamente.-

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Holi!

Siento estos capítulos cortitos pero no me da la vida.

Madre mía la recuperación que estrés más malo... Espero aprobar.

Os deseo un buen finde.

Sempiterno // AlbaliaWhere stories live. Discover now