IX

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POV Alba

Por fin. Hoy acababa la rehabilitación y ya podía volver a la habitación, pero eso no era lo que más me interesaba, sino volver a ver a Natalia.

Después de que el proceso se alargara dos semanas más ya podía volver a mi normalidad. Los médicos se ofrecieron a llevarme en una silla de ruedas hasta la habitación pero negué la propuesta y decidí moverme por  mi cuenta. 

Natalia venía todos los días a verme, pasábamos las tardes contándonos tonterías, conociéndonos mejor. Era increíble el cariño que le había cogido a Natalia en estos días y era increíble las ganas que tenía de abrazarla, de sentirla, de besarla. 

Me moví con la silla y llegué a la habitación. Suspiré profundamente antes de abrir la puerta, giré el pomo de esta y empujé esta con cuidado para dejarme paso. En cuanto entré a la habitación esperaba ver a Natalia tumbada en la cama leyendo cualquier libro o en la silla de ruedas escribiendo algo en su libreta, pero no estaba allí. 

Me adentré en la habitación y cerré la puerta tras pasar, miré alrededor comprobando que la morena no estaba allí y suspiré frustrada. Me levanté de la silla de ruedas y la plegué dejándola apoyada en una de las paredes. Respiré profundamente mientras miraba por la ventana de la habitación. Las cosas de la chica seguían allí así que supuse que estaría pasando alguna prueba.

Decidí matar el tiempo y comencé a dibujar en una de las hojas de mi bloc, un simple boceto hecho a lápiz. Sin darme cuenta terminé dibujando a Natalia, era un boceto suyo remarcando sus preciosas facciones faciales. Cerré el bloc y caminé unos pasos hasta sentarme en un pequeño sofá que había en la habitación, me puse unos auriculares y puse música en mi móvil. Esperé con paciencia mientras miraba a la puerta, la música me distraía.

De repente la puerta se abrió haciendo que me pusiera en pie de inmediato sacándome los auriculares rápidamente. Natalia me miraba anonadada desde su posición y yo sonreí ampliamente. El proceso de recuperación y rehabilitación se había alargado debido a que un día me subió la fiebre y no podían arriesgarse. 

Estaba tan emocionada que me costó ver que la morena ahora no iba en una silla de ruedas, sino que cargaba unas muletas grises, su gemelo ya no estaba cubierto por aquella escayola, ahora la cubría una venda que parecía bastante tensa. Yo la miré de arriba abajo sonriendo. Ella pasó y cerró la puerta una vez estuvo dentro de la habitación.

Dio dos torpes pasos con las muletas hasta quedar enfrente mía, los ojos se me aguaron y contuve las lágrimas. Se deshizo de una de las muletas para acariciar mi mejilla y mantuvo su equilibrio apoyada en la otra muleta. Mi piel se erizó ante esa caricia y yo pasé mis dos brazos por su cintura abrazándome a ella, apoyé mi cabeza en su pecho y escuché su corazón latir con fuerza. 

Nos quedamos así durante un tiempo hasta que decidí separarme. En silencio aún nos sentamos en su cama, serían las diez de la noche más o menos pues perdí la noción del tiempo esperándola. 

-Nat. -Hablé y ella me miró.-

Se acercó a mí y puso su meno en mi mejilla atrayéndome a ella para sellar nuestros labios en un necesitado beso. Habían tantos sentimientos ahogados en ese beso que no pude evitar soltar un gemido. Cuando nos separamos del beso entrelacé nuestras manos.

-Dime Albi. -Respondió a mi previo llamado.-

-Lo he superado. -Sonreí ampliamente aún sin creerme mis palabras.-

-Ya te veo, ya. -La cara de Natalia se iluminó en una amplia sonrisa.- 

Había superado un trasplante de médula, ahora solo me quedaba recuperarme al 100% para poder volver a salir fuera.Aún me quedaban pruebas y análisis para comprobar que el cáncer había desaparecido.

-¿Y tú qué tal? -Dije mirando su pierna.-

-Pues nada... -Rodó los ojos divertida.- He empezado la rehabilitación para volver a andar, correr, saltar... -Suspiró.- Pero aún me queda mucho trabajo por delante, me cuesta mantenerme de pie. 

-No te preocupes, todo a su tiempo. -Animé y ella asintió.-

Un doctor llamó a la puerta antes de entrar, nos anunció que la cena estaría servida en diez minutos. Cada una se fue a su respectiva cama y esperamos a la cena. Yo tenía una dieta especial, Natalia disfrutaba con un puré y unas pechugas de pollo a la plancha. Pusimos algo de música en su portátil, se ve que habían algunas canciones nuevas que Natalia estaba esperando para enseñarme. 

Poco después de acabar de cenar nos recogieron la cena y nos avisaron de que apagáramos la música que iban a apagar las luces que era hora de dormir. "Apagar las luces", las luces de las salas comunes, comedor y algunos pasillos las apagaban para que sea más cómodo dormir. Asentimos a todo lo que dijo la enfermera y nos acostamos.

Yo estaba mental y físicamente exhausta, toda las semana conectada a mil y un aparatos diferentes, pasando mil y una pruebas diferentes. Sabía que eran necesarias si quería recuperarme correctamente pero me cansaba. 

Estábamos las dos tumbadas en nuestras camas mientras manteníamos una conversación.

-¿Entonces cual es tu canción favorita? -Preguntó ella.-

-Hum... -Pensé.- My strange addiction. -Respondí.- ¿Y la tuya?

-Pues... Bad Guy. -Dijo.- O ilomilo.

-Bueno, todas las canciones son una puta pasada... -Ella asintió.-

-Es que Billie tiene demasiado talento.

-Estoy de acuerdo. -Reímos.- Algún día me tienes que tocar algo en el piano.

-Está hecho. 

Ella estiró su brazo y yo el mío, busqué su mano en la oscuridad y cuando la encontré tomé esta con cariño. Ella me acariciaba la mano y poco a poco ne iba quedando dormida. Desenlazamos nuestras manos y yo cerré la mía en un puño y di un beso al pulgar.

-Buenas noches amor. -Dije.-

-Buenas noches amor. -Ella imitó mi gesto.-

Amor

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Hey hey heyyyyy.

Espero que tengáis una semana super guay.

Yo tengo recuperación de mates el viernes ajajaj, es que esto de los números no me va mucho...

Bueno, espero poder seguir subiendo un capítulo diariamente. :)

❤❤❤

Sempiterno // AlbaliaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz