Capítulo 7: B de cristal y B de deseo.

65.2K 6.3K 7.9K
                                    

En multimedia el tráiler. Espero que el capítulo les guste y el tráiler también ahre 

Mil preguntas rondan en mi mente, mil reacciones distintas de su parte, mil formas de decirle. Sin embargo, lo único que siento al pensar todas esas cosas, solo me genera una mezcla extraña. Es como cuando mezclas bebidas y luego quieres vomitar. Pues estoy así, me siento tranquila y nerviosa, emocionada y aterrorizada. Hace solo unos minutos no tenía idea de que podía sentir emociones tan distintas al mismo tiempo y me asquea. Solo quiero dormir para pensarlo mejor.

Definitivamente fue un tonto impulso enviar ese mensaje y el contarle será la mayor estupidez que pueda llegar a hacer. Después de todo, no es nada definitivo, ¿O sí? No estoy enamorada de Joe, quizás lo sienta así pero... no puedo estarlo. Es Joe y yo, bueno, soy yo.

En cuanto llaman a la puerta mis ojos se abren tanto que creo que saldrían de su lugar. Me acuesto en la cama y cubro todo mi cuerpo con el edredón. Llevo una de mis manos a mi cabello donde lo desarreglo un poco y luego pellizco mis mejillas.

—Adelante —murmuro con voz algo ronca y sintiendo que vomitaría mi corazón dentro de poco.

Joe se adentra como siempre, frunciendo el ceño y entonces sé que en realidad le preocupa que le haya mandado el mensaje. Algo muy dentro de mí me dice que él sabe perfectamente porque lo cite, pero no, eso no tendría sentido. Solo Thomas sabe que me atrae, ¿Cómo podría enterarse?

—¿Ocurrió algo? —me pregunta preocupado y solo ladeo la cabeza sintiendo ganas de tomar su rostro entre mis manos, y besarlo. ¿Y saben que hice?

Me aguante, por supuesto.

—Creo que estoy enferma —miento tosiendo falsamente

—¿Enferma? —frunce el ceño. Se sienta en mi cama. Con su proximidad me pone nerviosa, creo que se nota en mis ojos— Hace unos minutos estabas bien...

—Sí, no sé qué pudo haber pasado... Yo creo que... —me interrumpe.

—¿De eso querías hablar?

Me quedo viéndole, sus ojos verdes parecen confundidos y tomo una profunda respiración mientras frunzo mi ceño, sintiendo como si tuviera ganas de vomitar por todas las emociones contradictorias que causa en mí.

¿Por qué diablos siento que lo sabe?

—Sí, ¿De qué otra cosa querría hablar? —pregunto soltando todo el aire que contenían mis pulmones— No hay otra cosa de la cual podríamos hablar, Joe —digo sonriendo confiadamente, aunque por dentro tengo ganas de salir corriendo.

Su confusión se esfuma tan rápido como el humo. Sus cejas vuelven a estar relajadas y se pone de pie, alejándose de mí y dejando que mi ritmo cardiaco regularse.

—Bueno, yo sí quiero decirte algo.

Mi sonrisa se congela y vuelvo a ponerme nuevamente en alerta. Arqueo una de mis cejas, esperando que por favor no sea nada referido al tema que estoy pensando. Joe no siente nada por mí, ¿O sí?

—¿Qué quieres decirme? —pregunto con un rostro de horror.

—Tú y yo...

Ay, Dios mío.

—Volveremos a Los Ángeles.

(...)

—¿Cuándo se supone que ibas a decírmelo?

Derek se queda en silencio, bajando la mirada y creo que se siente un poco mal. También estoy dolida. Se supone que éramos un equipo. Todo este tiempo pensando en que finalmente confiaba en mí y en mi capacidad de poder adaptarme a su estilo de vida. Me siento como una niñita engañada. Eso me pone de malhumor. Ahora comprendo porque todos estaban tan alegres con tenerme aquí. ¡Planeaban echarme!

¿Destinados a estar juntos? (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora