Got another banger

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- ¿Alguien puede explicarme qué es esto?

Jennie estaba plantada ante a sus mejores amigas y ante una completa desconocida de la que no se fiaba en absoluto. Y aquello no era lo peor; la noche anterior les había advertido a Jisoo y a Rosé sobre el peligro que podía suponer aquella estupidez de su tío, pero ahí estaban, una en pijama y la otra como si estuvieran en el patio del colegio. Y Lalisa Manoban.

La observó, pues Hyun Suk no las había provisto de fotos de la chica; era alta, casi tanto como Rosé, y se mantenía devolviéndole la mirada en una postura desenfadada, con las manos en los bolsillos de su chaqueta de cuero, las cejas fruncidas y una débil, casi imperceptible, sonrisa, como si se estuviera divirtiendo. Su flequillo le tapaba la frente, complementando su melena... ¿rubia? ¿Gris? Jennie no hubiera sabido decirlo.

- Hola, Jen - saludó Rosé inocentemente -. Esta es...

- Lo sé - cortó ella sin dejar de mirar a la intrusa de ojos brillantes -. Lalisa Manoban.

- Lisa - la corrigió ella.

- Manoban - decidió Jennie. Lisa se encogió de hombros; le daba bastante igual aquel aspecto, pues sólo podía pensar en que teniendo en cuenta la clase de mujer que tenía delante, aquel Kai no era tan estúpido como parecía. Jennie llevó su vista a Jisoo, sólo por un instante -. ¿Se puede saber por qué pareces una indigente?

Aquello era escandaloso. No hacía ni dos minutos que había llegado y ya quería matar a alguien, pues que Jisoo se mostrara de aquella forma ante una persona a la que no conocían la había enfadado de sobremanera. Aquel era el atuendo típico de Jisoo cuando estaba en la casa jugando a sus maquinitas, y a Jennie jamás le había importado, de hecho, solía hacerle gracia. Pero odiaba pensar que Manoban podría estar pensando que eran débiles, que encontrara una fisura donde atacar, y a juzgar por las miradas tensas que se dedicaban la rubia y la pelinegra, la nueva había llegado en el mejor momento para ello.

- Estaba jugando y me han tendido una trampa - se explicó, refunfuñando, aún mirando a Rosé por el rabillo del ojo. A pesar de que la pequeña tenía la barbilla alta, había un poco de culpa en los ojos de Jisoo -. Ni me había enterado de que estaba aquí.

Jennie volvió a Manoban, que miraba a su alrededor como si todo aquello no fuese con ella. Parecía una niña pequeña en un parque de atracciones. Como si no fuera una asesina altamente cualificada.

- ¿Por qué estás aquí? - preguntó secamente.

- ¿En el mundo, en Corea o delante de ti? - bromeó. Jennie casi la estrangula en el acto. Jisoo la miró como si fuera una suicida.

- Cuidadito, Manoban - advirtió Jennie, cruzándose de brazos con una ceja alzada.

- Hyun Suk contactó conmigo cuando yo estaba en China.

- ¿Qué hacías en China?

- Un clan de guerreros de algo se enfadó conmigo - contestó haciendo memoria -. No sé, estuve todo el tiempo borracha o de resaca.

Rosé podía ver el humo salir de las orejas de Jennie. Todos sus esquemas se estaban doblando y cayendo por culpa de Lisa, y cuando Jennie tenía algo fuera de su control empezaba a ponerse muy nerviosa.

- Deberías instalarte, Lis - sugirió Rosé -. Hay baños individuales en las habitaciones. Pensé que te gustaría darte una ducha y descansar después del viaje.

- Ah, que ya tiene habitación... - gruñó. Buscó ayuda en Jisoo, pero esta se encogió de hombros.

- Además somos vecinas, Jennie Kim - afirmó, con una sonrisa que no supo interpretar pero que no le gustó un pelo -. Pues me encantaría, la verdad, odio los aviones.

Professional Killer [JENLISA] Where stories live. Discover now