I'm wilding

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Ninguna de las tres chicas fueron conscientes de cómo aquellos hombres armados las habían rodeado, y cuando se percataron, fue demasiado tarde para hacer algo al respecto. Jisoo tiró del brazo de las otras dos y las puso a sus espaldas, aún siendo la que menos sabía pelear cuerpo a cuerpo, mientras Rosé y Jennie maldecían por no llevar encima ningún arma. Se habían metido tanto en su papel de turista, que inmersas en su felicidad, habían olvidado el constante peligro de muerte en el que estaban. Rosé maldijo por lo bajo, Lisa sabría qué hacer, pero la joven se había marchado un rato antes. Al menos, estaría lejos de allí.

- ¡De rodillas! - gritó un hombre, apuntándoles con una AK-47. Jennie reconoció el logo de YG en el brazalete de su hombro. Estaban jodidas. Las otras dos la miraron, pues aunque no trabajasen para YG, el Blackpink Command seguían siendo ellas, y Jennie aún era la jefa de operaciones. La morena asintió y las tres se arrodillaron en el suelo, a regañadientes. El hombre se dirigió a un walkie-talkie -. Señor, ya puede pasar.

Jennie se preparó a sí misma para ver a Hyun Suk entrando en la habitación, con su estúpida sonrisa y su cara de rata de alcantarilla, pero no fue así. En su lugar, hizo presencia un hombre enchaquetado, con un traje color vino, y el pelo rubio peinado hacia detrás. Era alto, esbelto, de rasgos afilados y ojos brillantes. A Jennie le dio una punzada en la cabeza; le era terriblemente familiar. El hombre dio dos largos y lentos pasos hacia ellas, con una sonrisa de medio lado en la boca. Cada gesto que hacía era como si Jennie lo hubiera visto antes, pero, ¿dónde? ¿Dónde?

- Buenos días, señoritas - saludó con una voz profunda -. Siento las condiciones de nuestro encuentro.

Dio un paso más.

- ¡No te acerques más! - gruñó Jisoo, y un soldado hizo el amago de golpearla con la pistola. Rosé y Jennie se abalanzaron hacia él inmediatamente, y Jisoo aprovechó para propinarle una fuerte patada en la entrepierna. El resto de soldados fueron a atacarlas pero el hombre rubio levantó una mano y todos se detuvieron y se pusieron firmes. Jisoo los miraba a todos sin comprender muy bien, pero le lanzó una interrogante mirada a Jennie, pensando si debería liarse a puñetazos -. ¿Jen?

Jennie negó con la cabeza. Eran más, casi el triple, y armados hasta los dientes. Jisoo musitó una palabrota pero bajó los puños y los apretó en su cadera, acercándose a Rosé.

- Hazle caso a tu amiga, Kim Jisoo - dijo el hombre, con las manos entrelazadas en la espalda. Las otras dos se tensaron ante la mención de la mayor -. Tranquilas. Park Chaeyoung, Jennie Kim, no es mi intención haceros daño.

- ¿Cómo sabes quienes somos? - esta vez habló Jennie.

El hombre agarró una silla del buffete, y las invitó a hacer lo mismo. Al ver que no se movían, se encogió de hombros, se sentó y cruzó las piernas.

- Bueno, agente Kim, hasta antes de ayer trabajabas para mí.

Jennie frunció el ceño.

- ¿De qué estás hablando? ¿Quién eres?

- Soy el creador de YG, cabeza de operaciones y accionista mayoritario de la empresa.

- El propietario de la empresa es Yang Hyun Suk - repuso Rosé, pronunciando el nombre con asco.

- El viejo Yang posee un cuarenta y nueve por ciento de las acciones, y yo las demás. Él puso el dinero y yo las ideas, pero la empresa sigue siendo mía.

- El Blackpink Command es el mayor proyecto de YG, ¿cómo es que no hemos sabido de ti nunca? - preguntó Jennie, sin creerse el papel del hombre.

- Bueno, querida Jennie, tuvimos que hacer algo. Para vosotras, yo no existía. O más bien, estaba muerto .- Sonrió -. Hago muy bien mi trabajo, por eso no os acordáis de mí. Pero sí conocéis mi nombre, mi apellido, lo habéis oído recientemente. ¿No os suena Manoban?

Professional Killer [JENLISA] Where stories live. Discover now