All eyes on me when I step in the room

8.8K 1K 816
                                    

Lisa había luchado contra muchos adversarios durante toda su vida. Había estado al borde de la muerte en múltiples ocasiones, la habían secuestrado, disparado, apaleado y amordazado. Había sido interrogada por el ejército ruso y perseguida por los talibanes. Pero nunca había sentido tanto miedo como al ver a Jennie Kim entrar en aquel despacho. Lisa llevaba allí algo más de diez minutos, rebuscando entre los cajones, rezando por que nadie (y menos su temible líder) la encontrase. Sabía que aquello había sido una maniobra temeraria, pero tenía que empezar a moverse, a descifrarlo todo, a hacer lo que había venido a hacer.

Pero entonces Jennie había interrumpido en la habitación, con su rostro impasible y sus manos en las caderas. Y Lisa había hecho lo único que se le había ocurrido, aún arriesgándose a un puñetazo. Ella que era estratega sabía que un movimiento así, desesperado y por sorpresa, sería lo único que podría sacarla de aquel marrón. Y sorprendentemente, había funcionado. Había dejado a Jennie fuera de juego. Sonrió para sí, sintiendo que había conseguido una gran victoria. O al menos, hasta que la oyó gritarle a su espalda.

- ¡Manoban! - exclamó la otra, segura, a paso firme frente a ella -. La próxima vez que quieras hablar con Hyun Suk vienes y me lo dices. No te quiero dando vueltas por el edificio.

- Quise decírtelo - comenzó -. Pero... parecías estar ocupada.

Lisa había visto a la pareja entrar en la habitación frenéticamente, devorándose. Aunque más bien, ella lo devoraba a él. Aquel chico no era más que un animalillo asustado en comparación con Jennie Kim. En cierto modo lo compadecía, aunque por otro lado... Ese tal Kai se estaba acostando con Jennie, cosa que hacía a Lisa pensar en ella de una forma que no le gustaba nada. ¿Cómo sería ella, la mujer más seductora y peligrosa del país, en ese aspecto? "Cálmate, Lisa, joder. Que no tienes quince años".

De vuelta a aquellas oficinas, si Lisa había esperado volver a dejarla sin palabras estaba equivocada. Su líder había vuelto con ganas de guerra, y en aquella ocasión, no iba a perder.

- Si estás celosa sólo tenías que decirlo.

Lisa abrió mucho los ojos. ¿La estaba vacilando? Se habían invertido los papeles, y eso le gustaba. Hasta un punto que no admitiría. Dio otro paso hacia ella. Intentó ocultar una sonrisa al notar que Jennie se erguía para intentar ponerse a su altura, cosa que sólo conseguiría con unos tacones y un taburete.

- ¿Ibas a hacer algo al respecto, Kim?

Jennie se acercó un poco más, y casi en su oído dijo:

- Ponte a la cola, Manoban.

Y se fue, con ese giro de melena y una caída de ojos. Lisa, al igual que probablemente todos los empleados, tuvo que mirarla marcharse, balanceando sus caderas más de lo normal y pisando fuerte. Lisa sonrió de medio lado al pensar que lo hacía porque sabía que ella la miraba. Había pensado que la había dejado K.O. en el despacho de Hyun Suk, pero Jennie no era de las que se quedaban K.O. Nunca.

Se fue de las oficinas, volviendo a pensar en los documentos que no había encontrado. Había buscado por la M, por la K y por la L, pero ni un sólo expediente mencionaba nada de ello. Iba a ser más difícil de lo que había pensado. Subió por las escaleras, sabiendo que Jennie había usado el ascensor, y aunque la perspectiva de un minuto con ella en un espacio cerrado la tentaba, decidió no darle tanta caña que acabara molestándose de verdad. Su teléfono sonó mientras subía los peldaños de dos en dos. Era un número desconocido.

- ¿Sí?

- ¿Lisa?

Lisa se detuvo secamente, y tuvo que sujetarse a la barandilla. Aquella voz sonaba a Tailandia, a infancia, y a rayo de sol.

Professional Killer [JENLISA] Where stories live. Discover now