He feels just like you

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Rosé no entendía absolutamente nada de lo que pasaba a su alrededor. Las horas transcurrían lentas y extrañas, casi distorsionadas. Sus amigas eras las causantes de aquella extrañeza, pues actuaban como animales desorientados en un hábitat desconocido. Lisa, que con la confianza se había tornado risueña y habladora, había vuelto a encerrarse en sí misma, sudaba en el gimnasio durante horas, comía, se encerraba en su habitación, cenaba y se iba a dormir. Jennie por su parte, estaba más irascible que de costumbre, y aunque nunca lanzara su enfado hacia ella, pues nunca lo había hecho, las ojeras bajos sus ojos siempre perfectos no paraban de crecer, y vagaba por el apartamento como el fantasma de la ópera. No sabía hasta qué punto tenía que ver el haberse enrollado con sus comportamientos, pero aquello estaba dividiendo al grupo de una forma, según ella, insalvable. Jisoo por su parte, estaba "bien". Era una de sus mejores rachas. Pasaban el día juntas, hacían bromas, se acurrucaban a ver películas, cocinaban juntas, habían vuelto a acostarse, cosa que Rosé había agradecido en el alma, y Jisoo aún más... Pero había algo extraño en los ojos de la mayor. Como un trasfondo triste tras el iris, la oscura certeza de que algo iba a salir mal en algún momento. Pero Rosé se había propuesto de disfrutar de aquella Jisoo antes de que desapareciera de nuevo y ella misma tuviera que volver a recoger los pedazos de su propio corazón.

Aquella mañana fueron las cuatro llamadas al salón poco después del desayuno, que había sido comido en turnos no acordados pero que estaban empezando a ser un patrón. Primero Lisa, a primera hora de la mañana, después Jisoo y Rosé, entre carantoñas adormiladas, y después Jennie, bebiéndose en pocos segundos un café más negro que su alma.

Los momentos antes de que llegara Hyun Suk es probablemente el intervalo de tiempo más incómodo que Rosé había vivido en su vida. Todas en silencio y con la de pelo negro y ella intercambiando miradas entre las otras dos, que tenían la vista fija en algún punto distante de la habitación, sin atreverse si quiera a abrir la boca. El jefe de YG entró al apartamento como lo hacía siempre, sentándose en un sillón frente a ellas, con una sonrisa socarrona y cuatro carpetas color crema bajo el brazo.

- ¿Cómo estáis, chicas? - saludó alegremente, mirándolas alternativamente.

"Luchando por no matarte", pensó Lisa, aunque asintió con la cabeza cuando Rosé contestó que estaban bien. Jennie, por su parte, seguía mirando al suelo. ¿Dónde estaba la Lisa que la miraba con aquellos ojos burlones, la que la vacilaba sin parar y la desnudaba con los ojos? ¿Dónde estaba esa Lisa tan estúpida a la que no sabía por qué echaba de menos?

- Tengo un trabajito fácil para esta noche - las informó, repartiendo los informes. Lisa tan solo pasó sus ojos por encima de los folios, pues ya había leído aquel documento anteriormente, claro que en aquel no ponía que aquella misión también estaba destinada a acabar con su vida. Miró de soslayo a Jennie, que leía rápidamente con el ceño fruncido. ¿Sabría ya su trabajo extra? ¿Qué cara pondría al leer el evento "Matar a Lalisa Manoban" programado para las 23:27? -. Jennie puedes acompañarme un segundo - preguntó entonces Hyun Suk.

Lisa observó como ambos se iban a la cocina. Qué estúpida había sido. Había tachado a Hyun Suk como su único enemigo olvidando a las cuatro niñas que habían sido adiestradas para obedecerle. Olvidando a su sobrina. No supo cuánto tiempo estuvieron hablando, pero cuando volvieron Jennie tenía la cara pálida. Hyun Suk abandonó el apartamento y Jisoo preguntó:

- ¿Qué pasa, Jen?

Jennie negó, posando de forma casi imperceptible sus ojos oscuros, más oscuros que nunca, en la tailandesa.

- Nada, Chu, lo mejor para todas.

Así que todo era cierto. Las pocas esperanzas que Lisa había acumulado de que no se trataba más que de un malentendido desaparecieron en el acto. Apretó los dientes, queriendo con todas sus fuerzas odiar a Jennie y sin poder hacerlo. Pero, eran órdenes directas de YG, ¿verdad? No podía negarse. Bufó. Claro que podía hacerlo, nadie le decía qué hacer a Jennie Kim.

Professional Killer [JENLISA] Onde histórias criam vida. Descubra agora