95. Todo esto era una obra maestra

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Las manos de Poché comenzaron a bajar desde la espalda baja de la morena hasta su trasero sin despegar sus labios de los de la otra, el corazón de Daniela latía acelerado y sus manos temblaban un poco, sin embargo, eso no la inhibió de llevar su mano derecha a la parte trasera de la cabeza de Poché para atraerla más en el beso, Poché gimió un poco al sentir como la morena succionó su labio inferior para después morderlo con lujuria, Daniela no tardó en llevar su mano al broche del pantalón de la peli azul antes de bajar el zipper.

—¡Para! —Dijo Poché alejándose del beso, más quedándose a pocos centímetros de la cara de Daniela, quién respiraba agitada y no apartaba su mirada de los labios de la más pequeña —Calle yo... yo estoy comprometida —Daniela tragó en seco y sabía que en ese momento estaba muy encendida como para entrar en razón.

—Escúchame —Pronunció la morena mientras se acercaba más a los labios de Poché —Debiste haberlo pensado hace unos minutos antes de venir a besarme —añadió con la respiración entrecortada, Poché miraba sus labios deseosa por comerle la boca —Ahora vas a terminar lo que iniciaste —Dijo Calle rodeando el cuello de Poché con sus brazos, la peli azul tragó en seco antes de depositar un suave beso en los labios de Daniela, quién inmediatamente la miró con determinación —Si vas a hacerlo, hazlo bien –La desafió la morena y Poché dejó de pensar por un momento, ya estaba bastante cachonda y sus pensamientos solo se trataban de Daniela y nadie más que Daniela.

—¡Que se jodan! —Exclamó Poché en un susurro antes de tomar la mandíbula de Daniela y recostarla fuertemente contra la pared en un beso, ninguna pudo evitar devorar a la otra en un beso donde todo era válido, dejando de lado a cualquier persona que pudiera interrumpirlas o cualquier persona a quién pudieran traicionar continuaron con su profundo y necesitado beso, Poché la besaba con desesperación, pero lo hacía lento como solo ella sabía, mientras que Daniela no podía evitar profundizar el contacto de sus labios. Poché bajó su boca hacia el cuello de la morena y esta alzó su cabeza para permitirle un mejor acceso, la peli azul no perdió tiempo en recorrer cada centímetro del cuello de Calle, quién sujetaba su azul cabello.

El estéreo cambiaba de canción automáticamente mientras ambas chicas se besaban como si no hubiera un mañana, Daniela no pudo esperar un segundo más y procedió a quitar la camisa de Poché lentamente sin que sus labios se separaran, era como si cada una dependiera de ese beso para poder vivir; una vez Daniela lanzó la camisa de la peli azul por algún lugar de la enorme sala no pudo evitar mirar el torso de Poché semi descubierto, lucía un brasier negro que lo único que provocaba era que los pechos de la peli azul lucieran alucinantemente atractivos, la mirada de Calle era de lujuria y no pudo esperar a quitar el brasier de inmediato, su mirada permanecía clavada en el torso ahora desnudo de la peli azul, ¡vaya que la peli azul había madurado! Pensó para sí misma. Subió la mirada y se encontró con los penetrantes ojos verduzcos de María José los cuales nunca fallaban en acelerar su corazón, la morena no pudo evitar rodear de nuevo el cuello de Poché al mismo tiempo que la besaba con lujuria.

La peli azul procedió a hacer lo mismo con Daniela mientras profundizaban el beso, quitó su blusa salvajemente y ni siquiera se dio la oportunidad de observar su lencería, los pechos de Daniela estaban al descubierto y Poché no tardó en llevar su boca hacia uno de ellos. Daniela gimió ante la acción de la chica más pequeña, la lengua de Poché entró en acción y Daniela no podía si quiera pensar en todas las consecuencias que ese encuentro le iba a causar, simplemente se estaba dejando llevar por el deseo y la pasión del momento brindados por una Poché que realmente sabía lo que hacía y donde lo hacía.

—Eres hermosa —Dijo María José con dificultad al hablar, mirando los ojos avellana de la chica más alta desde el ángulo que se encontraba, realmente Daniela tenía el poder de hacer que todo en Poché se encendiera incluso después de todos estos años. La peli azul apartó la mirada de la morena y se enfocó en sus jeans, los cuales comenzó a desabrochar hasta bajarlos hacia sus tobillos.

El Campo Margarita • Caché (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora