El Campo Margarita • Caché (Terminada)

Epílogo

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Todas las historias de amor son diferentes

                A veces un chico rico se enamora de una chica sin dinero.

                A veces una chica de Europa se enamora de un chico de Asia.

                A veces un chico se enamora de una chica desde que eran niños.

                A veces una chica se enamora de un chico imposible.

                A veces una chica se enamora de una chica.

                A veces un chico se casa con otro chico.

                A veces dos personas que se aman no pueden estar juntas.

A veces dos personas que se aman prefieren complacer la felicidad de otros sobre la de ellos.

                A veces dos personas que nunca se amaron están juntas.

                A veces dos personas que no están juntas siempre se amaron.

                A veces se va el amor.

                A veces nunca se ha ido, aunque se piense que sí.

                A veces amarás a alguien por el resto de tu vida, aunque pasen los años.

                A veces las historias de amor son escuchadas, vistas o leídas por más personas.

                Pero siempre, siempre, siempre existirán historias de amor.

Daniela Calle siempre fue una chica que creyó en las historias de amor.

Daniela Calle tuvo su historia de amor.

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—¡Mamá! ¡Mamá! —La pequeña Stella insistía en que su mamá le prestara atención mientras halaba de su vestido —¡Mamá! —

—Dime, amor —La peli azul se agachó para estar a la altura de su hija mayor —¿Qué quieres? —

—¿Puedo tener esa enorme paleta? —Preguntó señalando el pequeño carrito de dulces afuera del teatro

—¿Y si te lo compro después de la función? —Propuso María José antes de extender su mano para que su hija la chocara

—Bueno —Dijo la pequeña niña cruzándose de brazos y haciendo pucheros

—No te enojes, mira la hora, ya tenemos que entrar, no es momento para comprar paletas —La peli azul tomó la mano de la pequeña de cuatro años para empezar a caminar hasta adentrarse a la gran función en el enorme teatro.

Pasaron los minutos y el gran anfiteatro se comenzaba a llenar de espectadores, Poché junto con su hija mayor se encontraban en primera fila jugando con las manos de la otra mientras todo comenzaba, en cuestión de minutos el lugar se oscureció y el escenario se iluminó. Muchas personas cantando y vestidas como si fuera la época de los 70's en Inglaterra aparecieron, una por una relatando algo diferente.

—¿Por qué vinimos aquí hoy, mami? —Preguntó Estela levantándose en el asiento hasta poder llegar al oído de su mamá

—¿No te gustan las obras? —Preguntó la peli azul, la niña miró al escenario arrugando la cara, Poché rio ante el gesto —Porque en unos minutos la protagonista de esta obra aparecerá a cantar y es alguien que conozco —

—A mi me gusta el futbol no esto —Respondió la niña y Poché no pudo evitar reírse a carcajadas

La función pasó rápido, Estela se había quedado dormida en los brazos de Poché y una vez que habían encendido las luces todas las personas comenzaron a retirarse después de haber llenado de aplausos el lugar.