Prólogo:

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No me importa el dinero que tengas, la felicidad no la da el dinero, si no las personas y los momentos y recuerdos que construyes con ellas-Negin Smith.

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No me importaría recorrer el mundo entero si supiera que allí donde vaya estarías tu esperándome con esa sonrisa que me vuelve loco-Nau Gutiérrez.

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Cuando salí ese día de mi casa no me esperaba nada de lo que iba a pasar aquel día. Mi familia estaba de deudas hasta el cuello, yo no encontraba trabajo, mis padres habían sido despedidos y ya no había nadie que pudiera ayudarnos. Tragué saliva y recorrí cada una de las calles que en mi infancia ya me había recorrido montones y montones de veces, las conocía como la palma de mi mano. Realmente ese día no quería estar allí, quería estar con mis padres, sentados los tres juntos y charlando como antes solíamos. Antes... Ha cambiado tanto todo desde hace un año que ya ni yo mismo me reconozco. Mi pulso se aceleraba cada vez más al estar casi llegando a ese callejón. Mis padres me habían suplicado mil veces que no lo hiciera, que saldríamos de esta y que había más maneras de solucionar nuestra situación, pero ya me he cansado de esperar. Solté todo el aire que traía reprimido desde que salí de mi casa una vez que estuve en ese maldito callejón. El olor putrefacto inundó mis fosas nasales y tuve que aguantar mis horribles ganas de vomitar. El barrio en el que se encontraba el callejón era uno de los más pobres que había en mi ciudad y seguramente las tuberías estarían descompuestas, aunque claro, no las podían cambiar por una nuevas. Tragué saliva en cuanto los vi. Estaban apoyados en una pared. Llevaban trajes negros, normal, seguro que querían pasar desapercibidos. Uno de ellos se acercó a mí, uno de los más mayores supuse porque tenía el pelo blanco. Me entrego varias bolsitas con una sustancia blanca que debería llevar al puerto lo antes posible y sin que me descubriera la policía. Sabía lo que era pero realmente no me atrevía a decir nada ya que era mi única forma de conseguir dinero. Una vez que me dieron las instrucciones necesarias y metí las bolsitas en mi mochila salí de aquel callejón. Y allí es cuando la conocí. Un coche de alta gama casi me pasa por encima pero por suerte consiguió parar justo a tiempo. De ese coche salió una hermosa chica que lucía un vestido que le llegaba por debajo de los pies y un bonito peinado. Se agachó frente a mí y me miro a los ojos a lo que yo aparte mi vista nervioso.

¿Estas bien?-me pregunto.

A lo que yo asentí, no podía articular palabra, estaba mirándome, sus ojos color negro me recorrían de pies a cabeza. Del susto me había caído y por torpeza mía me había hecho daño en el tobillo. Me llevo a urgencias y después a mi casa y después nunca más la volví a ver, todo fue muy surrealista pero en realidad paso así. Desde entonces han pasado tres años de los cuales dos mi madre y yo hemos estado recuperandonos de la gran crisis económica que sufrimos. Aún me preguntó que habrá sido de aquí chica tierna, dulce y frágil que conocí. En cambio yo he ido a peor, me he vuelto más duro. Mi voz se ha vuelto mucho más ronca y un aura de misterio empieza a cernirse sobre mí. Ya ni siquiera les cuento a mis padres donde voy. Deje de estudiar porque mi diversión era tirarme a toda chica que se cruzaba en mi camino y no prestaba la suficiente atención en clase como para aprobar.

Mi nombre es Nau, Nau Gutiérrez. Mi tez es morena y mis ojos de un color negro brillante aunque esa luz se está apagando poco a poco para dar paso a una oscuridad total. Mi corazón empezó a endurecerse desde que murió mi padre, ya no sonrió, no trato bien a los demás y ni siquiera salgo de mi habitación, solo cuando tengo que ir a algún lado a entregar un pedido salgo. Ya no queda rastro de aquel niño dulce y tímido que solía ser antes ¿Enamorarme yo? Nunca, eso es para idiotas.
¿Que es la felicidad? Yo ya no se ni lo que significa esa palabra, la vida te da demasiados palos hasta que te vuelves de piedra. ¿Pero y si volviera a encontrar a aquella chica dulce y risueña que conocí en una situación complicada? ¿Que pasaría?

Mi dulce tentación.Onde histórias criam vida. Descubra agora