11:

108 9 0
                                    

Narra Negin:

Me dejan sola. Me levanto y me miro en el espejo. Tengo moratones por todo mi cuerpo. Trago saliva.

-Ey, ¿cómo te encuentras?

Me bajo la bata rápidamente y le miro sería.

-Podría haber llamado.

-Tranquila, no he visto nada-rie.

-Menos mal-murmuro para mí.

-¿Has dicho algo?

-No, no, tranquilo.

Asiente con la cabeza y se sienta a mi lado, me aparto un poco para guardar las distancias.

-Quiero que sepas que si te pasa algo grave puedes contar conmigo y con el psicólogo del hospital, estaremos encantados de ayudarte.

-Gracias pero estoy bien-suspiro.

-No estás bien, y tanto yo como tú lo sabemos, lo que te ha pasado no es una cosa normal.

-¿Que me ha pasado?, Sentía que me faltaba el aire-le miro.

-Un ataque de ansiedad.

Suspiro y le miro.

-Cuando me darán el alta.

-Cuando te revise-sonrie.

Me ayuda a tenderme en la cama.

-Tranquila.

Me revisa. Siento nervios porque no sé si descubrirá alguna herida o algún moratón. Termina y para mí suerte no ha visto nada.

-Le daré el alta ya-sonrie.

-Está bien.

-Avisaré a sus familiares.

Sale sin darme tiempo a decirle que no. Me visto con la ropa que está mañana me ha traído mi madre.

-Vamos cariño, el chófer nos está esperando fuera-sonrie.

-No me llames así.

Me agarra con fuerza del brazo, suspiro y salimos. Como la otra vez la prensa está en la puerta.

-¿Cómo se encuentra?

-Dejenos paso, necesita descansar.

Aunque hacen varias preguntas más acaban por dejarnos ir. Subo al coche y apoyo mi cabeza en la ventanilla.

-Te daré una semana para que descanses, después nos mudaremos a nuestra propia casa y nos iremos de luna de miel.

-Lo que tú digas.

-No me hables así-dice a regañadientes.

Aprieta mi muslo con fuerza. No me quejo porque se que sí lo hago va a ser peor. Entramos en el jardín de nuestra casa y suspiro. Bienvenida nueva horrible vida.

Narra Sofía:

|UNA HORA ANTES|

Bajo y subo en la barra fría de metal. Cierro los ojos. El aire frío del aire acondicionado me golpea la cara. Un silbido me hace volver a la realidad.

-Muy bien, hoy has hecho una gran caja.

-¿Ya me puedo ir?

-Mañana a la misma ahora-se despide.

Me visto en el vestuario que hay para las bailarinas. Para pagar el tratamiento de mi novio. Aunque ya llevo varios meses aquí porque también necesitaba dinero para pagar mis estudios y le debo dinero por eso. Tocó mi rostro y apartó mi pelo de mi cuello. Unas marcas grandes de dedos lo marcan. El último cliente ha sido muy agresivo y casi me ahoga. Paso mis dedos por ella acariciando las y cierro los ojos recordando aquella época en la que era feliz.

|EN LA ACTUALIDAD|

Mi hermano y mi novio se miran. Pongo a mi novio detrás de mí evitando así una confrontación.

-¿Que haces con este?

-Es mi novio.

Me mira con incredulidad.

-¿En serio? ¿No podía ser uno de tu edad?

-No puedo hacer nada, me he enamorado de el.

-¿Enamorarte de este borracho tu? Oh vamos, si eres una niña.

-Para el amor no hay edad.

-Si sigues con este prefiero quedarme aquí.

-Hermano...

Me mira. Suspira.

-No quiero estar peleado contigo pero no acepto tu relación con este.

-Pues tendrás que aceptarla porque le quiero.

Me coge del brazo y me lleva a rastras con el hasta casa. Me obliga a entrar y a sentarme en el sofá.

-Hermana-se agacha frente a mi-yo se cómo es el, no quiero que te haga daño.

-No me lo hace, me hace feliz.

Suspira resignado. Se levanta y sin decir nada entra en su habitación y yo empiezo a llorar. Yo no quería que pasase esto.

Mi dulce tentación.Where stories live. Discover now