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Narra Negin:

Mi madre me obliga a sonreír ante todas las cámaras que cubren el evento. Todos los flashes de las cámaras me abruman. Cierro los ojos por unos instantes imaginando me que estoy en otro lugar y no aquí, a punto de ser presa en un matrimonio con un hombre que no amo.

-¿Por qué el matrimonio se adelantó?¿Esta embarazada?

Abro los ojos ante su pregunta, claro que no estoy embarazada, es algo mucho peor.

-No, solo que teníamos tantas ganas de unirnos en santo matrimonio que no queríamos esperar más porque ya estaba todo preparado.

Miro a mi alrededor, no hay ninguna posibilidad de escapar. De mis ojos salen lágrimas, aunque las gente cree que son de felicidad no lo son, son de angustia, todo el mundo murmura un: "oooh" sonriendo.

-Disculpen pero debemos irnos, el futuro marido ya nos esta esperando en la iglesia.

Sonríen, nos hacen una especie de pasillo y de vez en cuando se oye algún que otro sonido de cámara inmortalizando este odioso momento. Al final del pasillo hay una limusina negra. Entro en ella deseando que todo esto sea un horrible sueño y que me despierte en mi cama. Pero no es así. Llegamos a la iglesia, la música empieza a sonar. Delante de mí hay una niña que va hechando flores. Empiezo a llorar. Todos me miran sonriendo pensando que son de emoción. Marcos agarra mi mano y miro al cura. La ceremonia avanza, lenta pero lo hace. Cuando me quiero dar cuenta el cura ya está pronunciando esas odiosas palabras.

-Marcos, ¿Aceptas a Negin como tu futura esposa para amarla y respetarla en la salud, en la enfermedad y en la pobreza hasta que la muerte os separé?

-Si, acepto-dice sonriente.

-Negin, ¿Aceptas a Marcos cómo tu futuro esposo para amarlo y respetarlo en la salud, en la enfermedad y en la pobreza hasta que la muerte os separé?

Mis oídos pitan. Me duele la cabeza y todo está empezando a darme vueltas. La vista se me nubla y acabo cayendo al suelo. Todo se vuelve negro para mí y ya no escucho nada más.

Narra Nau:

Doy un golpe al volante enfadado. Entro en casa. Mi hermana está sentada en el sofá con un bol de cereales y al verme se levanta.

-¿Qué pasa?

-Nada, solo una simple pelea.

-Pero mira como vienes hermano...

-No preguntes más ¿sí?

Asiente insegura. Se muerde la lengua para no preguntar más. Me siento a su lado y la miro.

-¿Qué lees?

-Un cotilleo súper jugoso-rie.

-Déjame adivinar, a alguien le han dejado por otra.

-No, una chica se ha desmayado en el día de su boda.

Leo el cotilleo. Al parecer se han enterado del nombre de la joven: "Negin" Su nombre se repite varias veces en mí mente.

-¿La conoces?

-Si.

Me mira levantando una ceja, se que quiere que le cuente más detalles pero no lo voy ha hacer. Me levanto y cojo mi chaqueta.

-¿Ya vuelves a salir?

-Es importante mamá.

-No, se acabó, te quedas en tu cuarto.

Subo a regañadientes. Me encierro sin saber que hacer y me tumbo en la cama. Se me enciende la bombilla. Dejo varías almohadas debajo de mis sábanas simulando que soy yo y que estoy dormido. Salgo por la ventana sin hacer ruido. Corro lo más deprisa que puedo hasta el hospital. Entro, sus padres están allí y no puedo arriesgarme a que me descubran porque sé que no me dejaran verla. Entro por la puerta de atrás tras quitarle uno de los uniformes a la lavandera. Me cuello en su habitación tras preguntar y agarro su mano con fuerza.

-Hola riquilla, ¿qué te han hecho?-murmuro.

Como si pudiera responderme. Acarició su pelo con suavidad y la miro. Ojalá el que estuviera en esa cama fuera yo y no ella.

Mi dulce tentación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora