6:

143 9 1
                                    

Narra Negin:

Se levanta de la moto, le sigo con mirada. Se posiciona delante de mí y me mira directamente a los ojos.

-¿Estás bien?

-La verdad es que… no.

Me abraza. Sus brazos me rodean y yo le rodeó con los míos. Cierro los ojos dejándome llevar.

Puedes confiar en mí-murmura.

-Ni siquiera te conozco-suspiro.

-Me llamo Nau-sonrie.

Oigo a mis padres llamarme. El pánico se apodera de mí. Cuando me giro el ya no está. Mis padres aparecen y doy gracias de que no le han visto.

-¿Qué haces aquí?

-Me ha parecido oír a alguien pidiendo ayuda.

Me agarra del brazo. Tengo una herida de cuando me he caído de la moto justo ahí y eso hace que suelte un suspiro de dolor.

-¿Qué ha sido eso?

-¿El que?

-Te has quejado.

-Porque me estás haciendo daño.

Mi madre levanta la mano para agredirme pero alguien se lo impide. El.

-No le voy a permitir que le ponga un solo dedo encima.

-No eres nadie para decirme lo que debo o no hacer con mi hija.

-Pues déjeme decirle que está no es manera de tratar a alguien.

Mi padre le empuja haciendo que suelte la muñeca de mi madre. Cierra los puños.

-No se atreva a ponerle un solo dedo encima a mi mujer.

-No hace falta porque por lo que veo ya lo ha hecho usted.

Mi madre vuelve a meterme en el coche a la fuerza. El intenta impedirlo agarrando una de las mangas de mi vestido aunque acaba rompiéndola. Mi padre arranca. Cuando estamos en mi casa me obliga a entrar en mi habitación.

-¡Te dije que no te acercaras más a ese mal nacido!

-¿Por qué? ¿Por qué te da miedo que toda tu fortuna hecha a base de mujeres obligadas a casarse con alguien que no aman se vaya al garete?-digo provocándole.

No se lo que me pasa pero me he crecido y me he obligado a mi misma a no ceder ante mi padre. Su mano y puños impactan contra mí varias veces. Cuando se cansa sale de la habitación. Me siento en la cama agarrando mi brazo que aún me duele por la caída.

-No se porqué pero tengo la sensación de que vas a ser importante para mí-murmuro.

Me pongo los cascos para evitar pensar aunque en mi mente solo este su maravillosa y tierna sonrisa y risita de hoy acabo quedándome completamente dormida.

Narra Nau:

Dejo mi moto en el garaje, está vez cojo el coche. Salgo de allí porque necesito estar solo. Cuando llegó al descampado descubro que no estoy solo, que hay alguien más allí, la amiga de mi hermana.

-Hola, ¿Tienes fuego?-sonrie sacando un cigarro de su bolso.

-Si pero no deberías fumar.

Se encoge de hombros. Saco mi mechero y lo enciendo. Cuando va a dar la segunda calada se lo quitó dándola yo.

-¡Oye! Que es mío.

-Las niñas pequeñas no deberían estar fumando.

-Era el último que me quedaba, ahora tendré que ir a por más.

-Toma.

Le lanzó uno. Me mira sería.

-¿Qué pretendes?

-Oh vamos, no vas a estar de morros toda la noche por un puto cigarro-rio.

Se cruza de brazos molesta. Doy un suave golpecito en su trasero.

-Sube al coche-murmuro en su oído.

Se estremece. Lo hace y subo yo también. Agarro su camiseta y la pego a mi. Puedo ver que tiene pánico porque a veces puedo ser demasiado agresivo. La beso, un beso que dura poco segundos porque ya le estoy quitando la camiseta y ella a mí. Pasa su mano por mi abdomen. Cierro los ojos y ella desabrocha mi pantalón y lo baja junto con mi boxer. Pasa su lengua varias veces a lo largo de mi miembro y cierro los ojos gimiendo varias veces. La tumbo en los asientos de atrás. Me pongo un preservativo. Dejo suaves caricias en su intimidad y la beso varias veces. Pero cuando voy a empezar algo me detiene. Ella, su dulce y angelical rostro que aparece en mi mente. Me visto. Doy tiempo para que ella se vista sin darla ninguna explicación y cuando ya he visto que ha terminado la hecho del coche, así, sin más. No me da remordimiento hacerlo. Aparco, cierro los ojos y me llevo las manos a la cabeza.

¡Acéptalo, ella nunca te querrá!-me grita mi subconsciente-

Mi dulce tentación.Where stories live. Discover now