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Narra Negin:

Marcos agarra mi brazo con fuerza, me está haciendo daño. Me obliga a subir hasta donde está mi padre y con un pellizco en mi espalda por detrás me obliga a sonreír.

-Un aplauso para la feliz pareja-sonrie.

Apartó la mirada asqueada. Marcos aprovecha y manosea todo lo que quiere. Apartó su mano y ahora soy yo la que le pone un alto.

-No te voy a permitir que te aproveches de la situación para toquetear me todo lo que quieras-murmuro.

-Eres mi pareja y haré lo que me quiera y tú te dejarás, ¿entendido?

Suspiro, razonar con un troglodita es imposible. Vuelvo a salir cuando mi padre termina de hablar y me siento sola en un banco lejos de allí para evitar que Marcos me encuentre.

-Muñeca.

Levanto la cabeza. Es el chico tan misterioso de la chaqueta.

-No me llames muñeca.

Sonríe de lado. Apartó la mirada nerviosa. De repente se empiezan a oír sirenas de coches policíales.

-¿Que significa esto?¿Porque vienen para aquí?

-Muñeca, lamento decirte que estamos en problemas.

-Pero yo...

No me da tiempo a terminar cuando de un ágil movimiento me ha cogido y me ha subido en su moto.

-Agárrate fuerte muñeca-sonrie.

-¡Que no me llames muñeca!

Ríe y tras arrancar sale a gran velocidad. No puedo evitar agarrarme a su cintura. Noto como su camiseta se sube y eso hace que su abdomen quede al descubierto.

-Muñeca, si querías sobarme no hacía falta que te subieras a mi moto.

-¡Pero si me subiste tú!

Frena en un descampado. Bajo de la moto y me miro en el espejo que mi madre metió en mi bolso. Estoy hecha un desastre.

-Vaya pelo-rie.

-No te rías que todo esto ha sido culpa tuya.

Me quita el espejo.

-Uuuh, ¿la niñita de papá está enfadada?-rie.

-¡No me llames así!

Ríe, me saca de quicio porque parece que se está riendo de mí. Le quitó el espejo enfadada y le empujó.

Narra Nau:

Agarro su mano con fuerza. No soporto que me toquen así.

-¡Para, me haces daño!

La suelto. Nunca había sido capaz de controlar mi fuerza así, soltarla de inmediato sin que hubiera recibido algún golpe.

-¡¿Se puede saber en qué mierdas pensabas?!¡Casi me rompes la mano!

-Lo siento pero no soporto que me toquen así, desatan toda mi furia.

Me mira sería. Su mano impacta contra mi mejilla. Giro la cabeza hacia la derecha.

-Pensaba que eras bueno, me diste tu chaqueta.

-Soy todo lo contrario a lo que los demás piensan de mi.

Me mira. Esos ojos...

-Yo te he visto en alguna parte.

-Lo dudo, yo no me he cruzado nunca con un tío como tú.

Ruedo los ojos.

-¿No te han dicho nunca que eres preciosa?

-¿Y a ti que te importa?-se sonroja.

-¿Te has puesto roja?-rio.

Me mira mal. Pone mi chaqueta en el suelo y se sienta hay intentando que no se le vea nada por culpa del vestido.

-Oye, ¡mi chaqueta!

-No pretenderás que me siente en este suelo sucio y asqueroso.

-No hay nada de malo en ensuciarse un poco-me siento a su lado.

-Tengo que volver.

-Oh vamos, ¿Vas a volver a esa fiesta aburrida ahora?

-Si, mi padre me va a matar.

-Está bien, te llevaré. Por cierto, ¿quién era ese chico que te manoseaba? ¿No entiende que a las chicas se les ha de respetar?

-No quiero hablar de él...

-Está bien, vamos.

Nos levantamos, subimos a la moto y la llevo hasta el lugar del evento. Yo aparco frente a la puerta y ella baja.

-Por favor, vete antes de que te vean mis padres-suplica-

-¡¿Que significa esto?!

-Ups, ya me ha visto-rio.

-Por favor, marchate.

-¿Quién es este hija?

-¿Yo?-rio-el futuro novio de su hija.

Me mira furioso. Ella me mira suplicandome que me marché. Y eso hago, no soporto a esos pijos ricos.

Mi dulce tentación.Where stories live. Discover now