Capitulo 7 (Temporada 2):

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Narra Negin:

Ese día estaba nublado y no entendía porque si ese día había amanecido con un sol radiante. Marcos entro en mi habitación con cara de felicidad y con el desayuno listo para los dos.

-Cariño, te tengo una buena noticia-sonrio.

-¿Cuál?

-¡Hoy te dan el alta!-exclamo.

-Genial-sonrei.

Me ayudó a ducharme y a vestirme. El mal momento de la tarde pasada se había esfumado.

-Vamos.

Salimos del hospital y llegamos a nuestra nueva casa. Era enorme, nada más entrar se veían unas enormes escaleras para subir a la planta superior. Nos sentamos en el sofá y comimos. Después de echar una buena siesta decidí ir a ver cómo estaban las cosas por mi trabajo.

-No deberías estar aquí, has sufrido un accidente.

-Estoy perfectamente.

Intento revatir me pero ante mi terquedad salió perdiendo. Me senté en la silla de mi puesto de trabajo. Ya que nada interesante ocurría decidí ir a ver qué hacían los presos, o más bien uno en particular aunque yo no lo quería admitir... Seguí por el pasillo que tenía todas las celdas. Los presos me miraban aunque a mí no me intimidaban y los miraba yo también.

-¿Ya estás bien?

Me sobresalté al oír su voz. Me giré sobre mis talones para mirarle y asentí.

-Me alegro.

Podía notar en sus ojos una tristeza profunda. Me acerqué a las rejas.

-¿Estás bien?

-Perfectamente.

Levanto su cabeza para mirarme. Tenía los ojos rojos e hinchados y eso me hacía preguntarme el porque los tenía así.

-¿Has estado llorando?

Asintió. Volvió a agachar la cabeza y suspiro. Me intrigaba porque había estado llorando y no me iba a quedar con las ganas de saberlo.

-¿Porque has estado llorando?

-El esposo de mi ex novia a la que aún quiero ha estado aquí para turtutar me.

-¿¡Marcos ha estado aquí!?-grite sorprendida.

El me miro sorprendido, los ojos parecían que se le iban a salir de sus órbitas. Se acercó a mí y me miro serio, estoy perdida.

Narra Nau:

Me quedo muy sorprendido. Intenta irse pero la agarro del brazo. Ella me mira directamente a los ojos.

-Eres tu-la miro.

-Suéltame.

-No.

La acerco a la puerta de rejas. Se pone nerviosa e intenta separarse.

-Todo este tiempo te he estado buscando...

-No quiero oírte.

Se tapa los oídos, parece una niña pequeña... Sonrió.

-¿Porque te ríes?

-Porque pareces una niña pequeña-rio.

Se cruza de brazos e infla los mofletes.

-¿Que?-rio.

-Vete a la mierda Gutiérrez.

Sonrió. Ya no es aquella niña inmadura que le tenía miedo a todo, ahora es más madura.

-Déjame explicarte...

-No quiero explicaciones.

Los ojos se me llenan de lágrimas sin querer.

-Negin...

-No digas nada, no sabes cómo de estúpida me sentí aquella noche en la que me abandonaste.

-¡Te lo puedo explicar!¡Te lo juro!

-Ya es muy tarde para explicaciones.

-Negin... Yo...

Se marcha. Golpeó varias veces la puerta y pido a los guardia que me saquen. Zack me frena y niega con la cabeza impidiendo que haga una locura.

-Déjalo tío.

-No puedo-lloro.

Me suelto de el. Intenta agarrarme pero no lo consigo. Caigo al suelo por culpa de un ataque de ansiedad. No puedo respirar, me ahogo.

-Tío, tranquilízate.

Me llevan a enfermería. La enfermera me da un medicamento para tranquilizarme. Me mira y sonríe.

-Cuéntame, ¿Que te ha pasado?

-No le importa.

Me mira. Limpia las lágrimas secas que aún hay en mi mejilla. La miro.

-¿Porque parece que le importa un preso?

-Mi hijo también era un preso, murió en un motín, no quiero que le pase a nadie más porque estoy segura de que hay una madre que va a sufrir detrás.

Suspiro, tiene razón, mi madre estará super preocupada. Me tumbo en la cama. Ahora necesito un descanso.

Mi dulce tentación.Where stories live. Discover now