Narra Negin:
Ese día estaba nublado y no entendía porque si ese día había amanecido con un sol radiante. Marcos entro en mi habitación con cara de felicidad y con el desayuno listo para los dos.
-Cariño, te tengo una buena noticia-sonrio.
-¿Cuál?
-¡Hoy te dan el alta!-exclamo.
-Genial-sonrei.
Me ayudó a ducharme y a vestirme. El mal momento de la tarde pasada se había esfumado.
-Vamos.
Salimos del hospital y llegamos a nuestra nueva casa. Era enorme, nada más entrar se veían unas enormes escaleras para subir a la planta superior. Nos sentamos en el sofá y comimos. Después de echar una buena siesta decidí ir a ver cómo estaban las cosas por mi trabajo.
-No deberías estar aquí, has sufrido un accidente.
-Estoy perfectamente.
Intento revatir me pero ante mi terquedad salió perdiendo. Me senté en la silla de mi puesto de trabajo. Ya que nada interesante ocurría decidí ir a ver qué hacían los presos, o más bien uno en particular aunque yo no lo quería admitir... Seguí por el pasillo que tenía todas las celdas. Los presos me miraban aunque a mí no me intimidaban y los miraba yo también.
-¿Ya estás bien?
Me sobresalté al oír su voz. Me giré sobre mis talones para mirarle y asentí.
-Me alegro.
Podía notar en sus ojos una tristeza profunda. Me acerqué a las rejas.
-¿Estás bien?
-Perfectamente.
Levanto su cabeza para mirarme. Tenía los ojos rojos e hinchados y eso me hacía preguntarme el porque los tenía así.
-¿Has estado llorando?
Asintió. Volvió a agachar la cabeza y suspiro. Me intrigaba porque había estado llorando y no me iba a quedar con las ganas de saberlo.
-¿Porque has estado llorando?
-El esposo de mi ex novia a la que aún quiero ha estado aquí para turtutar me.
-¿¡Marcos ha estado aquí!?-grite sorprendida.
El me miro sorprendido, los ojos parecían que se le iban a salir de sus órbitas. Se acercó a mí y me miro serio, estoy perdida.
Narra Nau:
Me quedo muy sorprendido. Intenta irse pero la agarro del brazo. Ella me mira directamente a los ojos.
-Eres tu-la miro.
-Suéltame.
-No.
La acerco a la puerta de rejas. Se pone nerviosa e intenta separarse.
-Todo este tiempo te he estado buscando...
-No quiero oírte.
Se tapa los oídos, parece una niña pequeña... Sonrió.
-¿Porque te ríes?
-Porque pareces una niña pequeña-rio.
Se cruza de brazos e infla los mofletes.
-¿Que?-rio.
-Vete a la mierda Gutiérrez.
Sonrió. Ya no es aquella niña inmadura que le tenía miedo a todo, ahora es más madura.
-Déjame explicarte...
-No quiero explicaciones.
Los ojos se me llenan de lágrimas sin querer.
-Negin...
-No digas nada, no sabes cómo de estúpida me sentí aquella noche en la que me abandonaste.
-¡Te lo puedo explicar!¡Te lo juro!
-Ya es muy tarde para explicaciones.
-Negin... Yo...
Se marcha. Golpeó varias veces la puerta y pido a los guardia que me saquen. Zack me frena y niega con la cabeza impidiendo que haga una locura.
-Déjalo tío.
-No puedo-lloro.
Me suelto de el. Intenta agarrarme pero no lo consigo. Caigo al suelo por culpa de un ataque de ansiedad. No puedo respirar, me ahogo.
-Tío, tranquilízate.
Me llevan a enfermería. La enfermera me da un medicamento para tranquilizarme. Me mira y sonríe.
-Cuéntame, ¿Que te ha pasado?
-No le importa.
Me mira. Limpia las lágrimas secas que aún hay en mi mejilla. La miro.
-¿Porque parece que le importa un preso?
-Mi hijo también era un preso, murió en un motín, no quiero que le pase a nadie más porque estoy segura de que hay una madre que va a sufrir detrás.
Suspiro, tiene razón, mi madre estará super preocupada. Me tumbo en la cama. Ahora necesito un descanso.
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Mi dulce tentación.
FanfictionCuando te encuentres en el infierno, solo el mismísimo demonio podrá enseñarte el camino para escapar.