Por la Moncloa - IRENES

6.- Un silencio en Cataluña no trae nada bueno

¿Escuchas eso? - preguntó la líder de Ciudadanos.

- ¿El qué? - Irene no sabía a que se refería - ¿El silencio?

- No, no. Bueno sí, eso mismo. Es muy extraño - Inés se acercó a la entrada, con la mano derecha abrió un poco la cortina para ver qué estaba pasando en la calle. Nada. Ni un alma. El silencio era tan grande como el silencio cómplice de Pedro Sánchez. Se dirigió alterada a la parte trasera de la sede y se encerró en la biblioteca.

- ¿Qué pasa? - preguntó la de Podemos.

- No es normal que a estas horas no haya nadie montando un circo en la calle - dijo el de Ciudadanos. - Estamos en Cataluña ¿lo has olvidado ya?

Cada vez le parecía más borde este hombre. Ignoró sus comentarios y decidió seguir a Arrimadas. Siempre ponía la buena compañía por encima de machirulos. Abrió con cuidado la puerta, no quería molestar a Inés. La vio al fondo de la habitación, demasiado concentrada como para advertir la presencia de Irene. Esta aprovecho que la de Ciudadanos había bajado la guardia para asustarla. Se aproximó lentamente, con mucho cuidado de no hacer ruido. Más sigilosa que Vegetta777 en un gameplay.

Que guapa estaba la líder de Ciudadanos así de concentrada en su lectura. Casi le daba lástima interrumpirla. Dudó unos segundos hasta que se abalanzó a su espalda. Esta no reaccionó muy bien. Cual Viuda Negra de Avengers le hizo una llave, agarrándola por el brazo y luego estampándola contra la mesa. Poco más y no lo cuenta. Al final el susto se lo había llevado ella. "Qué ironía" pensó.

- Lo siento - la de C's se disculpó. Su rostro reflejaba miedo. Miedo de sí misma.

- Tranquila. Yo me lo he buscado - Irene sonrió.

***

Pasaron un rato largo en silencio. Irene vagaba por la biblioteca. Se encontró con un libro en particular que llamó su atención. Lo sacó de su refugio. Con una mano retiró la capa de polvo que cubría la portada. 155 títulos de la líder de la oposición catalana.

- Inés... ¿tú eres facha? - preguntó sin apartar la vista del libro. La de Ciudadanos se giró al escuchar la pregunta. Al ver el libro se llevó una mano a la frente.

- No hagas caso a las tonterías que dice ese libro.

- Inés Arrimadas. Madre de fachas. Líder de la oposición. La que no descansa. Rompedora de piedras...

- Ay, por favor, Irene - Arrimadas puso los ojos en blanco y se mordió el labio inferior - que no te quiten el sueño unos títulos.

- Nos imagino en la cama: Irene di mi nombre - dijo la podemita imitando la voz de Inés - ¿el completo? Sí.

- Que tonta eres de verdad - la de la formación naranja le quitó el libro - con que me llames Inés me sobra.

La de Podemos se quedó atónita. A cuadros y a rayas. Era cosa suya o la de Ciudadanos no le parecía mal el hecho de... ni de coña. En la vida. Misión imposible. Pero, y si... debía cerciorarse. Justo en el momento en el que iba a preguntar apareció Carrizosa otra vez a cortarle el rollo.

- Mi señora - dijo el de C's refiriéndose a Inés.

- Me han traicionado - dijo sin girarse Arrimadas. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para que su voz no se rompiera - ¿Quién?

- Valls. Ha decidido pactar con Torra - no encontró respuesta por parte de Inés - ¿Qué quieres hacer? - insistió.

- Volvemos a Madrid. El principal enemigo aquí es el President Legítim - dijo la de C's - Te he dejado un plan para que lo utilices en caso de emergencia.

A Irene no la engañaba. Estaba claro que aquello la había afectado pero se hacía la dura como siempre. Esperó a que el hombre abandonara la estancia para mover ficha. Una vez solas se acercó a ella por la espalda y la rodeó con sus brazos. El olor de su perfume la dejó sin sentido. Ahora la que tenía la guardia baja era ella. Inés se giró, rodeando el cuello de Irene con sus brazos.

- ¿Te estás ofreciendo para que te utilice como consuelo? - el tono de su voz era jodidamente sexy. Música para los oídos de Irene.

- Tú puedes utilizarme para lo que quieras - la de Podemos ya se dejaba hacer.

- Aquí no... - no pudo terminar la frase pues los labios de Irene se lo impidieron. Se fundieron en un largo beso. La de Podemos tomó la iniciativa. Agarró por la cintura a Inés y la elevó. La de Ciudadanos instintivamente rodeó el cuerpo de la madrileña con sus piernas. Desesperadamente trató de eliminar los libros que ocupaban la mesa, obstaculizando su trabajo. A ciegas, dejó sobre la mesa a la catalana. Esta deslizaba ya sus manos por debajo de la camiseta de la de Podemos, abriéndose paso por su espalda. Irene le quitó la camiseta. Se paró para observar lo que tenía delante. Joder, era preciosa. Le pareció estar disfrutando de la octava maravilla del mundo, solo que era única y exclusivamente para ella.

- Para - las manos de Arrimadas sobre su pecho la empujaban - este no es el lugar. Carlos está ahí fuera y.. - de nuevo fue interrumpida por un corto beso de Irene.

- Está bien. Tú ganas - la de Podemos le dio un último beso en los labios antes de retirarse.

La de Ciudadanos se mordió el labio. A Irene ese gesto le encantaba. Intercambiaron una sonrisa que lo decía todo. Gritaba abiertamente sus intenciones ocultas. La atmósfera fue destruida por unas voces del exterior. Carrizosa estaba manteniendo una pequeña discusión con alguien.

Salieron para comprobar qué estaba pasando. Se encontraron con el grupo de personajes con el que se cruzaron el día que llegaron a Cataluña. Amenazaban con declarar la independencia si no entregaban a la de Ciudadanos. Irene estaba flipando otra vez. A dónde la había llevado Inés.

- No queremos problemas - dijo Rufián - pero los vamos a tener.

- ¡Alto ahí! - el hombre de las crocs entró en escena de nuevo. Acompañado por la pareja, cámara en mano - grabad a estos especímenes. Céntrate en la de piel amarilla.

La pareja de Ciudadanos se armó. Espalda con espalda. Formaban un gran equipo. Irene había comprobado horas antes que con Inés no se juega. Les dieron tal paliza que la película de Puigdemont era poca con la que estaban viendo estos ahora.

- Vámonos - dijo la de Ciudadanos tendiéndole la mano a Irene. - Nuestro trabajo aquí ha terminado.