10.- ¡Ciudadanos! (pausa dramática) ¡Reuníos!

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- Carlos, Lorena y el resto están al caer. - Albert leía los documentos que tenía en las manos. - Contamos con el apoyo de la derecha.

La de Ciudadanos caminaba en círculos por el despacho. El President Legítim había tomado Cataluña y declarado su independencia por segunda o tercera vez ya. Había perdido la cuenta de los intentos de estos personajes.

- Concierta una reunión con los partidos de izquierdas. - La de Ciudadanos descruzó los brazos.

- No los necesitamos. - Rivera se puso delante de Arrimadas. - Vamos a ganar.

- No sabes nada, Albert. - Inés se llevó una mano a la frente, apoyando la otra en la mesa. - Tú haz lo que te pido que para eso soy tu jefa. - Retiró la mano de su cabeza y le hizo una seña para que se fuera y cumpliera lo que le había pedido.

***

- Os he reunido hoy aquí porque debemos hacer frente a algo que está por encima de cualquier ideología. - La de Ciudadanos hizo una pausa. - Nuestras vidas. - Bajó la mirada y tomó aire para proseguir. - Necesito vuestra ayuda.

- Yo he visto con mis propios ojos a lo que nos enfrentamos. - La voz de Irene resonó en la habitación. - Lo que nos espera si no ganamos. - Puso unos documentos sobre la mesa con un golpe seco. - Unidas Podemos luchará.

Los presentes allí se miraban. Era normal dudar pero no tenían tiempo. Poco a poco fueron uniéndose a ellos el resto de grupos con alguna que otra abstención. Los principales partidos estaban dentro. Pasaron a detallar las estrategias. Podemos atacaría por la izquierda. PP y Vox por la derecha y Ciudadanos en el centro. El PSOE fue relegado a dar apoyo a Podemos.

Una vez desconvocada la reunión, el despacho poco a poco se fue quedando vacío dejando a Inés sola. Irene se excusó de sus compañeras y se acercó a ella. Según se aproximaba a ella veía como las manos y todo en ella temblaba. La de Ciudadanos no se dio cuenta de su presencia. Entrelazó sus manos con las suyas y la miró. Inés tenía la vista fijada en sus manos unidas. La obligó a mirarla a la cara.

- Todo irá bien. - Irene se acercó y dejó un beso en la frente de la catalana. No obtuvo respuesta por su parte. Seguiría molesta por la propuesta que le habían hecho a la de Podemos. - Tengo que irme.

Inés reaccionó al ver marchar a Irene y fue hacia ella. La retuvo cogiéndole de la mano. Guiada por sus impulsos la abrazó. La madrileña podía escuchar a Arrimadas ahogarse entre suspiros y sollozos. La rodeó con sus brazos. Esperó a que la de Ciudadanos se tranquilizara para separarse.

- Esto no ha pasado. - Dijo Inés limpiándose las lágrimas con la manga de su chaqueta, rompiéndose en una risa nerviosa. - Prométemelo.

- Te prometo que no voy a dejar que te pase nada. - Pasó su mano por el cuello de Inés atrayéndola hacia ella y la besó. No pretendía ser un beso de despedida pero ya no volverían a verse hasta la noche.

***

Los de Podemos dirigidos por Irene aparecieron por el flanco izquierdo. Su ojos se encontraron con los de Inés. Se dirigieron una mirada llena de preocupación y ánimo. Sabían a lo que se estaban abocando y que no tenían otra opción que luchar unidos. Irene se detuvo en seco al llegar a su posición. Con el brazo indicó a su equipo que se detuvieran.

Los allí presentes se dirigían miradas confusas. Llenas de desconcierto. Solo se podía escuchar el silencio. Que era más grande que el silencio cómplice de Pedro Sánchez. Estaban a oscuras, a penas se podía diferenciar a un facha de un progre. Pero en esos momentos poco importaba. La tensión se podía cortar con un cuchillo. Aguantaban la respiración y miraban a todas partes detenidamente. No sabían por donde podrían aparecer. Esperaban a que llegaran los del PSOE, PP y Vox. Estos últimos llegaban de la España profunda a caballo por lo que tardarían en llegar.

Por la Moncloa - IRENESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora