Capítulo Treinta y Seis.

1K 127 34
                                    

___________________________________

¿Quién te crees que eres para ir dejando 

cicatrices y coleccionando corazones? - Glee

___________________________________

09 de Junio 2010

Prueba Cinco. Fotografías.

Lugar: Apartamento.

Hora: 12:45 pm


Alicia.

Veía el sol acariciar los grandes árboles a lo lejos del edificio, el frío era soportable en este momento y las nubes hacían una capa ligera en cielo dejando pasar los rayos del mismo. Me encontraba parada frente al ventanal, único lugar del departamento que nos permitía apreciar el mundo exterior.

Justo ahora mi corazón tenía una lucha constante, sabía que hoy sería el rescate y por fin seríamos libres después de tanto esperar, pero... estaba asustada. Tenía miedo de no poder lograr la felicidad con Mac ¿Y si nunca llegaba a sentir lo que Alex me hizo sentir tan fácilmente? ¿Y si nunca llego a amarlo? La inseguridad me estaba atacando con fuerza y de vez en cuando me arrepentía de todo.

¿Y si todo sale mal? ¿Si Mac no es el hombre perfecto que pienso? No lo conozco del todo, no sé qué cosas le gusta o lo qué quiere para su vida ¿Cómo puedo saber si después de rescatarme no se cansará de mí? Las preguntas venían una tras otra y sentía que perdía la cabeza.

El mes pasado Alex y yo nos besamos en varias oportunidades porque debíamos fingir ser novios, con los primeros besos me sentía culpable y traicionera pero después fui acostumbrándome a sus labios, poco a poco fue despertando algo en mí nuevamente. Además de las deliciosas comidas, la manera como me miraba o nuestras conversaciones. Podía decir con facilidad que conocía a Alex muy bien.

El primero de Junio llegó un sobre y yo sabía lo que era pero no iba a poder tener conocimiento de cuál sería la siguiente prueba. No voy a mentir, extrañaba esos encuentros en el baño.

Después de eso, cada día hacíamos algo distinto, me enseñó a cocinar platos sencillos, empezamos a ver una serie juntos y todo lo disfrutábamos, cada momento lo guardábamos en un recuerdo y bastantes fotografías. Sabía que no podía volver a ilusionarme con él, pero algo en mi interior se estaba empezando a descongelar.

¿Será qué estaba empezando a sentir cosas buenas por mí? ¿Y si la maldición estaba debilitándose? ¿Y si él es realmente el amor de mi vida? Me sentía dividida a la mitad, no quería cometer un error que me costara la vida entera, no quería después arrepentirme.

Él tiene novia y van a tener una hija.

— ¿Estás bien? — escuché su voz a mis espaldas y una sensación, que hace mucho no sentía, me recorrió el cuerpo entero. No me di la vuelta, tenía miedo de todo lo que me hacía sentir.

— Sí, solo estaba pensando en todo lo que hemos vivido — mencioné nerviosa abrazándome a mi misma. No deseaba sentir nada por él, no tenía sentido.

Escuché sus pasos acercarse y mi cuerpo empezó a temblar, su presencia es un problema para mí. Se detuvo justo atrás de mí para rodearme con sus brazos y besar mi hombro descubierto, reposando después su cabeza en él.

— Quisiera que este día durara más de veinticuatro horas — esas palabras movieron todos los pedacitos de mi corazón para elevarlos al cielo. Buscó mi oreja con sus labios para susurrar secretamente — pronto serás libre pajarito.

La Maldición de Alicia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora