EL JUICIO DE TAMARA

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Las evidencias para destruir
tu amor
estan listas,
las instrucciones precisas
para dejarte ir,
estan sobre la mesa.

Hice un juicio sumario,
un ajuste de cuentas,
ya sabes, lastimar el recuerdo,
torturar las memorias,
quemar tus brujas
en la plaza,
para que la gente aplauda.

Busque entre las distancias
de tu piel y la mía
y en la magia de las cosas que
ya no suceden
en ti y en mí.

Busque la evidencia de tu luz
apagandose en mi alma
y busque tus sombras,
escapando al mañana.

Pregunté a la gente
y nadie entiende,
el viaje extraordinario
de haberte tenido,
y nadie ha visto al ángel de
la muerte,
nadie entiende
la fiebre
de tener que perderte.

Tal vez todavía te necesite,
pero debo de ser frío y calculador,
para desentenderme de tu cuerpo tibio
sucediendo en mis labios húmedos,
cómo cuando todavía
estabas aquí.

Tal vez habrá que poner
a la esperanza
en la silla eléctrica,
o poner una fuerte dosis
de inyección letal,
o tal vez la horca,
o habrá que implorar el olvido...

Y para evitar precisamente
una esperanza escondida,
una última, última vez,
habría que calcular bien los daños,
entender la resistencia a las heridas
que vas dejando,
la despedida oculta en tus palabras
amables...
y la muerte que guardas en las alas
de tu espalda.

Pregunté al pasado
para saber si serías una más de mis historias que terminan,
o tal vez serías el kraken
de mi vida.

Desperté al pasado
para empezar a dejarte,
y he oído mi llanto perdido
y agonizante,
y he visto mis lágrimas
silbando en la oscuridad,
para no sentir miedo.

¡He muerto ya tantas veces!
antes de ti,
conocí bien la soledad
y el odio.

Ya he vuelto
como un soldado de la guerra,
ya he vuelto a casa,
tan solo para unir
los pedazos de mi corazón roto.

Ya he cortado la cabeza
a la reina roja,
y ya aprendí a convertir
a Medusa en piedra,
y nunca en mi vida me enfrente
a un monstruo tan grande como tú.

Por eso ya es tiempo
retirar las tropas
y dormir.

Nunca
volverás a estar aquí,
las páginas del
diario de una ninfómana,
se van.

Levantaste cuatro mil
águilas blancas en mi alma,
es cierto,
por eso no lloraré por ti...
no me romperás el corazón.

Todo será perderte...
mi cuerpo no temblará más por ti,
ya no te soñaré,
recio mi corazón olvidará...
¡olvidará!

¡Definitivamente!
mi corazón después
del silencio,
dijo no.

A la mierda el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora