GUITARRAS ROTAS

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Jamás pensé
que llegaría el día...
despertar sin ti.

Siempre pensé que la soledad
era un asunto de poetas,
o de manicomios.

Pero la soledad, tu soledad
infinita, serial, galáctica,
ajusto las cuentas con
el olvido,
y ahora lo sé,
te extrañaré hasta que sienta
que se me parta el alma,
te extrañaré como una táctica
inverosímil de ir muriendo
cada día.

Antes de irme,
al único maldito lugar
dónde no podré verte jamás,
juntaré tus estrellas,
contaré tus lunas,
borraré tu poesia,
romperé las guitarras,
destruiré al mundo.

Antes de irme,
quitaré las puertas de sus goznes,
escaparé en un hechizo,
seré una lechuza blanca,
después de ti,
seré el misterio del chico
que aprendió a volar,
seré un suicidio en la página
veinte.

Y serás la niebla
y gritaré tu nombre
en silencio,
mis pies de plomo querrán buscarte
y podré caminar a los cuentos
donde no te perdí.

Mañana no volverás,
la lluvia traerá tu recuerdo
y nuestros días serán
el lodo que ha de volar,
cuando brille el sol.

Podré verte y podré
buscarte,
me mirarás bajito
me sonreirás quedito y yo
te habré perdido para siempre.

Jamás pensé
que llegaría el día...
buscarte en el viento,
en las tontas esperanzas,
seguirte, muerto
huellas y palabras
agonía y silencio.

Aquí está el sonido de la muerte
el ruido de los perros al amanecer
el rastro de guitarras rotas,
la cuerda del olvido,
el capítulo final,
de esta tonta historia de amor.

A la mierda el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora