LAS SENTENCIAS DEL CORAZÓN

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Escuchó tu olvido antes de decirle adiós
y no pudó frenar el aire frío del dolor nuevo,
el polvo desierto cuando se rompen los caminos de la soledad,
de este aire que se ha vuelto frío por que tú no estás.

Por eso olvidó llenar su cuerpo de esperanza,
para no subir al camino que lo llevaría al mar,
a tu estrella azul,
a continuar el viaje de tus sueños.

Por eso apretó fuerte los puños
como para estrangular su alma,
por eso respiró aprisa para apagar sus pulmones,
respiró hasta el aire que rodeaba tu cintura,
respiró el humo de la casa donde vivió contigo,
laminas de cartón,
polvo del pasado.

Respiró el miedo que le tenías a las arañas,
borró el camino que las llevaba hasta tus brazos,
respiró todo el aire,
intentó dejarte sin aliento
intentó aspirar el odio de tu mirada,
amontonó tu dolor en su pecho
para explotar
desde adentro todo tu recuerdo.

Apretó los dientes
para no pronunciar palabras,
para poder morir de olvido,
porque él siempre lo supó,
una palabra no dicha
te mata
te brota en los poros
te desgarra la piel
te llena de sombras
te endurece
te mata de amor.

Por eso murió en el olvido,
pobre y desahuciado
marcado por el sol,
asfixiado de ti.

Envuelto de caricias perdidas
para no mancharte,
para dejarte invicta,
para no arrimarte un adiós barato.

Para no verte partir en medio de alas de humo,
para que tenga sentido haberte vivido tanto.

Por eso apagó el alma,
apretó contra su pecho el peso exacto de todo tu cuerpo.

Por eso se llenó del aire frío y mágico que tenía tu aliento,
se incendió con la llamas que salian de tu infierno.

Apagó tu amor
te apretó fuerte
hasta que al fin
y para siempre, su corazón
se detuvó.

A la mierda el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora