MÍA

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Para hacerte mía
dibuje una estrella,
encendí mil velas,
corte el camino de mis venas,
aparte tus recuerdos,
y separé tus días,
los pegué en mi libreta azul
de hojas muertas de árboles muertos,
de bosques perdidos.

Para no olvidarte jamás,
encorazone tus momentos
y envase el aliento y el brillito
de tus cosas favoritas.

Y ese frasquito
lo he pintado de colores,
y he rodeado la tapa con listones,
lo he adornado con pegatinas de estrella,
le he puesto lentejuelas en puntos estratégicos para que parezcan
la noche.

En esos colores y en ese siempre
te aguardo.

También tengo frasquitos de tragedias vividas,
las guardo
en la casa de la chatarra.

En el laboratorio de Jack,
tengo tormentas en vasos de agua,
que bebo cuando quiero acordarme de ti.

Tengo tormentas en mi cielo,
que son la fotografía de mis mejores momentos,
tengo canciones desesperadas que duelen más
que veinte poemas de amor.

Tengo muchas,
perras heridas en el traspatio de la casa,
tengo un Frankistein que me hace monstruos del pasado
y los instala en el saw
de mi melancolía.

Tengo una ballena varada en mi camino,
tengo en mis manos comienzos que explotan antes de que nasca el sol,
y tengo dos malditas tierras,
una alta y la otra
infierno.

Tengo dudas en tantas noches de insomnio,
dudas cínicas sin futuro.

Tengo mis manos llenas de eutanacia,
tengo mis bolsillos llenos de los botones que le quité a tu vida.

Y en este día
que tiene mis marcas del sudor que corría por tu espalda,
en este día que sabe tanto a ti,
la música es un lastre,
la música tiene memorias que sangran,
la música duele,
las miradas estan tristes,
las paredes se cierran,
las paredes duelen,
esta vida esta llorando tanto,
esta vida se ahoga.

¡Más botecitos pa'guardar más miseria!

Solo escribo cuando estoy triste,
y tu me has dado motivos,
para tapizar la ciudad con mis letras,
para inventar un imperio de papel,
porque estas letras no habrán de perdonarme haberte perdido.

Esta tristeza es tuya,
esta tristeza sabe a la luna que tenías en los ojos.

Esta maldita tristeza
cae de la orilla de tus manos imaginarias,
tu cuerpo imaginario flota
entre tantos cigarrillos que vuelven del pasado.

Tu alma imaginaría
me tiene,
buscándote en un envase de colores,
redondeado con listones,
adornado con brillantina,
en algún bendito lugar
de esta maldita ciudad,
donde no estás.

A la mierda el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora