"Ahí, entre el suave perfume de las flores y los relatos de Juliette acerca de su primer semana de clases, las pláticas de Joseph sobre sus nuevos compañeros en el trabajo y el tintineó intermitente de las luces que colgaban del balcón; Benjamin se...
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O de las madrugadas con olor a lluvia y tierra mojada
... y sabor a menta y café
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Gwilym no pudo evitar sonreír ampliamente luego de que escuchó a Benjamin decir que le gustaba Joe. Tuvo que abstenerse de lanzar un grito de alegría y golpear la pared a son de vitoreo; pero su sonrisa fue tan ancha y gustosa que Benjamin le miró con ojos entrecerrados y culposos.
—¿Por qué te burlas? Dijiste que no me juzgarías —murmuró Jones abrazando sus rodillas contra su pecho descansando su mentón en ellas.
—No me estoy burlando, Ben —. Aseguró Gwilym con rapidez —. Solo estoy contento de que lo hayas dicho. Aceptar algo es bastante complicado ¿verdad?
—No lo estoy aceptando... solo lo dije.
Había un particular tono de reproche propio escondido en esa frase que Benjamin dijo que alarmó a Gwilym.
—Ben, toma las cosas con calma ¿sí?
El menor dio un gran suspiró y negó con su cabeza formando una sonrisa de ironía.
—No puedo, Gwilym. Han sido demasiadas emociones los últimos meses que siento que si no voy a colapsar por la depresión, lo haré en medio de un ataque o por estas cosas —hizo un ademán de mano a la altura de su pecho —por estas cosas que estoy sintiendo.
—Todo te está llegando en un momento complicado, debes sentirte atrapado.
Benjamin asintió, estiró sus piernas y despeinó sus cabellos siguiendo un camino que acarició su propio rostro.
—A veces siento que ni yo mismo me conozco —murmuró.
—En esos momentos es donde entro yo —tomó con firmeza sus manos —. Para recordarte que eres Benjamin Jones, un profesional que se dedica a la enseñanza de un deporte y a la rehabilitación física, tienes veintisiete años, te gustan las galletas con chispas de chocolate, tienes una cachorrita llamada Frankie, y que eres un experto en portar trajes con elegancia.
Involuntariamente, Benjamin sonrió con diversión.
—Pero me falta algo por decir de ti.
—¿Qué cosa?
—Que Benjamin Jones está enamorado —pronunció en un susurro.
