t h i r t y s e v e n

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O de como todos tarde o temprano comenzamos a sanar

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O de como todos tarde o temprano comenzamos a sanar

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Pasaron exactamente tres segundos antes de que Michael decidiera desviar la mirada y continuar con su silenciosa conversación con Katriona y Laia; quitando la hierba seca de los alrededores como si pretendiera eliminar la muerte y darle un poco más de vida al lugar.

Tres segundos en los cuales Benjamin se sintió más conectado a su hermano que en el último año.

...Como los tres segundos que transcurrieron desde que dejó de observar el perfil de Kat para luego sentir el impacto en el auto.

...Los tres segundos que transcurrían desde que él soplaba las burbujas de jabón y Laia los tronaba con sus deditos.

...Tres segundos que duraba ese "tío Benny" que su sobrina pronunciaba con voz cantarina.

Esperó un año por esos tres segundos. Y ahora estaban ahí.

Siguió avanzando y sin mediar palabra alguna colocó los arreglos florales sobre la tumba sentándose en el otro extremo en silencio. Silencio que se prolongó por al menos cinco minutos hasta que, sorpresivamente, Michael lo interrumpió:

—A Katriona le gustaban los girasoles —. Pronunció con voz rota y Benjamin tembló internamente al escucharlo hablar pues esas palabras estaban dirigidas solamente a él.

Sin saber si realmente debía responder algo en esos momentos la voz de su hermano volvió a irrumpir sus pensamientos:

—Recuerdo que un día antes de la boda los de la florería nos llamaron para decirnos que habría un cambio de flores por un problema que tuvieron con el invernadero y Kat se puso como loca. Recorrimos esa tarde todos los viveros de la ciudad reuniendo girasoles. Entonces ella personalmente decoró el jardín en la mañana. Era muy perfeccionista.

—Realmente lo era.

—Pero fue muy feliz. En la fiesta ella tenía una enorme sonrisa de orgullo cuando me dijo "Mira, Mike, ¿te gusta como se ve? Lo decoré yo solita". Laia en cambio no era una chica de flores, fruncía su cara cuando las tenía cerca.

—Ella prefería la comida.

El menor mordió su labio inferior como reprimiendo ciertas emociones. —Si, mi niña amaba la comida por sobre todas las cosas.

Michael dejó de cortar la hierba seca y observó los arreglos florales que ahora decoraban la lápida. Sorbió su nariz y justo cuando iba a volver a hablar se percató del nudo en su garganta; carraspeó y miró al cielo.

Luces en el balcón || BenHardy x JoeMazzelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora